Septiembre cerró con señales preocupantes para la economía argentina, según el Informe de Coyuntura Económica elaborado por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPA). En el trabajo se remarca un deterioro en varios indicadores clave, como la caída de la producción industrial, aceleración de la inflación, dificultades para sostener el nivel de empleo y tensiones crecientes en el frente cambiario.
Lejos de consolidar una etapa de recuperación, la economía nacional enfrenta un cuadro recesivo con heterogeneidades sectoriales, pero con un denominador común: la falta de impulso suficiente para revertir la tendencia negativa, indica el informe.
Inflación en alza y consumo golpeado
Uno de los puntos centrales del informe es la evolución de la inflación, que en septiembre habría superado nuevamente el 2% mensual, revirtiendo la desaceleración registrada en el segundo trimestre del año. El alza de precios se concentró en alimentos y bebidas, pero también se verificaron incrementos en combustibles, servicios y comunicaciones.
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En ese sentido, IPA advierte que esta dinámica erosiona el poder adquisitivo de los salarios y frena la recuperación del consumo masivo. Según el relevamiento, los hogares destinan una proporción creciente de sus ingresos a gastos básicos, lo que reduce la demanda de bienes durables y afecta a sectores sensibles como la construcción, la automotriz y la línea blanca.
Entre la recesión y la incertidumbre cambiaria
El análisis del instituto señala que la actividad industrial continúa en terreno negativo. En septiembre, la producción manufacturera habría registrado una nueva caída interanual, con especial impacto en las pymes industriales. Sectores como textil, metalúrgico y autopartista fueron los más afectados por la menor demanda y las dificultades de financiamiento.
A esto se suma la incertidumbre cambiaria. La presión sobre el dólar paralelo y la volatilidad del tipo de cambio oficial generan complicaciones adicionales en la planificación de inversiones y en la importación de insumos. El IPA advierte que “muchas empresas postergan decisiones de expansión o contratación de personal hasta que se aclare el panorama cambiario”.
Empleo estancado y riesgos hacia fin de año
En materia laboral, el informe remarca un estancamiento en los niveles de empleo formal. Si bien no se observan despidos masivos, sí se registra una ralentización en la generación de nuevos puestos, particularmente en el sector industrial. En tanto, la tasa de informalidad sigue siendo elevada y representa un límite para mejorar los indicadores de calidad del trabajo.
De cara al último trimestre del año, el IPA proyecta que las tensiones podrían agudizarse. La combinación de inflación alta, bajo nivel de consumo y restricción cambiaria configura un escenario de difícil administración, en el que la recuperación dependerá tanto de la estabilidad política como de la capacidad del Gobierno para implementar medidas de alivio sectorial.
El informe concluye que la economía argentina atraviesa una fase crítica de transición, en la que la falta de señales claras desalienta la inversión y limita la posibilidad de un rebote sostenido.