COLUMNISTAS
opinión

Peronismo: ¿un gigante invertebrado?

20240407_cristina_fernandez_kirchner_cedoc_g
Cristina. Conductora natural para este momento histórico. | cedoc

Son tiempos convulsionados, multiplicidad de referencias y guapos de streaming, en el principal espacio opositor hasta hoy nominado como Unión por la Patria.

Obviamente, ahí todos quieren la unidad, como es habitual en el peronismo, pero no todos comparten igual proyecto de país, como es habitual en el peronismo.

Al respecto, Néstor Kirchner sentó doctrina respecto al tipo de unidad histórica que requiere la fase kirchnerista del peronismo condensada en la visión Unidad sí, para bajar banderas, no.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

El tipo de unidad desplegada para ganar las elecciones del año 2019, se desentendió de la dimensión de proyecto, es notorio que “bajó banderas” y no cumplió con el contrato electoral del año 2019. Ha concluido entonces, su ciclo histórico, agotamiento extremo, al punto que, aún con un gran candidato, ya no logró triunfar en 2023.

No es novedad esta mutación. Tras la derrota en la elección bonaerense del año 2009 con el triunfo de Francisco de Narváez, voló por el aire el tipo de unidad centrada en la “transversalidad”, diseñada en el año 2007.

Recordemos que el vicepresidente Cleto Cobos dejó de lado su posición de integrante del Poder Ejecutivo y pasó a la oposición con ínfulas presidenciales y hasta renunció el jefe de Gabinete Alberto Fernández. Sergio Massa, integrante de la lista testimonial bonaerense en el año 2009, también dejó el gobierno y comenzó a diseñar el Frente Renovador, dispositivo político-electoral con el que ganaría holgadamente las elecciones bonaerenses en el año 2013 y aún persiste. Pasó siempre en el peronismo. El tipo de unidad que planteó Juan Perón en los comienzos a mediados del siglo pasado, no fue el mismo que el de los años setenta, y ese tipo de unidad setentista estalló en el año 1974 a niveles hoy inimaginables.

¿Cuánto tiempo más llevará?

Se intentó un revival discreto con la fórmula Luder-Bittel en el año 1983 y no funcionó.

Ese tipo de unidad ya no fue la mismo que se materializó con Carlos Menem en la primera etapa 1989-1995, y se transformó aún más a partir del año 1995, incorporando a la coalición peronista-menemista a la UCeDé.

Una formación neoliberal que venía de una elección nacional de 7 puntos con la fórmula Alsogaray-Natale, llenaba estadios y recitaba toda la catilinaria del neoliberalismo heavy metal, que haría hoy las delicias del propio Javier Milei. Esta mutación trastocó el tipo de unidad del año 1989, consolidando al peronismo menemista, como el partido del ajuste neoliberal dominante en el país.

Hubo que esperar la llegada de Néstor Kirchner que puso fin a casi 25 años de hegemonía neoliberal –inaugurada, recordemos, a sangre y fuego en el año 1976 por Videla y sus esbirros– y tras la crisis del año 2001, reconcilió al peronismo con su tradición popular-democrática, abandonando la fase neoliberal menemista.

Se construyó un nuevo tipo de unidad histórica en el año 2003 mediante la llamada “transversalidad”, que estalló por los aires en el año 2009 tras la crisis de la 125. Se optó, entonces, por un repliegue sobre el PJ y ese tipo de unidad, con matices, dominó hasta el año 2023. La excepción fue el año 2017, cuando en pleno lawfare en su contra, Cristina Kirchner constituyó Unidad Ciudadana en las puertas de Comodoro Py, para enfrentar las elecciones bonaerenses por fuera del PJ oficial.

Asumir entonces las transformaciones inexorables en el tipo de unidad histórica –política y social–, que se construyó para el período 2019-2023 sin perder la vocación de mayorías, es el gran desafío de la etapa para el peronismo. Persistir en ella, será encaminarse a la esterilidad histórica.

Al respecto John William Cooke fue anticipatorio cuando en Apuntes para la militancia en 1964 advertía: “Estamos en un equilibrio: el régimen que no tiene fuerza para institucionalizarse, pero sí para mantenerse, mientras el peronismo y la masa popular y otras fuerzas tiene suficiente potencia para no dejarse institucionalizar, pero no para cambiarlo. ¿Quién tiene que romper ese equilibrio? Nosotros; a la burguesía con durar le basta.” ¿Y quién puede conducir al peronismo a romper este equilibrio y enfrentar con chances a la cuarta ola neoliberal? Sin duda, Cristina Kirchner y el tipo de liderazgo histórico que encarna, sabiendo que el peronismo sin un liderazgo potente, es un gigante invertebrado.

¿Candidaturas? Todo en su medida y armoniosamente. Hoy, solo habrá que ser fieles a aquello que, enunciado en el año 2008 por Néstor Kirchner, es doctrina en el peronismo kirchnerista: “Unidad sí, para bajar banderas, no”.

* Director Consultora Equis.