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El regreso de Carlitos

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Nostalgia menemista. El actual crecimiento de las patillas de Milei y el pasado menemista de Massa (con Palito Ortega), como el de Bullrich, recuerdan los 90. | na/cedoc

“La gente me para por la calle y me pregunta: ¿cuándo vuelve Carlitos (Menem)? fue mejor que los gobiernos que vinieron luego”, dijo ayer Carlos Corach, en el ciclo de conferencias en el Centro Cultural Kirchner sobre los diferentes libros escritos por Horacio Verbitsky, en este caso La educación presidencial publicado por el periodista en 1990.

Massa, sin las patillas de Milei  en su pragmatismo extremo se parece más a Menem

“Les digo que no, que Carlitos no va a volver” agregó Corach que les responde, pero vale preguntarse ¿vuelve su espíritu?

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La pregunta es válida y tiene no solo de protagonista a Javier Milei, quien no para de reivindicar los años 90 y ahora en un gesto tan ostensible como simbólico, profundiza el crecimiento de las patillas en su rostro. Sino también a los candidatos de las dos coaliciones, porque tanto Patricia Bullrich como Sergio Massa fueron candidatos en las listas, que en los 90 encabezaba Carlos Menem.

En el caso de Juntos por el Cambio, las coincidencias son múltiples: una economía más abierta al mundo, con mayor alineamiento con occidente, su candidato a ministro de Economía, Carlos Melconian, fue candidato al mismo puesto del propio Menem, en su finalmente frustrada campaña presidencial 2003 y el propio Mauricio Macri reinvidicó repetidamente los logros de los 90.

Pero en el caso de Sergio Massa, además de haber sido candidato por la UCeDe cuando integraba la alianza con el peronismo de los 90, ¿qué otro punto de contacto hay entre el fundador del Frente Renovador y Carlos Menem? Contraintuitivamente, por integrar un gobierno con un alto porcentaje de kirchnerismo residual, es posible que Massa pueda ser el más menemista de los tres, porque el carácter más identitario de Menem era su extremo pragmatismo y una realpolitik casi inmoral. Lo que Mauricio Macri llamaba despectivamente “ventajita”, probablemente sea el ADN de la voluntad nitszchiana de quien con casi nada (5% de los votos de 2017, la misma cantidad que Grabois en las PASO) reentró al kirchnerismo en 2019 y podría terminar absorbiéndolo, lo mismo que hizo Menem progresivamente con el PJ institucional a fines de los 80. Massa también se jacta de sus estrechos vínculos con Estados Unidos y en el sentido opuesto, Menem no se privó de indultar también a Firmenich y siendo senador, votar todas las leyes del kirchnerismo. 

¿Y Cristina? ¿Qué dice de Massa? Vale recordar que en los 90 fue Néstor Kirchner quien siendo gobernador recibió a Carlos Menem en Santa Cruz y dijo que era el mejor presidente de la historia.

La historia nunca se construye en el pasado sino siempre en el futuro. Es en el futuro cuando se resignifican los hechos del pasado, en función de sus consecuencia posteriores. El crecimiento de la inflación a niveles preconvertibilidad revaloriza la estabilidad económica de los 90 y minimiza las consecuencias adversas de cómo se obtuvo.

Por esa reminiscencia es que Milei viene siendo electoralmente tan exitoso con su mantra dolarizador, para muchos, una metonimia inconsciente del uno a uno de los noventa con la convertibilidad. Pero más allá de su búsqueda por mimetizarse con el riojano con las pastillas alargadas, su eslógan dolarizador, y su sobreactuación de alineamiento a la derecha de Israel y Estados Unidos, Javier Milei es muy distinto a Carlos Menem y probablemente, una presidencia suya pueda generar lo opuesto a la estabilidad económica y política del primer lustro del menemato, agigantando los efectos negativos que como consecuencia tuvieron. 

Solo los insultos de Milei al Papa son una muestra de las diferentes formas de operar entre ambos. Menem hubiera corrido presuroso a hacerse amigo de Bergoglio, si en el pasado no hubiera sido, lo que no fue su caso. Bergoglio fue nombrado arzobispo de Buenos Aires y primado de  la Argentina el último año de la presidencia de Menem y casi dos décadas después, en 2017 el papa Francisco recibió en Santa Marta a Menem ya envejecido.

Las reiteradas ofensas de Milei al Papa motivaron que ayer Eduardo Eurnekian criticara el libertario, distanciándose de él a pesar de haber trabajado en su empresa; lo mismo que varios de los colaboradores del ahora candidato presidencial más votado: “Las declaraciones de Milei están totalmente fuera de lugar. No está a la altura de juzgar ni opinar sobre el Papa, bajo ningún punto de vista” dijo Eurnekian después de que Milei dijera que Francisco “está del lado de las dictaduras sangrientas”, en un reportaje con el periodista estadounidense Tucker Carlson.

Pero aunque Milei no represente a Menem en su esencia, sí capta que debe hacer esfuerzos por reproducirlo de alguna manera en el imaginario colectivo, haciendo que el debate de ayer en la cúpula del CCK, a partir del libro de Verbitsky La educación presidencial del comienzo de la era menemista, fuera muy oportuno. Así como integrantes del círculo rojo del comienzo de los 90 “educaron” a Carlos Menem ya convertido en presidente, Javier Milei precisará pasar por un proceso de institucionalización si la sociedad decidiera confiarle su destino.

JxC, además de Bullrich ex PJ, tiene en Melconian el excandidato a ministro de Menem 2003

En cualquier caso por historia, por adopción o por esencia, los tres candidatos, cada uno a su medida, hacen resonar los años 90.

 

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