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política efímera

Luna de miel

06-11-2021-logo-perfil
. | Cedoc Perfil

Los matrimonios, las celebraciones de casamiento, incluyen una serie de rituales que se mantienen y actualizan de acuerdo a las culturas y/o las religiones de los contrayentes.

Romper una copa, entregar anillos, hacer promesas o votos, tirar arroz, entrada de la novia, lugar de los padrinos, de los testigos, duración de la fiesta, las ligas, el ramo, junto a antiguas y nuevas tradiciones.

Un ritual al que dan curso las bodas es la luna de miel. Entendemos por “luna de miel” el período que va luego de la concreción del matrimonio, tal vez legal, tal vez religioso, tal vez de común acuerdo, hasta un mes después de este hecho. 

Queda claro que lo dicho puede adquirir variantes según la elasticidad de los contrayentes.

Los rituales más aceptados en estos días hablan de “irse” de luna de miel. Lo que implica un viaje a algún destino romántico, relajado y/o exótico.

Según los buscadores de internet se atribuye al concepto de luna de miel diversos orígenes: Babilonia, Roma Antigua, Egipto, los teutones, matrimonios celebrados en luna llena, el haber aguamiel o cerveza de miel, raptos de novias y demás. 

La esquizofrenia de la polarización eterna sacude al país y puede hacer lo suyo

La miel aporta un toque de dulzura a una situación de por sí extraordinaria. También se especulaba el período de luna de miel con el de la búsqueda de los hijos, ya que el propósito principal del matrimonio antaño era la procreación.

Lo real es que la legislación laboral de varios países otorga a las y los trabajadores un tiempo de permiso, una licencia, para ausentarse del trabajo en virtud de contraer matrimonio, con derecho a ser remunerado.

La costumbre de viajar durante la luna de miel vendría del siglo XIX en la que los novios llegaban hasta los sitios de familiares más alejados que no hubieran podido concurrir a la boda.

Yendo a la política, la “luna de miel” es el período en el que los candidatos ganadores gozan de viento a favor. 

Poseen un tiempo, difícil de cuantificar, de romance con sus votantes y afines para impulsar medidas gracias, al efecto arrastre que produjo el triunfo electoral.

Algunos políticos pueden caer en la tentación de creer que gozan de un período de luna de miel por un nombramiento reciente. Pero, cuidado, adquirir algo de aire en medio de una situación asfixiante no es equivalente al respaldo del voto popular. Una designación no es igual a ser elegido.

Se viene el viaje oficial por el norte financiero en el que será difícil explicar la coyuntura política interna argentina. 

Las contradicciones en el Gobierno hacen que el veranito que se va a buscar pueda darse con temperaturas bajo cero. En varios órdenes, político, social, económico, laboral, nuestro caos institucional nos deja viviendo en un mundo paralelo que gira para el otro lado.

Al compás del tamboril

Por otra parte, aquellos que ya han ejercido el poder y que han perdido una elección siendo gobernantes, es posible que, si vuelven a presentarse con éxito, su luna de miel con la población dure menos que la de un nuevo candidato que trae el beneficio de la duda.

El que ya ha ejercido el poder, aun triunfando tiempo después, lleva una carga negativa más difícil de revertir que el que llega sin decepciones previas. No se conoce, en términos futboleros, a ningún jugador que habiendo sido sacado en el primero pueda entrar en el segundo tiempo. 

Claro que, la esquizofrenia de la polarización eterna sacude al país y puede hacer lo suyo, como el juego del samba que termina tirando a todos por el piso.

Hay encuestas que dicen que la luna de miel, la época romántica del matrimonio, dura un poco más de un año para luego ir perdiendo el entusiasmo original. Al decir de Sabina, que no nos duerman con cuentos de hadas.

En la política y, sobre todo, en la Argentina, la luna de miel puede ser efímera. Por ello, para cualquier político, electo o nombrado, la mejor manera de encarar al pueblo es escuchando genuinamente. 

Que no confundan la luna de miel con la despedida de soltero. Y que, Sabina dixit, todas las noches sean noches de bodas, que todas las lunas sean lunas de miel.

*Sindicalista. Convencional Nacional UCR.