En uno de sus últimos relevamientos, Apyme, entidad que nuclea a empresarios pymes que, en líneas generales, apoyan y dan soporte al oficialismo nacional, resaltó el duro momento que están atravesando miles de pequeñas y medianas empresas.
Unos 1.600 micro, pequeños y medianos empresarios y empresarias de los conglomerados más importantes del país, respondieron sobre su situación actual y perspectivas. Y, si bien el 60% destacó que está con mejores niveles de actividades que llegan a valores del 2019, hay preocupación por el ritmo de esa recuperación y por condicionantes clave que traban la actividad hacia adentro de las pymes: inflación generalizada, incremento de costos, faltante de insumos.
Incluso, un 43% respondió que desaprueba la política de control de precios que viene aplicando la Nación. De nuevo, se trata de un universo pyme nucleado en una entidad que tiene entre sus referentes a diputados o candidatos que militan en el oficialismo nacional o comulgan con el proyecto nacional.
“Las respuestas sobre la evolución de la actividad muestran, en términos generales, la continuidad de un proceso de recuperación con eje en la industria. Sin embargo, en el trimestre relevado se nota un freno al ritmo de recuperación general que se venía experimentando, junto con una leve caída de las expectativas tanto en los niveles de actividad como en las previsiones de inversiones y generación de nuevos empleos. Esta situación se condice con el alto nivel de preocupación del conjunto de las pymes por los aumentos injustificados y el normal abastecimiento de los insumos difundidos”.
La mala performance de la gestión económica no solo está limando la solidez política interna del Frente que gobierna, sino que también dificulta el sostenimiento del apoyo hacia afuera de la coalición de gobierno. Gremios y entidades empresarias afines están cuestionando cada vez con más fuerza las decisiones que se toman.
En Córdoba, el titular de Apyme es Humberto Spaccesi. El dirigente remarcó que siguen apoyando al gobierno, pero con actitud crítica. Que saben que “el otro modelo” –el que representó la gestión de Macri— es peor y que el gobierno está debilitado y por eso no puede resolver las causas que explican el principal mal que aqueja a las empresas, el sector trabajador y la sociedad toda: la inflación.
“Le quieren echar la culpa al Estado por la inflación diciendo que se emite mucho, puede ser, pero con eso no alcanza a justificar toda la inflación que tenemos. Hemos tenido períodos de cero emisión y la inflación siguió alta. Le echamos la culpa al déficit y muchos países tienen déficit y no tienen la inflación que tenemos acá. Hay otras cosas más importantes”, dice.
—Entonces, ¿qué están viendo ustedes como causas principales de la inflación?
—Uno de los causantes de la inflación es que a los valores externos de los precios, los quieren extrapolar al mercado interno cuando los costos son locales. Ese es un elemento claro. En un momento ha sido la excesiva emisión monetaria, lo que ha disparado los precios; en otros momentos ha sido la inconsistencia del gasto público, el déficit fiscal, también hay una dolarización en el imaginario colectivo que sube el dólar y los precios y muchas veces no tienen nada que ver.
—La emisión no es la del 2020 y el dólar hace meses está más o menos en los mismos valores. ¿Dónde está radicando el incremento de precios al 6% mensual?
—Bueno, esos son puntos que inciden más o menos en el proceso inflacionario. Pero hay un factor que es muy importante. Nosotros no tenemos una economía equilibrada, con jugadores en una libre oferta. Acá tenemos grandes jugadores que manejan casi monopólicamente, en muy pocas manos, el 80% de algunos productos, como alimentos, insumos como el hierro, el cemento, el aluminio, que se utilizan en un montón de procesos productivos y se utilizan acá de forma cuasi monopólica. Acá no se da la oferta y demanda, sino que estos grandes jugadores ponen los precios que a ellos les parecen convenientes y en vez de aumentar la producción aumentan los precios. Total igual se venden. Hay determinados jugadores que se están aprovechando de sus posiciones relativas de poder sobre el resto de la sociedad y están sacando una diferencia y un diferencial de utilidades mucho más allá de lo que se puede esperar. Y tenemos un gobierno totalmente incapaz de poder controlar estas variables hasta el punto que hacen lo que quieren. Pactan Precios Cuidados y después desabastecen.
—¿Ustedes creen que esta es una de las principales razones que están motorizando la inflación? ¿La posición dominante de grupos empresarios?
—No te quepa la menor duda de que hoy ese es el principal factor. El segundo factor es el mercado internacional, que incide sobre el costo, sobre el mercado interno. Y los exportadores con cierto derecho dicen: “No, yo quiero vender donde me pagan más”'. Tiene que haber alguna regla, alguna regulación para decir ‘bueno, vendés tanto, pero hay tanto que queda para el país’.
—Para ustedes, ahora la emisión monetaria o, en definitiva, el déficit fiscal están en planos más relegados a la hora de explicar la inflación.
—La emisión monetaria también tiene su valor relativo a nivel macro, pero no explica esto. ¿Cómo puede ser que los medicamentos o muchos alimentos aumenten tanto? No hay ninguna, ninguna razón lógica, ni por el dólar ni por nada, para que se aumente así. Lo único que lo explica es el aprovechamiento de algunos jugadores que en forma pícara se quedan con el excedente que tiene la sociedad.
—Pero la inflación parece más compleja, si no sentamos a los 10, 20 grupos y se negocia…
—No los sentás, andá a sentarlos. O los sentás y después se van y hacen lo que quieren. Se reúnen, pero siempre les encuentran la vuelta para escapar de esa responsabilidad. Hoy llegamos a un punto en que la población quedó totalmente neutralizada.
—¿Y qué se supone que haga la gente?
—La población tiene que salir… Nosotros vamos a empezar una campaña para mostrarles la capacidad que tienen como consumidores. Y si una leche sube de precio sin razón, no hay que comprarla. Dejá de comprar esa leche por un mes y vas a ver cómo bajan los precios. Hay que activar la capacidad de condena social de la gente.
—Entonces, ¿la salida es más intervención y más control del Estado en lugar de más libre mercado?
— Pero seguro, si nosotros acá no tenemos libre mercado, ¿cómo vamos a tenerlo cuando unos pocos jugadores concentran el 90% de la oferta? ¿Cuando hay algunas alimenticias que en la góndola son los mismos proveedores con distintas marcas? Y el gobierno está desarticulado, sin ninguna capacidad, sin ninguna autoridad para imponer nada. Porque, realmente, la forma como se ha desacreditado la investidura presidencial es demasiado. Ya hay una movida de propios y extraños que se ocupan, ¿no?
—Ustedes son afines al gobierno, ¿hasta dónde apoyan?
—Apoyamos, pero con sentido crítico. Porque apoyamos el discurso y los objetivos, porque vivimos del mercado interno y la producción y sabemos lo que es el otro modelo. Nosotros apoyamos, pero hasta la puerta del cementerio.