Caso Trebuq: prisión domiciliaria hasta el final del juicio para los acusados
El fiscal pidió las penas máximas para los acusados por la apropiación indebida de terrenos. Además deberán reportarse dos veces por día, a la mañana y a última hora.
Etapa final para el caso Trebuq por estafas |
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El tribunal de la Cámara 10ª del Crimen de Córdoba ordenó este miércoles la prisión domiciliaria hasta el final del juicio para los cuatro principales acusados. Tras el alegato del fiscal, los camaristas decidieron la privación de la libertad del empresario y corredor de bolsa Gustavo Oscar Trebucq, el escribano Lucrecio Lanza Castelli y los abogados y asesores de impuestos de Cobrex, Ernesto Alejo Blanco y Alejandro José Damia.
Los cuatro acusados deben permanecer en sus casas hasta la semana que viene, cuando se conozca el veredicto. Sólo podrán salir para asistir al juicio y comunicar diariamente, a las 6 y a las 12, su presencia.
Para el fiscal Raúl Garzón, el pedido se justifica en el “peligro concreto de fuga” de alguno de los acusados y a la posibilidad de que una evasión “ponga en jaque la finalización del proceso”.
La medida cautelar es hasta la semana próxima, cuando se escuche el veredicto. Cada domicilio tendrá, durante los próximos siete días, una custodia policial en la puerta.
De esta manera, el juicio ingresa en una etapa definitoria. Están acusados 16 abogados, escribanos, ingenieros, contadores y empresarios por la presunta estafa en la venta de terrenos expropiados hace 70 años en la ribera del río Suquía, donde se unen barrio General Paz y el centro de la ciudad.
La acusación sostiene que se diseñó una compleja maniobra para apropiarse de terrenos conocidos como la manzana 14 y 30, que se encuentran contiguas sobre calle Ortiz de Ocampo, entre Lima y 25 de mayo.
Durante las audiencias surgió la hipótesis de una tentativa de estafa en mayo de 2004, pero con otros damnificados. Uno de ellos fue el ingeniero Ramos, exfuncionario del gobierno de Eduardo Angeloz a quien los letrados habrían ofrecido los terrenos pero la venta se frustró, porque una escribana alertó al potencial comprador que se trataba de tierras públicas.
