Fue campeón con Boca y con River y también tuvo un paso por el Atlético, uno de los clubes de Madrid. Ese “combo” transforma en irresistible la tentación de consultar a José Luis Villarreal (52) en la previa del superclásico que que definirá la Copa que el propio ex futbolista y entrenador cordobés llama con ironía “Libertadores de Europa”.
“Villita” admite que la final continental entre xeneizes y millonarios “perdió encanto” tras la serie de hechos desafortunados que prolongaron su disputa y provocaron la inédita y paradójica mudanza a la capital española.
“Todo lo que se vivió me genera tristeza. Es increíble que el partido más importante de la historia del futbol argentino se juegue en otro país. Da bronca. Es lamentable que no pueda organizarse aquí”, dice.
Villarreal fue un exquisito volante que vistió la azul y oro entre 1987 y 1992, y lució la banda roja entre 1993 y 1995. Pero en su caso no hay disyuntivas. “Al partido lo espero con tranquilidad, porque no tengo preferencias. Mi corazón está del lado de Belgrano”, afirma. Deja picando la pelota. Y entonces la tentación se tiñe de celeste.
-¿Cómo ves el presente de Belgrano?
-Oscuro. Y en lugar de aclarar, cada vez oscurece más. Si no hacen varias contrataciones, al menos dos por línea, el panorama va a ser muy complicado. Ya no depende de sí mismo, porque empezaron a ganar los otros equipos que pelean abajo. La situación es compleja. Sus dirigentes son austeros y no quieren gastar demasiado, pero esta vez o rompen el chanchito o vamos a sufrir como hace mucho tiempo no lo hacemos.
De manager a opositor
“Belgrano debe escuchar a sus hinchas”, enfatiza Villarreal, quien en el Pirata jugó en tres etapas entre 1986 y 2004, y fue manager en los albores del gerenciamiento de Armando Pérez.
“El termómetro es la gente, que no es estúpida y sabe de fútbol. No hay pasar por alto el desencanto. En lugar de seguir trayendo un montón de jugadores que no cumplen con las expectativas, hay que buscar cuatro refuerzos de jerarquía, tipos que vengan y se pongan esta camiseta que es muy pesada, porque te aseguro que es más difícil jugar en Belgrano que en Boca o River”, añade.
“Soy totalmente crítico de la actual conducción del club”, señala el ex jugador y hoy entrenador en receso. “Siempre dije lo que siento y no me moviliza ningún interés. En las elecciones del año pasado apoyé a (Santiago) Montoya, pero ahora no apoyo a nadie. Hoy estoy afuera del sistema Belgrano”, puntualiza.
Villarreal afirma que con la actual dirigencia de la “B” tiene una relación “ahí nomás”. “En su momento les agradecí porque me dieron la oportunidad de trabajar. Pero me fui cuando me di cuenta de que no podía tomar decisiones”. destaca.
“En el club no hay una política deportiva. Y si no sabés de fútbol, tenés que rodearte con gente que sepa de fútbol. A mí me da pena porque en las redes sociales los insultan a Olave y a Turus, pero ellos también tendrían que hacerse valer puertas adentro”, puntualiza.
-Volviendo a Boca-River, ¿qué puede pasar?
-Las finales, por lo general, nunca son bien jugadas. No pretendamos que esta sea la excepción. Sí creo que será un partido abierto, de ida y vuelta. El que se equivoque menos seguramente se quedará con la Copa.
¿El buzo o el micrófono?
El fin de año encuentra a José Luis Villarreal con el pasaporte en la mano y al aguardo el okey por una visa. Es casi seguro que 2019 lo tendrá radicado en Miami, aunque todavía no sabe muy bien en qué función.
“Me hablaron de varios clubes de la MLS para trabajar como entrenador y también me ofrecieron ser comentarista en una cadena televisiva que pertenece al mismo dueño del Paris Saint Germain (beIN Sports). Las dos cosas están buenas pero mi pasión es dirigir, quiero hacerlo y me siento capacitado”, sostiene.
Villarreal acredita experiencia como ayudante de campo de Omar Labruna en Colo Colo de Chile y también como DT del Armada FC, un equipo de Jacksonville que jugó en el ascenso del fútbol estadounidense.
También está abocado en el armado de una Fundación (Córdoba Deportes). “Vamos a hacer mucho hincapié con el tema de los discapacitados. Lo hago porque me gusta ayudar. Y también porque veo que no hay un proyecto de deportes serio en la provincia”, comenta.
