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Menemismo progre

Martín Guzmán y Alberto Fernández
Martín Guzmán y Alberto Fernández | cedoc

Sin prisa pero sin pausa, la gestión de Alberto Fernández inició lo que acaso se convierta en el mayor ajuste económico hecho por un gobierno peronista desde Carlos Menem.

Claro está, la expansión monetaria obligada por la pandemia debía tener un freno más temprano que tarde. Pero aún así, el plan de recortes encarado por el empoderado Martín Guzmán resulta tan ambicioso (aplaudido por los agitadores de que seremos Venezuela) como polémico puertas adentro del oficialismo.

Veamos:

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◆ Guzmán inició las negociaciones con el FMI en busca de un Programa de Facilidades Extendidas. El ministro explica bien todo lo que se ganaría en postergación de pagos y nuevos fondos frescos. Pero omite el capítulo de que el organismo volverá a auditar todo el tiempo al país y, sobre todo, que en este tipo de acuerdos se comprometen reformas estructurales. Llámenlas jubilatorias, impositivas, laborales, del Estado o todo eso junto. Elige tu propia reforma.

◆ Como señal, Guzmán promete para 2021 una reducción mayor a la que se acaba de aprobar en el Presupuesto. Por eso ya se frenó el IFE y se redujo a la mínima expresión el ATP. También prevé menores gastos en subsidios estatales, lo que implica el descongelamiento de varios precios de la economía, como el de la energía y los servicios públicos.

◆ Con el fin de contener el dólar en el cortísimo plazo, Economía emitió un bono en dólares para canjearles por el que tenían en pesos grandes fondos de inversión globales. Además, hizo malvender bonos en manos de Anses y presionó al BCRA para que suba las tasas de interés.

◆ Se vuelve a cambiar la fórmula para aumentar las jubilaciones para que no acompañen a la inflación. Ahorro estatal en perjuicio de los mayores.

◆ Trabajo convalidó todas las paritarias por debajo de la tasa inflacionaria, en especial la de los empleados públicos.

◆ Se pone fin a los Precios Máximos y volverán los Cuidados, con mayores costos para los consumidores.

Como para compensar este giro súbito hacia la ortodoxia liberal, el FdT desempolvó el casi marchito proyecto de impuesto a la riqueza para intentar aprobarlo este martes 17 en Diputados.

Como revela Rosario Ayerdi en esta misma edición de PERFIL, Máximo Kirchner y Sergio Massa resucitaron la iniciativa –que no seduce al Presidente– con la idea de que Guzmán revea su decisión de desactivar el IFE 4 y cuente para ello con aportes que hoy no están.

Voces oficiales no desmienten que otras medidas imprevistas lanzadas estos días por el Gobierno buscan equilibrar ese giro a la derecha en lo económico. Entre ellas aparecen dos, bienvenidas para el autor de esta columna: el proyecto de ley para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y la luz verde para el cultivo de cannabis medicinal.

Habrá que ver si el impacto de estas iniciativas, que agrietan en la sociedad, cohesionan a una coalición oficialista que asiste a una nueva mutación a la que el peronismo nos suele tener acostumbrados cuando gobierna.