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santa cristina

Hoy un juramento, mañana una traición

Cuando el objetivo de los principales actores el si ico se sacude. Qué quiere CFK es una pregunrta.

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‘Is very typical in my country’ | pablo temes

No es raro hablar en política o en economía de “cisnes negros” o acontecimientos que, inesperados, cambian la polaridad de las sociedades propiciando inestabilidad, revueltas e incluso revoluciones. 

Dejar una promesa. Es intrínseco del modelo de acumulación capitalista la presencia de crisis periódicas que producen sacudidas estructurales y la destrucción de parte de los capitales. El olvidado caso del economista ruso Nikolái Kondrátiev (1892-1938) muestra a las claras la reacción frente a las críticas cuando esta incluyen advertencias sobre que las cosas no son como se creen. El ruso, especializado en estudios de procesos estadísticos, supo defender en plena dictadura estalinista una verdad que había descubierto, que el sistema capitalista no se derrumbaría a causa de la gran depresión de 1929.

Kondrátiev había descubierto que el capitalismo tiene largas fases que en total duraban entre 30 y 60 años (ascendentes y descendentes) y que,  tras la última fase de cada ciclo que incluía la explosión de la burbuja financiera y pérdidas generalizadas, se inicia una nueva fase ascendente con la incorporación de nuevas tecnologías (capital variable) y un nuevo modelo de acumulación recomenzaba. Mientras la “teoría” soviética anunciaba la celestial caída de occidente, Kondrátiev mostraba las ondas que llevan su nombre y sería fusilado en 1938 bajo cargos falsos, típico bajo el accionar de Stalin. Posteriormente Joseph Schumpeter, tuvo acceso a los documentos de los trabajos del ruso, convenientemente ocultos, y plasmó el concepto de “destrucción creativa del capital”. Es probable que la caída del bitcoin esté anunciando una nueva crisis mundial.

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Fantasmas del pasado, perfumes del ayer. Argentina no se ha encontrado al Kondrátiev que logre explicar sus crisis recurrentes que alguien calculó que sucedían cada diez años. Sin embargo, si se observan las bruscas correcciones del dólar (a veces del oficial, a veces del dólar paralelo) en 1988, 2002, 2008, 2014, 2019 y 2022, se verifica que estas correcciones se hacen cada vez más frecuentes, tanto que se puede pensar que nos encontramos dentro de una crisis permanente. Por otra parte, para cada año señalado se puede encontrar una crisis política endógena que en algunos casos se suman a crisis internacionales (los defaults de México y Brasil, la crisis financiera de las subprime, etc.), pero parece claro que el componente político de cabotaje está mucho más presente que en otros países, donde el sistema económico tiene cierta autonomía de lo político. Para ejemplo sólo basta con recordar el salto del dólar de 43 pesos a 57 tras la derrota de Mauricio Macri en las PASO. A partir de allí se impone el cepo cambiario, y como se suele decir, el remedio es peor que la enfermedad: El Estado argentino termina una vez más su misión imposible: regular el precio de una moneda extranjera en la que ahorra buena parte de la población.

Nuevo clima anti-Estado

La historia argentina muestra que ponerle precio político al dólar sólo es una solución ilusoria y provisoria ya que no puede evitar el surgimiento de mercados negros, y finalmente el propio dólar oficial termina siendo devaluado. Otras experiencias del pasado, como la tablita de Martínez de Hoz, permitieron la realización de enormes negocios financieros que lo solo elevaron a la estratósfera la deuda pública, sino llevaron al desarme de la industria argentina y el empobrecimiento de parte de la población.

Perder la quietud. La situación a la que se llega esta semana es preocupante. Los rumores permanentes sobre la posible renuncia del presidente desmentidos por el funcionario Fernando Navarro, los comentarios sobre un posible “golpe de Estado” comentado por un importante periodista como Ernesto Tenembaum y también la idea de un “golpe de mercado” deslizados por Víctor Hugo Morales obviamente suman datos al desconcierto general. Debe decirse que la sociedad no se escandaliza por esa situación. 

Entre 2001 se desarrolló un acuerdo tácito (casi un juramento) que en Argentina los presidentes iban a terminar su mandato en tiempo y forma. Hoy un contrato social parece haberse disuelto, aunque esa institucionalidad funcionó para que Mauricio Macri pudiera finalizar su mandato como corresponde, a pesar de la crisis apuntada y el desembarco del FMI. 

Pero hoy la base dura de Cristina Kirchner (básicamente sectores pobres tradicionales y nuevos pobres) no la está pasando bien, y cree que el gobierno de Fernández es una continuación del de Macri. La base dura macrista de alguna forma disfruta de las desavenencias de la pareja presidencial y junto con su dirigencia ven en esa crisis, la oportunidad de llevar adelante la agenda de cien medidas en cien horas con el regreso del consenso social de los noventa, (a este consenso del 70% se refirió Horacio Rodríguez Larreta). Y finalmente los sectores medios y medios bajos, muchos de estos independientes, (votantes flotantes) más que partidarios de la antipolítica se han vuelto apolíticos y sólo ojean la incertidumbre en la centralidad del valor del dólar blue, casi como el VAR de la política. Le han dado la espalda a la política y con las preocupaciones del día a día se refugian en el escapismo de los programas de entretenimiento (lo que explica el regreso de  los realities shows a las pantallas televisivas). 

Amores de estudiantes flores de un día son. Por ahora el gobierno tiene un solo plan: el programa con el FMI, si Alberto Fernández.  Parte de la dinámica interna de la discusión entre Alberto y el kirchnerismo impulsa la reapertura de ese programa. Las primeras declaraciones de Silvina Batakis diciendo que era partidaria del equilibrio fiscal y que iba a seguir los lineamientos del programa con el Fondo, cayó muy mal en parte del FdeT, lo que explica la siguiente declaración sobre que “el derecho a viajar colisiona con la generación de puestos de trabajo”. Con esa frase en conjunto con la prohibición de pagar en cuotas las comprar ¡en el Freeshop! Intentó equilibrar aquellas primeras declaraciones. 

En definitiva, la dinámica intraoficialista parece lejos de detenerse. Nuevamente el valor del dólar es la caja de resonancia de la crisis. Lo que promete nuevos cambios en la cúpula de gobierno.

Sociólogo (@cfdeangelis)