Crisis en comedores y merenderos: cómo los recortes en la ayuda alimentaria repercuten en Córdoba
Desde diciembre de 2023, los recortes en la ayuda alimentaria empeoraron la situación de los comedores y merenderos. En Córdoba, la mayoría son gestionados por organizaciones sociales, instituciones religiosas y/o grupos de vecinos.
Ayer lunes, el juez Sebastián Casanello ordenó un plan urgente para que el Gobierno nacional distribuya los 5 millones de kilos de alimentos acumulados que se encuentran guardados en los depósitos del Ministerio de Capital Humano, a cargo de la ministra Sandra Pettovello. Esta medida puso a los comedores y merenderos del país en el centro de atención mediática.
Desde diciembre 2023, el gobierno nacional recortó significativamente la ayuda alimentaria destinada a los comedores y merenderos, exacerbando una problemática que, según comentan del sector, siempre estuvo marcada por retrasos e incumplimientos.
En Córdoba, la situación es un tanto distinta, pero no menos complicada, a la de nación, ya que no existen comedores institucionalizados que dependen enteramente del gobierno. La única excepción es el Comedor de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el Programa de Asistencia Integral de Córdoba (PAICor), administrado por la provincia, que tiene como finalidad atender en forma sistemática las necesidades alimentarias de las infancias y adolescencias de menores recursos económicos en el sistema educativo
La mayoría de comedores y merenderos en Córdoba son gestionados principalmente por organizaciones sociales, ONGs, instituciones religiosas y/o grupos de vecinos. "Se mantienen a flote gracias al esfuerzo de la comunidad, donaciones, y actividades autofinanciadas como bingos y ventas de comidas como empanadas y panes. Aunque reciben algo de ayuda del gobierno nacional y local, la mayor parte del sustento proviene de la solidaridad vecinal", indicó Agustín Nazar, referente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) - Teresa Vive.
"En Córdoba, el gobierno de Llaryora, hizo lo mismo que en Nación, asumió e hizo recorte absoluto. Quien sí ayuda, en algunos casos, es el gobierno de la Municipalidad", agregó Nazar.
En consecuencia, la reducción de recursos obligó a muchos comedores a disminuir sus jornadas y raciones. Por ejemplo, comedores, que antes solían servir 150 raciones diarias, ahora apenas pueden proporcionar 70.
La demanda, sin embargo, sigue creciendo. "A lo largo del último año, nosotros observamos un aumento en la cantidad de personas con trabajo formal y jubilados que acuden a los comedores".
Y según proyecta, en cada barrio de la ciudad de Córdoba, hay alrededor de siete u ocho comedores activos.
Antes sí, ahora no
Por la crisis y en parte por todo el revuelo ocasionado por la supuesta cartelización y sobreprecios, qué reveló una auditoría de Capital Humano sobre la compra de alimentos para los comedores, es que "ahora hay sectores empresariales que antes daban ayuda y ahora nada".
La falta de asistencia constante llevó no solo a la disminución en la cantidad de porciones, sino en la calidad de los alimentos disponibles.
"Esto ya es un tema nutricional, antes las porciones llevaban verdura y carne, ahora nada. Se compra pollo y alita porque es lo más barato", reveló Nazar.
Para mantener los comedores y merenderos funcionando termina siendo crucial establecer relaciones y buscar apoyo en diversas fuentes. Esto implica, a veces, contactar a empresas de alimentos locales, así como a instituciones que puedan proporcionar ayuda en forma de donaciones o recursos.
"Es tocarle la puerta a todo el mundo. A veces los quioscos te hacen precios, las panaderías te dan el pan de la noche anterior y así…"
Desde el sector explican que la situación es crítica, y es esencial que tanto el gobierno nacional como los gobiernos locales aumenten su apoyo a estos comedores. "Todo lo que sale se consume inmediatamente y eso te demuestra la gran necesidad que existe". Las ollas populares se vacían en tan solo 30 o 40 minutos.
"En los barrios se ve la realidad. Si el gobierno quiere hacer auditorías, dejen que los propios vecinos organicen y controlen. Son los que están ahí y los que realmente saben lo que pasa", concluyó Nazar.
