Para el presidente del Ieral de Fundación Mediterránea el objetivo al que parece querer apuntar el ministro Guzmán para 2020 es el de arrimarse todo lo posible a condiciones que le permitan mostrar un equilibrio fiscal primario. “El Gobierno va a buscar el déficit 0 el año que viene, lo que al Fondo se le había prometido para este año. Pero este año se va a terminar con un déficit primario de 0,6% ó 0,7%. Si el ajuste no va a ser por el lado del gasto, el incremento va a venir por el lado de un aumento de los impuestos como bienes personales y seguramente se suspenda la baja de impuestos”, define. En plan de pensar cuál es el esfuerzo que debería hacer el Estado en algunos frentes para reducir el déficit, llegar a un equilibrio en 2020 y a un superávit en 2021 Capello plantea un ejercicio: “Pensando, en un ejercicio, de cuánto podrían aumentar los salarios públicos nacionales, en un marco de inflación del 40%, con una suba de impuestos del 0,6% del PIB para cumplir con el déficit 0%, eso da que nominalmente los gastos que no son jubilaciones podrían subir un 26%. Es decir, implicaría un ajuste fuerte que es difícil que sea aceptado después de dos años de caída de los salarios”.
Negociar rápido. Mirando el complejo frente que representa la deuda y las negociaciones con bonistas y el FMI Capello advierte que se deberá articular rápido un acuerdo para que los vencimientos de deuda en dólares no se coman las pocas reservas existentes. “El primer trimestre es complejo en vencimientos de deuda. Si no quieren caer en default tienen que negociar pagando. Tiene que haber una propuesta que no lleve mucho tiempo en su aprobación por parte de los acreedores porque reservas líquidas hay cerca de US$13 mil millones. Eso puede no ser demasiado alto si hay que pagar vencimientos en el primer semestre. Hay que buscar una solución para minimizar el uso de las reservas para pagar”, plantea el economista.