Hace algunos años, cuando internet estaba aún en formación, hacía falta una imagen con la cual hacer ciertos experimentos, experimentos que condujeron a establecer un standard de comprensión y elaboración digital conocido hoy como jpeg. Un poco en broma, un poco a raíz de ciertas características técnicas, la imagen que se eligió fue una fotografía tomada en 1972 de la modelo sueca Lena Forsén, que había sido publicada en la página central de la revista Playboy.
La revista especializada Wired habla de ella como la santa patrona de internet; alguien dijo que “fue para ciertos ingenieros digitales lo que Rita Hayworth fue para los soldados estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial”.
Naturalmente, la imagen con la que los ingenieros digitales trabajaban no era con Lena Forsén absolutamente desnuda, sino con la sección en la que aparecía la cabeza y los hombros, y todo eso sucedía sin que Lena estuviera enterada. Cuando se enteró la cosa le agradó mucho, pero al poco tiempo dejó de agradarle.
El apellido que Lena había elegido para ser conocida era Söderberg. Cuando posó en aquella foto en 1972 venía presentada como Lenna Sjööblom. Tenía 21 años y había elegido cambiarse el apellido y agregarle una “n” al nombre para ayudarle a los lectores anglófonos a pronunciarlo bien. Esa fue la única foto que hizo para Playboy y su único desnudo.
Aquella Playboy fue la de septiembre de 1972. Pocos meses después, la revista cayó en las manos de algunos ingenieros e investigadores de la Universidad del Sur de California, que decidieron recortar la imagen y usarla para el testeo de ciertos algoritmos para la comprensión de imágenes. Influían los colores de la fotografía y su estructura general: la foto respetaba determinadas características (características que seguramente respetaban también miles de fotografías existentes, con mujeres, hombres y animales, pero los ingenieros eligieron precisamente ésa).
De modo que el rostro de Lena fue escaneado y convertido en una serie de datos capaces de ser reproducidos en una pantalla de computadora en una versión digital. En un reciente artículo de la revista online The Pudding, Jennifer Ding dice que a partir de allí la historia de la imagen acompañó la historia de internet, y Lena fue uno de los primeros rostros de Arpanet, una red de computadoras creada por encargo del Departamento de Defensa de los Estados Unidos (DOD) para utilizarla como medio de comunicación entre las diferentes instituciones académicas y estatales. De allí saltó a la World Wide Web (comúnmente conocida como www, o más sencillamante, la web).
En 1973 la fotografía de Lena había alcanzado cierta fama, al punto que Woody Allen la incluyó en su película El dormilón, donde interpreta a un hombre que luego de doscientos años de hibernación se despierta en el año 2173. Un sujeto le muestra una serie de fotografías para que explique de quiénes se trata, y el personaje identifica fácilmente a Stalin, a Nixon, a De Gaulle, a Scott Fitzgerald, y cuando tiene entre manos la foto de Lena la dobla en cuatro, se la mete en el bolsillo y dice: “Ésta me la voy a llevar para estudiarla”.
Lena hoy tiene 70 años y no se lamenta de nada. Solo muestra algún reparo al hecho de no haber ganado nada con todo eso. Pero le agrada saber que hay tanta gente que conoce cada milímetro de su rostro.