Ya son 67 los días que llevan detenidos dos de los gremialistas más poderosos de los últimos tiempos en Córdoba. Esta semana, la Sala B de la Cámara Federal de Apelaciones les negó, una vez más, la libertad a Mauricio Saillén y Pacual Catrambone.
Los jueces Luis Alberto Rueda y Abel Sánchez Torres consideraron que aún persiste riesgo procesal y por tal motivo no es recomendable la libertad de quienes están al frente del poderoso sindicato de recolectores.
Según la resolución, los gremialistas podrían interferir u obstruir la investigación si están en libertad. En ese sentido, los camaristas ponen como ejemplo la intención de ambos dirigentes gremiales de transferir los vehículos de mayor valor de su propiedad con el objetivo de obstaculizar la traba de embargos, haciendo necesario dictar la inhibición general de bienes sobre todos los imputados. Además, apuntan a que recientemente se han acumulado otros expedientes a la causa que los involucra (la denominada causa ESyOP). Además, en la resolución constan intervenciones telefónicas donde se revela que los gremialistas contaban con contactos que les informaban y advertían de los procedimientos a realizarse en sus domicilios. Por eso sostienen que una liberación podría llevar a la posibilidad de que la prueba que queda por obtener sea eliminada y/u ocultada. Asociación ilícita, defraudación, estafas, administración fraudulenta y usura son los delitos imputados a ambos sindicalistas.
Los días en la cárcel. Julio Mauricio Saillén y Pascual Vicente Catrambone están alojados en el pabellón E-3 Módulo MD1 de Bouwer, más conocido como el pabellón ‘Vip’. En ese lugar están detenidos los acusados de delitos financieros y es el mismo sitio dondepermanecieron alojados Jorge Petrone y Eduardo Rodrigo.
A las 7 de la mañana comienzan el día en la cárcel para los sindicalistas, que hasta el momento no realizan ninguna actividad extra. Entre las comodidades del pabellón se destaca un TV con cable en un salón de uso común (no en las celdas), una cocina, microondas y un freezer.
Algunos días atrás, Catrambone pidió autorización para ingresar una heladera, pedido que fue autorizado pero ahora resta que personal del Servicio Penitenciario concrete el traslado al pabellón. Sin embargo, no todos los pedidos son considerados: el mismo Catrambone solicitó el ingreso de dos ventiladores pero le fueron negados porque según aseguraron desde el SP “el uso de los artefactos puede recalentar el sistema eléctrico”.
A Saillén también le negaron el ingreso de un tensiómetro que había solicitado. Si bien comparten el mismo pabellón, Saillén y Catrambone no comparten la misma celda: Saillén está en la celda N3, acompañado de otros dos detenidos.
Un hecho que aún no trascendió pero PERFIL CORDOBA pudo confirmar, es una sanción que recibió el propio Saillén por tener una importante suma de dinero en su poder.
En las requisas de las habitaciones que se realizan habitualmente a primera hora de la mañana, personal del SP detectó que Saillén tenía oculto en su pantalón, un jean color azul, la suma de 13.100 pesos. Es un monto de dinero ampliamente superior al que se le permite tener a cada interno. El episodio ocurrió el viernes 20 de septiembre a las 7:30. Las autoridades le abrieron un sumario y tres días después fue notificado de la sanción: “tres días de suspensión y prohibición de visitas”, por la falta tipificada como “tener y ocultar dinero no autorizado”.
Visitas, contactos y una sorpresa. Una vez a la semana y en días rotativos Saillén y Catrambone reciben visitas y todos los días tienen media hora para hablar por teléfono.
En general, son visitados por sus familiares, algunos amigos, sus abogados y algún afiliado al Surrbac. Pero hay una visita que llamó la atención: la de Nazareno Fermanelli, un hombre que algunos ligan a la barra brava de La Fiel y actualmente es muy cercano a Franco Saillén.
Hace un tiempo, Fermanelli fue noticia por una denuncia que presentó en la justicia federal por el presunto delito de “estafa, evasión y lavado” contra el fondo de inversión que manejó Talleres entre 2010 y 2014. Allegados al Surrbac aseguran que luego de la detención de los líderes de la agrupación sindical, Fermanelli comenzó a tener una importante ascendencia en el gremio.
Si bien al principio de su estadía en Bouwer, Saillén y Catrambone gozaban de ciertos privilegios, con el paso de los días esas concesiones se fueron diluyendo porque, según coincidieron algunas fuentes consultadas, quisieron hacer “uso y abuso” de esas condiciones. ¿Ejemplo? La utilización del locutorio (cabinas divididas por un cristal y con un teléfono para cada parte), donde al principio Saillén exigía el uso del locutorio casi todos los días, pero después de una fuerte discusión con las autoridades del SP esa posibilidad le fue restringida.
Abogados. Por otra parte, hace ya algunas semanas que los abogados Ricardo Moreno y Jorge Sánchez del Bianco no asisten más a los sindicalistas, por una serie de diferencias en las estrategias defensivas. Ahora es Fernando Martínez Paz el nuevo defensor. Si bien hasta el momento no han hecho ninguna declaración pública desde que están detenidos, en el entorno de los gremialistas afirman que Saillén y Catrambone están convencidos que son “presos políticos”.