Perfil
CóRDOBA
VISITA PRESIDENCIAL

Alberto F. y Schiaretti no disimularon tensiones en el segundo cara a cara en un año

Encabezaron un acto en Nissan junto al CEO de la automotriz y, aunque evitaron cruzar críticas, se percibió la incomodidad entre ambos. Cuáles eran las preocupaciones del Presidente en torno al discurso del gobernador.

20220430-SCHIARETTI-ALBERTO-
GESTOS. Schiaretti y Alberto no cruzaron críticas, pero algunos gestos no se disimularon. | Fino Pizarro

“No hubo buena sintonía hasta ahora, ¿por qué debería existir en este momento?”. Con esta frase, un dirigente que conoce los intentos que se hicieron desde un lado y del otro para acercar posiciones entre el presidente Alberto Fernández y el gobernador Juan Schiaretti describió el contexto en que se produjo el frío encuentro de ambos en el mediodía de ayer en Córdoba. 

Reunión que fue la segunda en esta provincia desde que Fernández ocupa el despacho principal de Casa Rosada y que se produjo casi con el mismo frío clima de aquel viernes de junio del 2021. En esta ocasión, la excusa fue el incremento de la producción de la camioneta Frontier de Nissan y la creación de 550 nuevos puestos de trabajo en la automotriz de Santa Isabel. 

El Presidente arribó a Córdoba poco después del mediodía, fue recibido por el gobernador y el intendente Martín Llaryora en aeropuerto Ambrosio Taravella y desde allí se trasladaron a la planta de Santa Isabel. Donde estaban funcionarios provinciales y nacionales aguardando el arribo de los tres. 

Una vez en la planta de Nissan, comenzaron la recorrida por línea de producción y sin la presencia de los medios. Y aquí, luego del frío saludo en el aeropuerto, se vivió el segundo momento de tensión, porque la recorrida por la planta se hizo por separado. De un lado, y con los directivos de Nissan, Alberto F. junto a funcionarios nacionales; por el otro, el gobernador junto a Llaryora y el vicegobernador Manuel Calvo. 

Los recaudos de Alberto. Desde el comienzo de la semana, el ala del gobierno que responde al Secretario General de la Presidencia, el albertista Julio Vitobello, estuvo encima de la agenda cordobesa y en contacto permanente con el intendente Llaryora. Quien, de acuerdo en lo que coincidieron distintas fuentes del PJ cordobés, cultiva otra relación con el Presidente; muy distinta a la que lleva adelante el gobernador. 

“Martín (Llaryora) estuvo siempre a disposición”, dijo una fuente de Casa Rosada a PERFIL CORDOBA en torno a la postura del intendente capitalino. 

Sin embargo, está claro que las miradas estaban puestas en los gestos entre el Presidente y el gobernador. Y acerca de la postura del primero, fuentes del Frente de Todos reconocieron a este diario que los recaudos en la previa a los discursos eran tres ejes: previsión del dólar para el sector autopartista, retenciones y subsidios al transporte. Ésos eran los puntos que más preocupaban a Alberto F. del discurso de Schiaretti. 

“En todo momento hubo dudas sobre si el gobernador iba a jugar fuerte o no. Pero creemos que estuvo bien”, razonó a este medio una fuente albertista. 

Y esto lo dijo en referencia a que el gobernador, que habló antes que el titular del Ejecutivo nacional, no hizo alusiones directas a los motivos que hoy lo enfrentan a Nación. 

Schiaretti no habló de los inconvenientes para acceder a la divisa estadounidense, como así tampoco del campo o del transporte. Aunque, en el tramo más fuerte del discurso lanzó: “el Estado debe subsidiar el empleo, no el desempleo”, tras recordar el aporte que hace la Provincia en la contratación de los 550 nuevos empleos. 

Por su parte, el Presidente no recogió ese guante, pero sí trató en algunos momentos de su discurso buscar cierto acercamiento, como cuando señaló que “el trabajo dignifica” y agregó un “lo sabemos ‘el Gringo’ y yo porque venimos de la misma cuna”. Ni siquiera esta frase, fue acompañada por un gesto más relajado por parte del mandatario provincial en la planta de Nissan. 

De todas maneras, el hecho de que Schiaretti no haya apelado a este tipo de críticas, generó un alivio en el entorno de Fernández, que de todas maneras hizo alusión a la situación de la moneda estadounidense. “Tengan la tranquilidad que está en nuestra cabeza que la producción no se detenga por falta de dólares”, dijo Alberto F. 

A lo que agregó que el sector, este año “va a producir el doble de las unidades que en 2019”, párrafo en el que aprovechó para profundizar sus críticas a la gestión del expresidente Mauricio Macri.  Aunque sin nombrarlo.  

Bajo Grande, la segunda escala. Superado ese primer acto breve, ambas comitivas se trasladaron hasta la planta de tratamiento de líquidos cloacales de Bajo Grande. Escala que Alberto Fernández quería hacer sí o sí, de acuerdo con lo que reconocieron alfiles locales del FdT. 

Por eso, ahí el protagonismo del ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, fue mayor al que un rato antes había tenido en la planta automotriz Matías Kulfas, el titular de la cartera de Desarrollo Productivo, y dos de los tres funcionarios de primera línea que acompañaron a Fernández a Córdoba. La tercera fue la portavoz de Casa Rosada, Gabriela Cerruti. 

Aquí, Fernández hizo la recorrida con sus funcionarios, el gobernador, el intendente y se sumó el ministro de Servicios Públicos provincial, Fabián López, uno de los más críticos con la Nación en materia de subsidios. Allí, Fernández sostuvo: “ampliamos la planta de tratamiento de líquidos cloacales de Bajo Grande. Esto mejora la calidad de vida de 700 mil personas y la calidad ambiental de la ciudad. Por muchos años, esos líquidos terminaban contaminando el río Suquía y ahora llegarán convertidos en agua limpia”, destacó. 

En la Provincia, las quejas estuvieron porque los fondos que llegaron desde Nación en este tiempo fueron únicamente por obras de cloacas, según confiaron fuentes desde El Panal. Y las referencias estuvieron puestas en Bajo Grande, Río Cuarto y San Francisco. 

“La plata de las obras la está poniendo la Provincia. Hay obras que se firmaron en época de (Mauricio) Macri y en esta gestión dijeron que las iban a respetar. El problema es que son obras de infraestructura gruesa”, se quejó ante este diario un funcionario provincial.

Quien además sostuvo que la misma crítica hizo llegar un alto funcionario provincial a un ministro albertista en el mediodía de ayer. 

Intendentes, pensando en lo que viene. Por último, la escala final tuvo como protagonistas a los intendentes que tienen buena relación con la Rosada. En un acto que se desarrolló en la sede de Camioneros y que tuvo como engranaje clave en ese diálogo al intendente de Villa María, Martín Gill.  

El debate por la re-re, la sucesión de Schiaretti y las fricciones internas, fueron parte del diálogo con el que se cerró la gira de Alberto en el predio de Camioneros sobre ruta 5.