El dato estadístico impacta positivamente. La Provincia de Córdoba registró una pronunciada caída en la cantidad de homicidios durante el año pasado, en relación al 2020 y también al 2019. Era lógico pensar que las medidas sanitarias que restringieron la circulación durante el primer año de la pandemia por Covid-19, produjeran la disminución de muertes violentas, pero el registro más llamativo es el que se produjo el año pasado: 88 crímenes en todo el territorio provincial fue la cifra total. Es notoriamente inferior a los 121 ocurridos durante 2020 y a los 125 del año precedente.
El Observatorio de Estudios sobre Convivencia y Seguridad Ciudadana de la Provincia presentó recientemente el informe comparativo de la tasa de homicidios dolosos. El documento tiene datos exclusivamente cuantitativos. La conclusión es que en 2019 se registró una tasa de 3,3 homicidios cada 100.000 habitantes. El índice bajó a 3 en 2020 y a 2,3 el año pasado. La disminución de muertes violentas se evidencia en forma consecutiva en los tres últimos semestres, donde la caída es constante.
PERFIL CÓRDOBA consultó al titular del Observatorio, Roberto González, sobre las explicaciones posibles que arrojan las estadísticas. Antes de entrar al análisis, el funcionario admitió tangencialmente que también para ellos resultó una sorpresa porque, dijo, lo primero que hicieron con los técnicos de las universidades con los que trabajan fue “un seguimiento muy detallado de cada uno de los registros, sabiendo que una baja tan sensible en relación a 2020 iba a generar dudas”. Una vez corroborados cada uno de los casos, a través de una auditoría de los registros, comprobaron que efectivamente el relevamiento reflejó la totalidad de hechos ocurridos.
Se trata de homicidios dolosos, aunque no discriminaron si fueron en ocasión de robo, por conflictos interpersonales, en contextos narcos o de violencia familiar. Próximamente presentarán un informe específico sobre femicidios. El año pasado se registraron 15 en la provincia de Córdoba.
Cómo interpretar. Córdoba se ubica entre los distritos con menor cantidad de homicidios dolosos de toda América Latina. “Esto es lo más relevante”, opinó González, quien explicó, además, que los casos relevados demuestran que Córdoba no tiene sicariato, que no hay asesinos profesionales a sueldo como un fenómeno predominante. Esto es contrastable al advertir que en el 90% de los hechos hay, por lo menos, un detenido o imputado por el crimen; es decir que se trata de investigaciones que pudieron avanzar y, en algunos casos, esclarecerse. Los sicarios tienen estrategias para eludir persecución de la Justicia.
“Acá el homicida es poco preparado y responde a arrestos momentáneos que hacen que en corto tiempo sea detenido y puesto a disposición de la Justicia que determinará la responsabilidad”, sentenció.
En ese sentido, hilvanó una serie de hipótesis. “La primera interpretación es que la menor tasa de homicidios es coherente con las bajas que se vienen dando desde 2016, no hubo arritmias estadísticas porque descendió cada año, salvo en 2018 cuando aumentó”.
González explicó que “el homicidio va perdiendo legitimidad como método para terminar algunos tipos de conflictos, en ciertos sectores de la sociedad”.
Una segunda línea interpretativa “tiene que ver con políticas públicas”. Citó como ejemplo la escrituración de viviendas y terrenos sociales, lo que provoca un mayor arraigo de las personas al territorio. “Dar formalidad a la propiedad del terreno y la casa conforma capital social”, aseveró González al señalar que la consecuencia es que los ciudadanos y vecinos valoran diferente el lugar que habitan y por eso lo cuidan más. La contracara es la precariedad en poblaciones nómades, sin arraigo ni compromiso social. Haber revertido, en parte, esa realidad podría ser otra explicación a la menor letalidad de los conflictos.
Otra posible explicación es la “intervención social no autoritaria ni punitiva como la Policía Barrial”, agregó el titular del Observatorio.
El mapa de los homicidios. Los homicidios de Córdoba, a decir de los especialistas del Observatorio de Seguridad Ciudadana, siguen siendo un fenómeno ligado casi exclusivamente a la violencia urbana. “La violencia interpersonal es la causa de la muerte violenta en Córdoba, aunque no se pueden descartar los homicidios en ocasión de robo”, sostienen.
González fue tajante al afirmar que está convencido de que en la provincia “no hay una matriz de crimen organizado vinculado al narcotráfico”.
Los homicidios dolosos ocurridos en 2021 muestran una concentración geográfica de hechos en el sector de la ciudad alrededor del cementerio de San Vicente, entre el río Suquía y avenida Sabattini. Otro sector de concentración es el ubicado entre las avenidas Santa Ana y Fuerza Aérea. En contraposición, se observa que no se registraron homicidios, o fueron pocos, en otras zonas históricamente consideradas como de violencia extrema. Entre ellas figuran Hermana Sierra, Autódromo, Sol Naciente, Marqués Anexo / El Pueblito, Villa El Libertador, Comercial, Ituzaingó y Villa Urquiza.