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Defensora de Género

La Política Exterior Feminista ¿es posible con la guerra?

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ONU. El Consejo de Seguridad, un territorio absolutamente masculino. | cedoc

La Política Exterior Feminista es una política exterior que definen los países, basada en los principios feministas, o sea promueve la igualdad, la no discriminación por cualquier aspecto, que es inclusiva, que rechaza toda forma de racismo y el colonialismo en todas sus formas, que promueve y respeta los derechos humanos, así como el cuidado del medioambiente y la vida en un marco de paz. Además, debe existir coherencia entre las políticas internas de ese país y las que tiene a nivel exterior. Es por eso que, en general, estas políticas no se llevan bien o no pueden convivir en países con conflictos armados y menos aún con guerra. En este momento cuando a la guerra entre Rusia y Ucrania se agrega el conflicto entre Israel y Hamás –conflicto que ha roto todos los modelos de respeto internacional a la protección de la población civil con un fuerte impacto en muertes–, y sufrimiento en niños y mujeres; grupos siempre más vulnerables. Frente a esto se plantea una crisis en los países que han definido y adoptado una Política Exterior Feminista, porque se han roto los principios de apoyo y respeto por el sostenimiento de la paz.

En el reciente encuentro en La Haya: “Definiendo la Política Exterior Feminista”, que congregó a representantes de organizaciones de mujeres y feministas, así como gobiernos de todo el mundo, el problema estuvo presente y no pudo ser evitada la diferente visión de gobiernos y organizaciones de mujeres y feministas. El pedido de cese del fuego fue el reclamo de la mayoría de las participantes de la sociedad civil, que si bien no soluciona el problema, es fundamental para acabar con la muerte y sufrimiento de miles de civiles en ambos países. Esto no era compartido por muchos de los gobiernos presentes. Lamentablemente no se pudieron desarrollar los conceptos de la incongruencia de algunas políticas exteriores de los países, porque no guardan coherencia con las políticas feministas, frente al tema del armamentismo y la mantención de modelos de acumulación de armas que se generan, y que incluso desvían importantes fondos en países que los necesitan para su desarrollo. Esto es una llamada de atención a cómo plantear la Política Exterior Feminista con criterios aplicables a pases del Norte y del Sur Global. Estos son temas que requieren un análisis en profundidad, y que no pueden ser resueltos en Conferencias o Reuniones mundiales masivas, pero que sí ameritan que en cada país que se plantea una Política Exterior Feminista, se consideren todas las áreas que deben estar presentes y la coherencia que tienen con los principios generales y la realidad de cada país. Esto implica que adoptar una Política Exterior Feminista requiere revisar su impacto en todos los campos y buscar la coherencia y la evolución que debe tener para lograr que se aplique en los términos que están definidos y aceptados. Ésta es una tarea que supera a un ministerio y debe envolver a todo el gobierno; también a los distintos componentes de la sociedad civil y especialmente a las feministas. Se abre un panorama muy amplio e importante que cada país debe hacer, y a su vez, articular con los otros países, especialmente a nivel regional primero y luego a nivel mundial. En ese marco la reciente Reunión de alto nivel realizada en Buenos Aires con la asistencia de los cinco países de América Latina y el Caribe que han definido una Política Exterior Feminista: México, Colombia, Chile, Brasil y Argentina a la que asistieron delegadas de las organizaciones y de la academia feministas que estudian estas políticas, se trazó una ruta a desarrollar regionalmente en forma conjunta articulada. Es un modelo que se debe profundizar y continuar para articular una respuesta regional que respetando las particularidades de cada país, nos permita avanzar con modelos propios. Es un camino al que apostamos…