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CóRDOBA
CAMINO A LAS PASO

Aunque pensó en una alianza más amplia, Massa se suma a las PASO del Frente de Todos

El ministro de Economía tenía una idea: armar un frente electoral que excluyera a Cristina, Macri, Milei y Bullrich. En el peronismo cordobés dicen ignorar esta movida, pero en Juntos por el Cambio la dieron como una posibilidad real. El líder del Frente Renovador ratificó ayer que “lo mejor es la unidad, pero si hay PASO, anótennos”.

massa11-06-2023
MASSA. El líder del Frente Renovador ratificó ayer que “lo mejor es la unidad, pero si hay PASO, anótennos”. | Cedoc Perfil

En el medio de tanto forcejeo y desplante en las dos principales alianzas electorales del país, Sergio Massa imaginó una situación que no blanqueó pero que nunca le disgustó: ser parte de un nuevo frente con algunos exsocios del peronismo federal y con nuevos interlocutores vestidos con otros colores.

Obviamente, el ministro de Economía miró con entusiasmo a Juan Schiaretti, también a Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales. Su única condición para formar parte de este frente imaginario era impedir el ingreso de Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Cristina Fernández de Kirchner. Obviamente no mencionaba a Javier Milei porque lo vio siempre fuera de esta concepción. De todos modos, está claro que el titular de la Libertad Avanza tiene muchas coincidencias con el expresidente y con quien fuera su ministra de Seguridad.

Los operadores de Schiaretti nunca tomaron en serio esta posibilidad. De hecho, la negaron o trataron de ocultarla, en el mejor de los casos. Sin embargo, calificados voceros de Juntos por el Cambio de Córdoba se sinceraron: “Detrás de todo el intento por armar este nuevo ‘Frente de frentes’ y rompiendo Juntos por el Cambio, está Massa, no dejen de tener en cuenta este detalle”.

Massa se veía encabezando las boletas con un conglomerado de dirigentes provenientes de diferentes partidos políticos que lo acompañarían en una osada jugada, ajena a cualquier movimiento en la lógica política tradicional. 

El monje que antes era negro. Curiosamente, la mayoría de los posibles socios de esta nueva aventura electoral tienen un punto en común: comparten o compartieron un mismo consultor político, Guillermo Seita. Un monje que tradicionalmente fue negro, pero que se animó a ponerse hábitos de diferentes colores en la última etapa de la polítca argentina.

Si atendemos a los movimientos en la política nacional, y por supuesto en la cordobesa, se aprecia con meridiana claridad que los emparejamientos no se dan sólo por afinidades ideológicas o metodológicas. Lo que los armadores políticos priorizan son los votos o, puesto en otras palabras, la capacidad potencial de un dirigente o un partido político de sumar adhesiones cada vez que se realiza un proceso electoral. Rechazar esto o tildarlo de inentendible es caer en un pozo profundo a la hora de analizar algunas alianzas o frentes electorales.

Mezclar dioses y panteras se ha convertido en un hecho frecuente en la última década en Argentina. Esos intentos no son marca registrada de Seita, únicamente. Forman parte de jugadas que a veces dieron resultados y otras no. Por ejemplo, Juez ideó un tándem con Olga Riutort y chocó contra la pared, pero luego se alió con sus enemigos históricos de la UCR y el experimento le salió bien. Aunque a esto hay que tomarlo con pinzas porque Rodrigo de Loredo lo dejó solito en un bote cuando estaban cruzando un río de aguas profundas.

Queda claro que Massa marcó territorio con la convención del Frente Renovador. Más allá del resultado, en los días previos envió mensajes contradictorios que forman parte de su estilo de hacer política. ¿Estaba preparando el terreno para anunciar una salida sorpresa que todo el mundo ignoraba? Solamente Massa puede contestar esa pregunta.

Uno de los grandes impulsores de este proyecto político es Schiaretti, quien dice estar al margen de la jugada, según lo manifiestan algunos de sus operadores de la mesa chica. El gobernador supo el miércoles pasado que el acuerdo con Larreta y Morales naufragaba porque el jefe de Gobierno porteño decidió no poner en riesgo a Juntos por el Cambio.

Sin embargo, el referente del PRO asegura que su sueño todavía no terminó y que insistirá con la idea de integrar un frente con Schiaretti y Morales. Seguramente, cambiarán los plazos y es posible que todo empiece el 26 de junio –día posterior a la elección para gobernador de Córdoba– o después del 12 de agosto, cuando se disputen las PASO.

La fecha de la elección de Córdoba fue un condicionante para los defensores de esta movida y allí se encuentra el error que cometió Schiaretti, que al comienzo fue visto como una avivada propia de un viejo zorro de la política.

Los aplaudidores. Cuando eligió la fecha del 25 de junio, el gobernador siempre supo que era el día posterior al cierre de listas nacionales. Y lo hizo para incomodar a Juez y a Juntos por el Cambio Córdoba. Ahora está pagando las consecuencias por esa picardía, aunque también hay que decir que siempre es mucho más fácil hablar con el diario del lunes. Antes, nadie había observado ni cuestionado al caudillo peronista cordobés por este paso. Es más, muchos se pusieron en fila y lo aplaudían como focas.

El fracaso de la incorporación de Schiaretti a Juntos por el Cambio seguramente tiene otros motivos, pero existe uno que no hay que soslayar: la puesta en escena de Juez. Primero difundió su viaje en auto a la Capital Federal para protestar en la cumbre en la que se discutiría la política de alianzas. Y después hizo un enérgico descargo en el que dijo que esa movida era un golpe a las posibilidades de éxito electoral en la provincia. 

Juez mandó a decir que temía no llegar a tiempo si iba en avión porque la neblina podría interrumpir los vuelos. Partió en su auto y viajó casi toda la noche para hacer su queja ante los popes de la alianza opositora. Esa maniobra descolocó y dejó sin palabras a sus socios. Y lo devolvió al centro de la escena, cuando su campaña se encontraba prácticamente estancada.

Tampoco pudo hacer demasiado ruido porque no quiere herir o dejar mal parado a Larreta, el ‘verdadero sponsor’ de su campaña electoral. Pronunciarse contra el hombre del PRO sería darse un tiro en la pierna.

Por eso, entre otras cuestiones, Schiaretti se quedó en la puerta y no pudo ser parte de esa constelación de partidos, al menos hasta ahora. Pero tampoco está todo dicho en la visión de Morales, que mañana insistirá con el tema o tratará de sacar alguna postura favorable, cuando se lleve a cabo la Convención de la Unión Cívica Radical. El gobernador de Jujuy insistirá con su política de alianzas para detener al Frente de Todos y a Milei, que hoy es visto como una amenaza real.

Mientras todos juegan su partido, el jefe del Centro Cívico también hace la suya. Por lo pronto, ordenó darle sustento legal a una alianza de partidos que constituirá con los sellos que le aportarán la Democracia Cristiana, el Partido Socialista y el Partido Autonomista Nacional. Lo presentará el miércoles próximo, antes de la medianoche, en la Justicia Nacional Electoral. Actúa siguiendo el pulso de un viejo dicho popular: vamos viendo y le vamos dando.