“Para ganar las elecciones en Unión por la Patria habría que ser kirchnerista en las PASO, peronista en la primera vuelta y alfonsinista en el ballottage”, sostuvo un dirigente experimentado cuando se suponía que no habría una cadidatura única. Parafraseándolo desde la oposición: “Para ganar las elecciones en Juntos por el Cambio, hay que ser halcón en las PASO, paloma en la primera vuelta y radical en el ballottage”.
Oficialismo y oposición, de mantener PASO competitivas, compartían un dilema originario, inmanente a la heterogeneidad de sus componentes. Ambas hubieran necesitado tres candidatos diferentes para cada votación, obligando a cada uno de ellos a irse a los extremos en las PASO y recorrer un camino hacia el centro, en dos etapas hacia el ballottage.
Lo evidencia más explícitamente Horacio Rodríguez Larreta, quien ya eligió duros para las principales candidaturas que lo complementan: Gerardo Morales para vicepresidente y Miguel Ángel Pichetto para presidente de la Cámara de Diputados.
Y no debería sorprender que si Patricia Bullrich ganase las PASO, el 14 de agosto marque distancia de Macri y tienda puentes con el centro en lugar de dinamitarlos. Siguiendo con los tres tiempos, Patricia Bullrich sería PRO puro en las PASO, peronista en primera vuelta y en un ballottage lo que representó Elisa Carrió en 2007.
La sociedad es mayoritariamente de centro y moderada, pero las minorías intensas que se expresan en mayor proporción en los medios son el núcleo duro de cada coalición.
Cuanto más se agranda una coalición, menor importancia relativa tiene su núcleo duro, por eso cuanto peor le hubiera ido a Unión por la Patria en las PASO, mayor habría sido la importancia interna del kirchnerismo.
JxC: hay que ser halcón en las PASO, paloma en primera vuelta y radical en el ballottage
Si los votantes de la vicepresidenta fueran 20% y Unión por la Patria, y como se imaginaba hasta ayer a la tarde, hubiera obtenido entre Scioli y Wado de Pedro el 30%, dos de cada tres votos habrían sido del kirchnerismo. Pero si Unión por la Patria obtuviera el 40%, como se supone ahora aspire con Massa, dos de cada cuatro serían del kirchnerismo. Aquel “ganar perdiendo” para el kirchnerismo hubiera significado dejar al sector de Scioli fuera de juego porque si Unión por la Patria, en lugar de obtener el 30% en las PASO obtuviera el 28% y siempre 20% del total hubiera sido del kirchnerismo, con en este caso solo 8% del sector de Scioli, el kirchnerismo se habría quedado con el 100% de los cargos y candidaturas legislativas porque habría obtenido el 71% del total de votos de Unión por la Patria y aquel sector de Scioli no habría llegado al 30%, piso para ingresar a las listas de legisladores por la minoría.
Pero nada de eso terminó siendo así porque cuando todos daban por definida la fórmula Wado de Pedro-Manzur un comunicado de Unión por la Patria anunció que había una fórmula de unidad integrada por Sergio Massa y Agustín Rossi. Más efímera y sorpresiva fue la evolución de la fórmula de De Pedro-Manzur que el catastrófico viaje del sumergible Titán.
Esa nunca fue la situación en Juntos por el Cambio, donde los resultados de sus PASO sí competitivas serán más parejos. La oposición mantuvo el piso de 20% y no lo elevaron a 30% como había sido originalmente en Unión por la Patria, acción que por sí sola habría significado un síntoma de estrategia defensiva del kirchnerismo.
Hasta hace pocos años no existía ni la segunda vuelta (reforma constitucional de 1994) ni las PASO (ley electoral de 2009), nuestro sistema electoral actual es otra particularidad argentina con tres elecciones generales a lo largo de cuatro meses, sumado a las elecciones desdobladas en las provincias, agregando desde la primera de ella otros cuatro meses, lo que demuestra el interés que una parte significativa de los argentinos siente por la política y en parte explica que tengamos siete canales de noticias cuando en Estados Unidos hay solo tres. De la misma forma que es otro síntoma que en Estados Unidos haya tres canales de noticias sobre economía y en la Argentina ninguno hasta el reciente lanzamiento de Canal E.
Esta competencia política en tres tiempos se parece a un triatlón, la competencia deportiva que involucra tres disciplinas diferentes: natación, ciclismo y carrera a pie, lo que genera incertezas aún mayores sobre el resultado final de cada uno de los candidatos. Por ejemplo, Bullrich podría ser la mejor candidata para la etapa inicial mientras que Larreta, para la final. Pero esto sería así siempre y cuando fuera más fácil para cualquier candidato moderado competir en el ballottage contra otro más extremo: Larreta o Massa contra Milei.
Además, Juntos por el Cambio se debate sobre si quien ganase en las PASO fuera Larreta, los votantes de Bullrich pasarían a Milei o no, como sostienen los analistas de opinión pública porque el voto a Milei es de hombres jóvenes y el de Bullrich, de mujeres de mediana edad. Y en Unión por la Patria falta confirmar que Grabois cumpla su promesa de retirarse de la coalición ahora que Wado no será candidato como se descontaba hasta ayer y lo será únicamente Sergio Massa.
E igual discusión sobre Milei, quien no para de tener deserciones en su equipo y en sus candidatos, además de obtener resultados insignificantes en las elecciones provinciales anticipadas, sobre si quienes dicen preferirlo en las encuestas serán quienes luego protesten no yendo a votar reduciendo la incidencia de los libertarios en lugar de un tercio a un quinto.
Alternativas que hacen al triatlón político argentino interesante a los consultores electorales extranjeros: el 5 de julio se juntan el ecuatoriano Jaime Duran Barba y el español Antoni Gutiérrez-Rubí a presentar el libro Gestionar las emociones políticas. El primero fue consultor de Juntos por el Cambio, el segundo, del ex Frente de Todos.
En el reportaje largo de hoy en PERFIL la exministra de Economía Silvina Batakis, al cumplirse un año de su asunción tras la renuncia de Guzmán, menciona que la singularidad económica argentina es un caso de estudio mundial continuo.
Muchos preferirían más normalidad. La confirmación de la candidatura de Wado De Pedro al mediodía de ayer y la de Sergio Masa bajando la de Wado junto con la de Scioli no es apta para cardíacos.