“La gente no llega a fin de mes, no tiene laburo y quieren discutir Boleta única. Que, en realidad, yo diría boleta oculta, porque solo se conoce el primer candidato. Una boleta donde votás una lista como si fuera una ristra de chorizos. Vos votás una lista de Diputados y no sabés si hay chorizos, si hay ajos…”. Esta frase de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner el viernes por la tarde en Chaco fue la que terminó de convencer al gobernador Juan Schiaretti de que el proyecto Boleta única no tiene mucho futuro en el Congreso.
En realidad, después del diálogo legislativo entre el schiarettismo, Juntos por el Cambio y buena parte del resto de la oposición, como José Luis Espert o Javier Milei, hubo una pequeña esperanza en Diputados por la jugada para imponer el debate. Sin embargo, y pese a poder contar con los números para que la iniciativa prospere en la Cámara baja, el viernes por la tarde, y antes de la palabra de CFK, un conocedor de los movimientos schiarettistas en el Congreso reconoció a este diario que “es muy difícil”.
“Puede pasar en Diputados, pero en el Senado no hay chances”, fue la respuesta escueta.
Horas más tarde, la propia presidenta del Senado confirmaba el diagnóstico.
Sin embargo, cerca de Schiaretti empezaron a barajar un meticuloso plan B, un as en la manga que fue motivo de conversaciones del entorno más cercano al gobernador y que impulsó hasta un asesoramiento legal.
Una jugada compleja. Si la Boleta única tenía alguna chance de imponerse en el Congreso, en el Centro Cívico desechaban la estrategia de votar “bien lejos de la Nacional” y empezaba a tallar la chance de un ‘súper domingo’: con Paso y elecciones provinciales, todo en un mismo día.
Sin embargo, prácticamente caída esa chance post honoris causa en Chaco el viernes por la tarde, dos fuentes del PJ reconocieron que hubo sondeos con un estudio jurídico para saber cómo funciona el “fuero de atracción”.
Es decir, si existe una chance de pegar los comicios y utilizar una sola herramienta electoral, que en este caso sería la lista sábana empleada en las elecciones nacionales. “El fuero de atracción es el nacional; pero, si la Provincia se quiere adherir sin modificar la ley al sistema de boleta tradicional para las Paso, lo puede hacer”, lanzó en las últimas horas una persona que conoce detalles de las conversaciones en el seno del PJ.
Dato no menor por dos motivos. El primero, confirma que Schiaretti va a jugar en el plano nacional y ya lo tiene decidido; el segundo, esto resolverá un problema que hasta ahora no había encontrado solución en el peronismo: cómo hacer encajar el 60% de imagen positiva de Schiaretti en una boleta en la que también figurará el actual intendente Martín Llaryora como candidato a gobernador.
Y cómo esa boleta no será con Schiaretti metido en la carrera por la intendencia. Algo que desactivaron de inmediato desde El Panal hace varias semanas.
El Last Dance de Schiaretti. Hace poco más de una semana, en la previa del arribo del presidente Alberto Fernández a Córdoba, un colaborador del primer mandatario reconoció a este diario que “el peor temor de Schiaretti es colocarle la banda a (Luis) Juez en el 2023”. Razonamiento con el que coincidieron en el PJ cordobés en los últimos días.
Por lo tanto, aquellos que exploran el terreno jurídico para saber cuán posible es votar con la boleta tradicional en la tierra de la Boleta única, lo hacen también desde ese análisis: lo ajustado que están los números en la elección provincial.
Y cuánto le serviría tanto a Schiaretti como a Llaryora un ‘súper domingo’ de Paso y elección provincial. “A la oposición la puede dividir porque los jugadores nacionales no comparten los mismos alfiles en Córdoba; y al ‘Gringo’, así se quede a mitad de camino en las Primarias, le daría un buen resultado en la provincia que es lo que más le importa. Y ya no solo para asegurar la continuidad, sino también para llegar con poder de lapicera para lo que sigue”, dijo una fuente al tanto de las conversaciones.
En los pasillos del Centro Cívico aún hoy se habla de los encuentros de Schiaretti con los radicales Gerardo Morales y Facundo Manes. En realidad, más por las conversaciones con el neurocientífico que con el gobernador jujeño. Y ahí, sobre ese contacto, reconocieron a este diario que el diálogo fue en los siguientes términos: “Si usted se anima, yo lo acompaño”, habría lanzado Manes; antes de contar con el agradecimiento schiarettista y una propuesta de invertir el binomio considerando edad y energías por parte del dueño de casa en El Panal.
Con un clima social convulsionado, dicen que ambos comparten la pasión por el boxeo y la estrategia del deporte de los puños, de ganar a partir de la conquista del centro.