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CóRDOBA
ASESINATO DE BLAS CORREAS

Cumplido en la mira: del complot político judicial al complot policial para encubrir

Expectativas por las testimoniales del exministro Alfonso Mosquera, el jueves próximo. Lo antecederá, un día antes, el abogado Lucas Mezzano, su segundo en el ministerio. ¿Las responsabilidades penales pueden llegar al plano político?

Gonzalo Cumplido
GONZALO CUMPLIDO. El exjefe de Seguridad Capital denunció un complot en su contra, pero su teléfono demostró que él procuró ocultar la aparición del arma plantada. | Cedoc Perfil

La secuencia de testimonios y pruebas incorporadas la última semana en el juicio por el crimen policial del adolescente Blas Correas, ocurrido el 6 de agosto de 2020, confirman el análisis planteado por PERFIL CÓRDOBA en la edición del 30 de octubre pasado, respecto a que la audiencia oral y pública está desnudando la peor cara de la gestión de Seguridad, con presiones, amenazas, roscas y carpetazos entre actores políticos y policiales.

Fue el dato que había dejado la declaración testimonial del exjefe de Seguridad Capital, Gonzalo Cumplido. El funcionario describió un “complot político judicial policial” en su contra. Pero, tras cuatro horas de declaración, quedaron en claro internas, aprietes y advertencias entre mandos intermedios de la fuerza y la gestión de Seguridad provincial. Dejó la sensación de que todo lo que había dicho era por despecho ante el incumplimiento de un cargo que le habían prometido. Le soltaron la mano y eso lo envalentonó para que, si él vuelve a ser investigado penalmente, lo sean también otros actores de la fuerza y del ministerio.

En las últimas jornadas surgió algo más. Ofreció su teléfono móvil para que la Justicia lo abriera y constatara los diálogos a través de textos y audios entre él y sus jefes políticos. Eso es lo que la Cámara 8ª del Crimen incorporó la semana pasada y ahora es parte del voluminoso expediente en el que se están juzgando 13 policías, dos de los cuales están acusados del homicidio de Blas y el resto por el encubrimiento del crimen.

Con esa nueva información incorporada, declararán la próxima semana los máximos responsables políticos del área en el momento de los hechos. Para el miércoles fue citado el abogado Lucas Mezzano, exfuncionario del Ministerio de Seguridad y actual miembro del Órgano de Control Disciplinario de las fuerzas de seguridad. Y el jueves será el turno de Alfonso Mosquera, exministro de Seguridad y actual legislador del oficialismo.

Mosquera y Mezzano
FUNCIONARIOS DE SEGURIDAD. En otros tiempos, Alfonso Mosquera y Lucas Mezzano (con saco gris) durante un acto en la Policía de Córdoba. Ambos declararán como testigos la próxima semana.

Una caja de Pandora. El teléfono reveló en parte lo que Cumplido declaró como testigo en el juicio. Pero el intercambio de mensajes aportó mucho más que eso. A partir de la reconstrucción de los diálogos fue posible conocer que Mosquera supo desde el primer momento que había sido un crimen policial y que se había plantado un arma. También, que Cumplido fue consciente desde la primera noticia que recibió que se trataba de un hecho gravísimo. En un audio dice textualmente: “Qué pedazo de cagadón, por favor. Lo que se mandaron!”.

Por eso es inexplicable que continúe defendiendo a los comisarios Jorge Ariel Galleguillo y Walter Soria, acusados por encubrimiento agravado, si fueron ellos los que conocieron que se había arrojado el arma para justificar el pésimo operativo que terminó con la vida de Blas y puso en riesgo a sus amigos.

En este sentido, el contenido de su celular lo compromete. También las sábanas telefónicas y la secuencia de videos. El crimen de Blas ocurrió a las 00.07 del 6 de agosto. Cumplido declaró que en una comunicación a la 01.08 Galleguillo le hizo saber de la presencia de un arma cerca de la escena. Pero el arma apareció a la 01.14. Es decir que la mencionaron antes de que fue secuestrada. Prueba el encubrimiento.

Es más, él le pidió que la sacara de ahí. Le dijo: “Hacé desaparecer esa arma”. Y la respuesta de Galleguillo fue: “No se puede jefe, está todo filmado”.

Cumplido no solo supo sino que procuró que la ocultaran. Sin embargo, en una entrevista periodística horas después de todo lo sucedido, mantuvo la versión de la aparición de la pistola. Solo se supo que había sido plantada cuando la policía Wanda Esquivel –también acusada en este juicio– declaró que ella había arrojado el arma. Pero no lo hizo apenas sucedió el crimen, sino una semana más tarde.

SIMILITUDES Y DIFERENCIAS CON EL CASO DEL NEONATAL

En la causa por ataques sospechosos a bebés entre marzo y junio de este año, en el Hospital Materno Neonatal, el exministro de Salud Diego Cardozo está imputado por omisión de los deberes de funcionario público. ¿Por qué? Desde los primeros casos supo que algo irregular sucedía en el hospital y no lo denunció.

En el crimen de Blas Correas, Mosquera esgrimió la misma actitud. Supo desde el inicio que el crimen había sido cometido por policías y que se intentó encubrir el fatídico procedimiento plantando un arma. Tal como se dijo más arriba, este último dato recién fue aportado cuando lo confesó la policía Wanda Esquivel.

Si Cardozo, que conocía lo que sucedía en el Neonatal y no hizo nada para que se investigue está imputado; ¿por qué no Mosquera? Quizás la diferencia sustancial sean las consecuencias, los efectos. Mientras en el crimen de Blas intervino la Justicia de inmediato, no ocurrió lo mismo con los bebés atacados en el Neonatal. La omisión de denuncia de Cardozo por las muertes sospechosas, privó a la investigación de datos sustanciales sobre por qué y cómo murieron los primeros tres bebés, entre marzo y mayo, que habrían aportado las autopsias si la denuncia se hubiese hecho de inmediato.