Uno de los ejes de la obra de Michel Foucault se asentó en el estudio del cuerpo humano en y a través de un sistema político, más allá de lo meramente biológico. Dicho sistema fue -según señaló el filósofo francés-, acotando al individuo a un espacio determinado donde el cuerpo fue siendo moldeado y, con el tiempo, controlado; es decir atrapado dentro de los mecanismos del poder.
Con textos originales, son precisamente estos mecanismos los que intenta desandar El territorio del poder, una obra en la que Leonardo Sbaraglia es el narrador omnisciente y a la vez los personajes de cada ‘capítulo’ en los que se estructura el espectáculo.
Escrita y dirigida por Fernando Tarrés -quien también es el encargado de imprimirle, a través de la música, el ritmo al espectáculo-, el hilo del guión se resume en el afán de poder y dominación. “Si bien el texto muestra una faceta muy descarnada del ser humano, la obra finalmente rescata un haz de luz y de optimismo”, destaca Tarrés.
La propuesta recorre zonas oscuras y profundas de hitos históricos diferentes, que ponen en evidencia la naturaleza de la condición humana. Cada escena es un monólogo distinto al anterior y cada historia sucede en tiempos y lugares distintos: “Leonardo pasa de encarnar al psiquiatra que inventó en 1939 el tratamiento por electroshock a ser un escritor judeo-italiano, sobreviviente de un campo de concentración”, explica Tarrés.
Por su parte, Sbaraglia señala que se entusiasmó con darle vida a este espectáculo a partir del trabajo que realizó junto a Tarrés en un homenaje a Rodolfo Walsh y con la ayuda de Juan Carlos Marín, un sociólogo amigo que les ayudó a ordenar y a encuadrar el espectáculo: “Al principio fue difícil porque el contenido de los textos es duro, pero a lo largo de estos años fuimos encontrando la manera de acercarlo al público desde lo poético para que no fuera tan punzante. Por eso también la elección de las canciones, que funcionan casi como un relato más pero que al mismo tiempo distienden”.
Después de cientos de puestas en escena, la dupla sigue apostando a este unipersonal: “Lo seguimos haciendo porque seguimos sintiendo que tiene una relación y un diálogo constante con la realidad. Todo el tiempo -en la realidad mundial y argentina- hay sectores que siguen sometiendo, reprimiendo, señalando, haciendo listas. Aunque la obra es mucho más que eso porque habla del proceso histórico que hace que hoy estemos donde estamos; probablemente bastante mejor que hace 100 o 150 años porque lo que ha cambiado es la conciencia humana de lo que es una inhumanidad y eso es un avance enorme. Creo que es un poco de lo que habla la obra”.
El espectáculo, señala el actor, no tiene bajadas de línea y termina planteando que el hombre libre es aquel que posibilidad de su deseo y pasa a ser simplemente una herramienta de otros, del poder.
Con la lectura, el relato y la actuación como la tríada que domina la escena, Sbaraglia señala que hay una falsa idea de que es una obra discursiva y remarca que es puro relato y acción: “Desde el contenido de los relatos hasta el movimiento constante musical y de imágenes, es una obra que se mueve todo el tiempo y cada función es un mundo porque también hay mucho de juego y de improvisación. Y eso es con lo que se queda la gente”.
Con músicos como Fernando Tarrés, Damián Bolotin y Jerónimo Carmona en escena, el actor sostiene haber aprendido mucho de ellos en estos años de hacer la obra.
“Para mí ha sido un viaje hermoso. Como actor es un aprendizaje compartir el escenario con estos músicos, son herramientas que yo como actor no manejaba porque la frecuencia actoral va por otro lado”, finaliza.
En Córdoba:
El show se realizará el jueves 22 de agosto a las 21:30 en el Studio Theater (Rosario de Santa Fe 272). Las entradas están a la venta en Disquerías Edén y vía web desde $ 400 más cargo de servicio.
