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SENDEROS QUE SE BIFURCAN

Condecoración a la ‘ética’ de jugársela

Germán Arroyo se recibió de licenciado en Filosofía la semana pasada con un promedio de 9,92 y es el abanderado de la Universidad Nacional de Córdoba. Una historia de decisiones.

Germán Arroyo
SORPRESA. | Fino Pizarro

Es conocida esa sentencia de Jorge Luis Borges que dice: “He cometido el peor pecado que uno puede cometer. No he sido feliz”. Quizás esa fue una de las razones por las que Germán Arroyo, admirador del célebre escritor, tomó la decisión de abandonar la carrera de Derecho cuando estaba cursando el cuarto año.

Después del secundario comenzó a estudiar abogacía en la Universidad Nacional de Córdoba, pero cuando estaba en tercer año encontró en su casa un libro de Immanuel Kant, leyó la Introducción y sintió que algo se le revelaba en su vida. Un mundo distinto. Poco a poco se fue interesando, hasta que un día decidió dar un vuelco en su vida y no ser un ‘pecador’.

“Les tengo que contar algo, dejo abogacía. Quiero estudiar filosofía”. Palabras más, palabras menos, ese fue el anuncio que Germán le hizo a su familia. A su papá Armando, abogado, no le gustó, y su mamá María del Carmen lagrimeó.

Germán siguió adelante e inició la carrera de Filosofía en la Universidad Nacional de Córdoba. Sus padres comenzaron a ver que estaba apasionado, que le iba muy bien en esta nueva faceta y sus notas eran altas. Se convencieron y apoyaron.

—¿Qué dijeron cuando te comunicaron que eras el abanderado de la UNC?

—Al principio me dieron la noticia que era el abanderado de la Facultad y eso ya fue motivo de alegría para ellos y para mí. No era algo que buscaba, no estaba en mi horizonte. Fue a mitad del 2020. Y en noviembre del año pasado me llegó un correo donde me decían que era el abanderado de la universidad. Yo no sabía de la existencia de ese reconocimiento. Soy honesto, a mí, en ese momento, no me generó nada, quizás porque no entendía. Con el tiempo me dí cuenta lo que significaba y se lo comenté a mis padres; ellos se pusieron felices y se lo contaron a todo el mundo. A mí no me gusta mucho hablar, solo se lo conté a mis amigos, pero ellos lo cuentan todo el tiempo a todos, me pone incómodo, pero los dejo.

Todoterreno. Arroyo, cordobés de barrio Poeta Lugones, con un promedio de 9.92, se recibió el miércoles último tras presentar su trabajo titulado: “Lacan: Hegel, la influencia de la filosofía de Hegel en la teoría lacaniana del sujeto”.

Pero más allá de sus excelentes calificaciones, no fue un transitar sencillo, ya que durante todo el transcurso de la carrera lo hizo trabajando en diversas actividades. Trabajó en un quiosco, en el estudio jurídico de su padre, en la recolección de residuos reciclables y actualmente se desempeña en un ‘pet-shop’ de lunes a sábado, cambiando la comida de los animales, limpiando el hábitat de las mascotas y atendiendo al público.

Pero no todo es estudio y trabajo en la vida de Germán. Le encanta el cuarteto e ir a los bailes. Le gusta jugar al fútbol. Es más, su sueño hasta los 18 años era ser futbolista. Jugó en la Liga Cordobesa con las camisetas de Peñarol, Huracán, Defensores Juveniles y Deportivo Alberdi, pero una lesión lo alejó de la meta. “En realidad, no era tan bueno”, confiesa entre risas el hincha de Belgrano.

—¿Y qué significa para vos ser el abanderado de una institución histórica y prestigiosa?

— Obviamente se siente muy bien, porque es un reconocimiento al esfuerzo, pero al mismo tiempo no lo puedo tomar como una especie de comparación con el resto de los estudiantes, porque todas las carreras son diferentes, cada una tiene su dificultad. Fue un trabajo en equipo con mis padres.

arroyo

ADMIRADOR DE KANT, BORGES Y BUTLER

  • “Siempre Kant será mi filósofo preferido, pero ahora trabajo con otros autores. Estoy en un grupo de investigación donde se lee filosofía y psicoanálisis. Fue a partir de ese grupo que me permitió escribir mi tesis”, cuenta en diálogo con PERFIL CÓRDOBA. En su casa hay muchos libros, pero siempre tiene a mano uno de Jorge Luis Borges: “Antes de dormir, tres o cuatro veces a la semana lo leo”. En su mesa de luz ahora hay un libro del escritor argentino. No obstante, su interés, por estas horas, está enfocado en la filosofía de Judith Butler, considerada una de las voces más influyentes del feminismo y la teoría política actual. Arroyo le escribió hace poco un e-mail y la norteamericana le respondió. “Fue muy amable y me mandó un ‘paper’ inédito de ella. Ahí te das cuenta de la grandeza y humildad de alguien que está en otro nivel. Me pareció un ejemplo”, sostuvo.