A menos de un mes de su inicio, según el calendario escolar oficial de la Provincia, las vacaciones de invierno entraron en un revuelo de versiones, declaraciones, desmentidas y contramarchas, algo muy propio del momento que se vive en el que lo único certero es la incertidumbre.
Lo concreto es que, luego de leer, escuchar, consultar y pedir alguna definición, las vacaciones invernales no se suspenderán, habrá receso, pero nadie se anima a decir cuándo. En Córdoba, el calendario prevé el periodo vacacional del 12 al 25 de julio, pero las fechas podrían ser modificadas atento a la evolución de la curva de contagios.
Así lo dejó saber el ministro de Educación, Walter Grahovac, quien estimó que ante el aumento de los casos de Covid-19, se está analizando la posibilidad de adelantar las vacaciones, aunque tampoco descartó una postergación.
Cualquiera de las dos opciones, adelantarlas o postergarlas, están sujetas a las decisiones que adopte el Gobierno provincial en cuanto a las restricciones o aperturas. No hay que olvidar que se encuentra, por el momento, imposibilitada la circulación interdepartamental.
Una de las medidas que podría ponerse en práctica es la de postergar el regreso a la presencialidad de los alumnos, hasta más allá del vencimiento del actual periodo de limitaciones que finaliza el próximo viernes 18, con la idea de sumar ese fin de semana y fijar la vuelta a clases para el lunes 21.
Pero, según pudo saber PERFIL CÓRDOBA, tanto desde la cartera educativa como desde la Agencia Córdoba Turismo, no se evalúa la alternativa de suprimir el receso invernal, versión que había logrado crispar los nervios del sector privado.
Desde la Uepc, el gremio que representa a 40.000 docentes de la provincia, su titular, Juan Monserrat, señaló: “No tenemos ninguna comunicación oficial respecto a que se vaya a modificar el calendario previsto para las vacaciones de julio, ya sea adelantarlo o postergarlo. Claro que estamos esperando alguna definición porque hace a la tarea de los docentes, que además son madres o padres, tienen familias”.
“Nosotros –agregó– seguimos atentamente la evolución de la situación epidemiológica, porque la realidad nos muestra que quizá se demoraron algunas medidas necesarias y se llegó a niveles muy altos. Nos preocupa no solo la cantidad de casos de nuestros afiliados y afiliadas, sino también la de la población en general”.
Saltaron las alarmas.
Fue el ministro de Turismo de la Nación, Matías Lammens, quien hizo saltar todas las alarmas en el sector privado cuando dijo que “era difícil que el turismo tenga sus vacaciones de invierno”. En el acto se alzaron las voces de dirigentes empresariales, como el presidente de la Asociación Cordobesa de Agencias de Viajes (Acav), Gustavo Peralta, quien sentenció que sería “el golpe de gracia” para la actividad.
Adelantó también que el lunes (por mañana), el sector privado se reunirá con el presidente de la ACT, Esteban Avilés, “justamente para ir definiendo y delineando lo que sería el periodo de vacaciones invernales en Córdoba. Estamos dispuestos a defenderlas a como dé lugar, porque se habla de adelantarlas, postergarlas y hasta suspenderlas, situaciones que no podemos ni queremos contemplar”.
“Lo que pretendemos es que se respeten las fechas fijadas en el calendario original y estamos convencidos de que si se mantiene el ritmo de vacunación que se viene observando, habría un panorama de esperanza para tener vacaciones de julio”, aseguró.
En ese sentido, expresó que “parecería que nosotros (en Córdoba) siempre vamos a destiempo con respecto a otras regiones del país; ya nos pasó lo mismo en la pretemporada de verano, cuando la gente se estaba predisponiendo para salir y la provincia terminó pintada de rojo. Ahora nos pasa lo mismo, tuvimos un mayo relativamente tranquilo y un junio muy complicado”.
“Desde la Acav, estamos alineados con todas las entidades representativas a nivel nacional en la defensa de las vacaciones invernales, con la certeza de que ‘el turismo no contagia’”, aseveró.
En ese orden, representantes de la Cámara Argentina de Turismo señalaron: “Con miles de hoteles, prestadores de turismo y agencias de viajes que cerraron para no volver a abrir; congresos y exposiciones prohibidas, y el sector gastronómico jaqueado, no estamos dispuestos a seguir sufriendo limitaciones a la hora de trabajar”.
El titular de la entidad, Aldo Elías, aseguró: “Las economías regionales y el turismo no soportarían la suspensión de las vacaciones invernales. Cancelarlas no es una opción”.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Hoteles de Turismo, Roberto Amengual, expresó que si no hay temporada de invierno, sería “un golpe fatal” y recordó que “han cerrado mas de 2.000 establecimientos en todo el país”.
“Entendemos la situación sanitaria que atraviesa el país –admitió–, pero de acuerdo a varios estudios realizados, también es cierto que el turismo es una actividad que no contagia y que menos riesgos representa”.
La nieve no se derrite.
Una de las actividades que mayor impacto sufriría con la modificación del calendario de las vacaciones invernales, es la de turismo de nieve. Los centros de esquí de la Patagonia ya están preparados para recibir a los turistas y cultores de ese deporte y muchos hicieron fuertes inversiones para mejorar sus servicios.
Considerando que las primeras nevadas fuertes se producen a comienzos de julio y la temporada llega a su pico más alto entre ese mes y agosto (en algunos sitios se prolonga hasta los primeros días de septiembre), desde la Cámara Argentina de Esquí y Montaña (Caem), no admiten la posibilidad de alterar las fechas de temporada invernal.
Y también basan sus expectativas en la campaña de vacunación, “que será la variable –destacan– que inclinará la ecuación de la temporada de invierno”.