El consultor Gastón Toro no duda en la caracterización inicial: “Es un escenario distinto, complejo, con desencanto y hartazgo que no hubo ni en la pandemia”. A su juicio, la sociedad llega a esta campaña tras una secuencia que va de la desilusión con Mauricio Macri al impacto de la pospandemia y, después, al voto por Javier Milei. “En definitiva, hay un desencanto con la clase política muy parecido al 2001”, plantea.
En diálogo con Punto y Aparte, Punto a Punto Radio (90.7), el director de Feedback ordena la foto con un dato que le pone marco a todo lo demás: “Hay 18% de indecisos y a eso hay que sumarle 10% que dice que votará en blanco o nulo; estamos hablando de casi un tercio del electorado, con un margen de error de 2 puntos”.
Quién crece, quién cae y dónde
Cuando desagrega por espacios, Provincias Unidas aparece al frente con 26 puntos en Capital y Gran Córdoba, mientras que en el interior profundo —a más de 150 km— Juan Schiaretti sube a 33–34%. En el Área Metropolitana, la tracción aparece más contenida según se desprende de esos números. En paralelo, La Libertad Avanza bajó de 29% a 22% en las últimas mediciones posteriores a la polémica por los audios de Spagnuolo que salpicaron al oficialismo nacional. Natalia de la Sota, en cambio, saltó de 3,8% en julio a 14% en septiembre: primero absorbió casi todo el voto kirchnerista —“quedó con menos de 3%”— y ahora capta porciones del electorado libertario y del cordobesismo.
“De la Sota creció diez puntos en 30 días y todavía la desconoce el 38%. Es la candidata con más margen para expandirse”, sostiene Toro. Agrega que la tanda publicitaria legal tiende a sumar conocimiento más que a mover convicciones, y que en ese casillero la campaña de la candidata “es la más nítida y prolija” entre las que observa.
La boleta única y un riesgo de confusión
En la competencia fina aparece un aspecto técnico-electoral: el diseño de la boleta única. Toro advierte que Agustín Spaccesi, ex partidario de La Libertad Avanza, encabeza otra lista “con un lilacio” que remite al color libertario y que, combinado con el altísimo desconocimiento (94%) de Gonzalo Roca, primer candidato de LLA, “le puede morder puntitos de arriba” al espacio. “Acordate esto el día después”, desafía.
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También mira el desempeño de Ramón Mestre, hoy alrededor de 4%. Con el reparto por D’Hondt y un cuadro de 28–30 puntos para Provincias Unidas, 22 para LLA y 8 para De la Sota, “tiene que cruzar 5,5% para entrar”. ¿Su ventana? “Llegar con el mensaje exclusivamente a los afiliados radicales”, describe sobre la estrategia de campaña.
Participación y humor social
El clima social condiciona la concurrencia: “No creo que supere el 60 o 62%”, proyecta, y lo vincula a una palabra que recoge de sus grupos focales: “orfandad”. “Se sienten huérfanos de la clase política”, resume. Con ese telón de fondo, espera movimientos graduales, algo de voto útil en la recta final y disputas intra-bloque impulsadas por la confusión de boletas.
En la síntesis, Schiaretti sigue siendo “el tractor” que empuja a Provincias Unidas; LLA depende de recuperar clima y ordenar su oferta; De la Sota “no tiene techo claro” y podría acercarse a 20% si transforma conocimiento en intención efectiva. Con la radiografía actual, Toro se la juega por un reparto de bancas 4–2–2 y un escaño en disputa.