Un grupo de profesionales de la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales se encuentra estudiando la seguridad de las grandes presas de la provincia de Córdoba construidas durante la primera mitad del siglo 20. El estudio se lleva a cabo algunos días después del sismo cuyo origen se dio en San Juan y en el marco de un mes caracterizado por fuertes lluvias e inundaciones.
El objetivo del estudio es proteger a las ciudades y comunidades que se construyen en las cercanías de las presas hídricas. Por ese motivo se evalúa si las presas se adecuan a los estándares actuales de seguridad sísmica para este tipo de estructuras.
El trabajo se encuadra en un convenio llevado a cabo entre la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales (FCEFyN) y la Administración Provincial de Recursos Hídricos (APRHI). En una primera etapa que acaba de finalizar, el grupo de profesionales realizó la evaluación de la presa de Embalse y ya se encuentra abordando el dique de Cruz del Eje. El convenio incluye estudios en los seis principales diques de la provincia y se espera que los próximos en ser evaluados sean el San Roque, Los Molinos, La Quebrada (Río Ceballos) y La Viña (Traslasierra). “A finales de 2019 empezamos a hablar de estos temas, estos diques son estructuras antiguas que no tienen problemas evidentes, más allá de algunas cuestiones puntuales”, explicó Federico Pinto, representante de la FCEFyN.
“Faltaba hacer una evaluación con base en los márgenes de seguridad actuales. Hace un tiempo que esto se venía analizando y así fue. Nos vinculamos con la Provincia y allí concretamos este estudio que comenzó con el embalse de Río Tercero”, agregó el profesional que a pesar de algunas pautas de confidencialidad pudo comentar que el primer estudio encontró a la presa sin problemas de importancia.
Respecto a la incidencia que pudo tener la última actividad sísmica en las presas, Pinto comentó que estos diques están preparados para soportar temblores de mucha mayor intensidad.
Por su parte el ingeniero Ricardo José Rocca, profesor emérito de la Facultad y experto en sismología, comentó que las presas se controlan cada cinco años y que los plazos de control dependen del comportamiento. “Normalmente las presas se verifican bajo distintos escenarios y se toman eventos extremos como sismos. Las construcciones normales se construyen como para soportar un sismo que ocurre en promedio cada 475 años. Es un tipo de calificación para este tipo de construcciones. En el caso de un dique, la ventana de tiempo es mucho mayor. Normalmente lo que hacemos es tomar el sismo máximo que puede producirse en 10.000 años y que la estructura no se va a romper. Puede llegar a tener algún daño, pero no va a afectar a poblaciones, no va a matar”, agregó Rocca.
“Estas son las calificaciones que tienen estas presas, preparadas para soportar sismos de una magnitud muy grande”, completó.