La Cámara de Acusación confirmó la prisión preventiva del exjefe de Seguridad de la cárcel de Villa María, Néstor David Gómez, detenido hace poco más de un año por orden del fiscal de Delitos Complejos, Enrique Gavier.
En aquel momento también fueron apresados quien era el director del penal, Andrés Américo Aciar y el subjefe de Operaciones, Edgar Ezequiel Arroyo. Todos están imputados por presunta asociación ilícita.
La acusación se basa en un call center tumbero que funcionaba bajo la mirada y complicidad de quienes dirigían el penal. En efecto hay más de medio centenar de personas imputadas por estafas telefónicas desde la cárcel, entre los cuales se cuentan internos, cómplices externos y hasta policías que avisaban antes de que se concreten los allanamientos y nuevas detenciones.
En el fallo de Acusación, los vocales Carlos Salazar, Patricia Farías y Maximiliano Davies confirmaron que Gómez debe continuar detenido y rechazaron los planteos de sus defensores, José Enrique Chumbita y Ezequiel Mallia.
En particular el tribunal de alzada analizó los hechos sobre los cuales la Fiscalía y el Juzgado de Control -después- basaron la imputación y el riesgo procesal por el cual procede su permanencia en la cárcel.
Gómez era el encargado del mantenimiento general y de la infraestructura de la unidad, la supervisión y control de todos los procedimientos operativos de seguridad tanto estándares como de carácter preventivo. Pero, según la pesquisa judicial hacía la vista gorda en las requisas y no se ocupó de reparar la cámara de video ubicada en el Pabellón 11, permitiendo que funcionara el call center tumbero.
Un mensaje revelador
La Justicia consideró que tuvo una “conducta encubridora” al analizar una captura de pantalla de una publicación en Facebook, que mencionaba diversas conductas ilícitas dentro del penal.
Junto a la imagen Aciar le encargó: “Fijate. Si es algún interno. O visita”.
La respuesta de Gómez fue: “Estoy en eso”.
Los jueces agregaron: “Sin cuestionar el tenor de los hechos denunciados en la publicación y sin demostrar sorpresa ante ellos, constituye un indicio de que conocía la existencia de las irregularidades allí denunciadas”.