Bolivia es una experiencia mágica y apasionante, así en el llano como en la altura. Su diversidad cultural, sus encantos naturales y la amabilidad de su gente –apuntaladas por la creación de una marca país- le han permitido abrirse camino y ganarse un lugar en la agenda del turismo internacional.
La Paz, Santa Cruz de la Sierra y Sucre son algunos de los destinos imprescindibles de “El Corazón del Sur”, pero no los únicos. Oruro y su carnaval; las misiones de Chiquitos; la Ruta del Che, entre Camiri y La Higuera; Tarija, capital del vino, y Uyuni, con el desierto de sal más grande del planeta, son otros.
Ciudad Maravilla
El contraste entre lo urbano y la naturaleza es la primera imagen y vale más que mil palabras. Consagrada en 2014 como Ciudad Maravilla por la Fundación New7Wonders, La Paz se diferencia desde el vamos de cualquier otro lugar del mundo y exhibe orgullosa su identidad. Las mejoras en materia de transporte –con un moderno servicio de colectivos y un sistema de teleféricos que llegó desde Austria con una inversión de 337 millones de dólares- la han convertido en una urbe más amigable para los visitantes, ante las dificultades que planteaba su particular topografía, a 3.600 metros sobre el nivel del mar.
Allí, son visitas obligadas la Plaza Murillo, la Catedral, el Palacio Legislativo y El Quemado, sede del gobierno nacional que en breve delegará su función a un moderno edificio y se convertirá en museo. La iglesia de San Francisco, tradicional punto de encuentros y manifestaciones, y el Mercado de las Brujas, marcan la confluencia entre lo religioso y lo pagano. El Valle de la Luna, con un paisaje único, es otro lugar imperdible. Desde el mirador Killi Killi se puede observar en 360˚ la ciudad custodiada por la majestuosidad del Illimani, su cerro más alto (6.462 metros).
El paraíso oriental
Santa Cruz de la Sierra, la ciudad más poblada de Bolivia, con 2.4 millones de habitantes, se destaca por la calidez de sus anfitriones y también por su vegetación y su modernidad, dos claras influencias de la cercanía con Brasil. La plaza 24 de Septiembre, rodeada por la Catedral, la Alcaldía y la Prefectura Departamental, es el punto neurálgico de la metrópoli. A pocos metros se encuentra La Recova, el principal paseo artesanal. Cerca de la ciudad, los ecoparques –como La Rinconada y Güembé– constituyen un atractivo singular. A un par de horas de viaje se encuentran las misiones jesuíticas de Chiquitos, patrimonio cultural de la humanidad, donde cada año se realiza el Festival Internacional de Música Barroca.
Blanca y radiante
Rebelde, vanguardista y universitaria: cualquier parecido con Córdoba no es casualidad. Sucre tiene la influencia de los jesuitas y la fuerza de sus estudiantes, actores principales del primer grito libertario del continente, en 1809. Cada 25 de mayo, los tañidos de la vieja campana de la iglesia San Francisco recuerdan aquella gesta. Conocida como “la Ciudad Blanca”, por el color que uniforma las casas, las iglesias y los monumentos de su centro histórico, la capital constitucional de Bolivia, Patrimonio Cultural de la Humanidad (Unesco, 1991).
El estilo arquitectónico colonial, intacto en un radio de 25 manzanas, puede apreciarse en todo su esplendor desde las terrazas del Instituto María Auxiliadora y también desde el antiguo monasterio franciscano de La Recoleta. La Casa de la Libertad, donde se proclamó la libertad del Alto Perú en 1825, alberga la primera bandera argentina y también los restos de Juana Azurduy. Una visita al Convento de Santa Teresa, recientemente habilitado al público, permite conocer el lugar donde la heroína de la independencia vivió luego de quedar huérfana y antes de que las monjas la expulsaran por su carácter rebelde.
Más allá de la historia y la cultura, Sucre también ofrece otros atractivos turísticos, como el Parque Cretácico, el yacimiento de huellas de dinosaurio más grande del mundo, con más de 5.000 muestras relevadas hasta el momento.
Còrdoba-Bolivia
Amaszonas ofrece tres vuelos semanales (martes, jueves y sábados) entre Córdoba y Santa Cruz de la Sierra, a un costo de U$S 404 (ida y vuelta). Desde el Aeropuerto Internacional Viru Viru (Santa Cruz), tiene conexiones diarias hacia distintas ciudades de Bolivia. Más información en www.amaszonas.com