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COMERCIO EXTERIOR

Despachantes de aduana alertan: ven retenciones, cepo cambiario y vuelta de DJAI

Los agentes dedicados a operaciones de exportación e importación creen que será inevitable que haya mayor presión tributaria para vender y más restricciones y burocracia para comprar. Ya detectan trabas cambiarias de facto.

01-12-19aduana
FRENAR LA FUGA. La necesidad de contener cada dólar es uno de los motivos por los que se aplicarán más retenciones a las expo y más limitaciones a las impo | Cedoc

La falta de definiciones y de un plan concreto para la economía en general, y para el comercio en particular, por parte del próximo gobierno, viene crispando los nervios de amplios sectores y cámaras empresariales. La semana que pasó fue una de las más tensas en ese sentido. Y como no hay información fehaciente y confirmada de forma oficial, los agentes económicos se abrazan a lo único que tienen: señales, trascendidos, comentarios que intentan ser codificados para activar decisiones. La filtración de un supuesto proyecto de los equipos técnicos de Alberto Fernández para incrementar la suba de retenciones y hacerse con un colchón extra de divisas por US$ 2.000 millones alteró los estados de ánimo y las definiciones de venta del complejo agrícola que salió a vender cosecha para evitar una futura “confiscación” mayor.

Esas versiones indican que, para el caso de la soja, por ejemplo, un cultivo que hoy paga 18% + $ 4 por dólar se pasaría a un esquema donde solo se tomaría una retención por porcentaje. El problema es que ese porcentaje sería fijo y del orden del 35%, para el trigo se subiría al 20% y para el maíz la retención sería del 15%. Como referencia, hoy se estima que las retenciones actuales representan el 1,8% en relación con el PBI. Por el ‘Albertazo’, ese porcentaje treparía al 2,8%.

Más señales, como la definición de que la próxima administración no reclamaría los desembolsos pendientes al FMI alientan la fuga hacia una suba de retenciones: “de algún lado las divisas tienen que salir. Y si no vienen del Fondo van a venir del campo. Esto es así. Las cámaras empresariales ya trabajan con horizontes de soja a 35%, por eso se ve la liquidación que se ve”, comentó un referente del comercio exterior local que tuvo una serie de reuniones en despachos de Capital Federal.

Vuelven. Pero las complicaciones para el comercio exterior no solo se limitarían a gravar más fuertemente los envíos de productos primarios. Ante la falta de divisas, lo esperable es que vuelvan las complicaciones para importar, principalmente bienes terminados y así desalentar la salida de dólares por esa vía. Para los importadores y los agentes de comercio exterior una medida así sería un mazazo dado el contexto: por la contracción de la economía las importaciones vienen en caída permanente, mes a mes. Y las importaciones de bienes de capital e insumos productivos son uno de los subrubros más afectados. Los operadores y despachantes remarcan que hoy las importaciones se hacen de una manera rápida, ágil y transparente, como hacía años no ocurría en el país. Y valoran el muy buen nivel en la gestión y operatividad aduanera.

“Se hicieron muchos avances en agilización del comercio a través de plataforma de trámites a distancia que permite la gestión de licencias no automáticas, de seguridad eléctrica y de diferentes trámites, se ha simplificado y agilizado mucho. Hoy estamos en un muy buen momento. Hoy no hay trabas. Hay que ver qué pasa en 10 días más, pero hoy se opera sin inconvenientes y sin arbitrariedades. Sin discrecionalidad”, afirma Daniel Griboff, de la firma Dagri Comercio Internacional, presidente del Comité de comercio internacional de Amcham y miembro del Centro de Despachante de Aduana y de la Cacec. En un ensayo retrospectivo, Griboff comenta que los procedimientos y los tiempos de aprobación para importar se acortaron de manera notable. Una Licencia Automática se aprueba en 24 horas y una Licencia No Automática (LNA) en hasta 72 horas. Y señala que, aunque las herramientas no se eliminaron, se modernizó y se erradicó la discrecionalidad que reinaba en el gobierno anterior.

En la actualidad, en lugar de la Declaración Jurada Anticipada de Importación (DJAI) opera el Sistema Informático de Monitoreo de importaciones (SIMI), que agilizó y transparentó los procesos. “Hoy no hay que tener reuniones en Comercio para aprobar una licencia. Durante el kirchnerismo, con las DJAI se documentaba la licencia de importación, que según el tipo de mercadería era automática o no automática. Pero en muchos casos era muy difícil saber si se aprobaba o no, no estaban claros los criterios o pedían reuniones para compensar importaciones con exportaciones. Y había medidas para-arancelarias como los trámites de terceros organismos. Un producto usado podía demorar más de un año, si es que lo aprobaban y hoy se tramita de forma electrónica con demora máxima de 60 días”, comenta.

Quién viene. César Oronel, presidente del Centro de Despachantes de Aduana, filial Córdoba, también admite que la entidad está masticando una realidad que parece ya definida: aumento de retenciones para exportar y nuevas restricciones para importar: “No son señales muy alentadoras para los importadores y sobre todo para los importadores de bienes de consumo. Lo que se da por hecho es que se viene una suba de retenciones y un esquema más duro para importar. Será DJAI o no, el nombre es lo de menos, el problema es si las compras se aprueban o no. En unos días vamos a conocer cuál es la intención política”, analiza. En términos de entidad los centros de despachantes de aduana aún no se han manifestado. Esperan el dato clave: conocer quiénes serán los interlocutores. En la danza de nombres para dirigir la Aduana llegó a mencionarse a Mercedes Marcó del Pont, pero lo más probable es que la expresidenta del Banco Central se quede con una silla de mayor reconocimiento. En esa línea, el nombre que suena fuerte es el de Marcelo Fernández, el empresario pyme, directivo de CGERA y alfil de Florencio Randazzo.

Controles cambiarios. Sobre lo que viene, Oronel entiende que subir los aranceles a la importación es una medida poco probable y complicada en el marco de las limitaciones que impone el comercio internacional, los socios y la OMC: “Sí vemos trabas paraarancelarias como las DJAI, exigencias en cuanto a requisitos por certificaciones de seguridad, de calidad. Y remarca un dato importante, ya están haciendo frente a un endurecimiento por parte de los bancos para lograr dólares para los pagos anticipados, un endurecimiento de facto a las variables del cepo”. “Lo que ya estamos viendo y calculamos que va a seguir son los controles bancarios y cambiarios. Hoy los importadores no pueden girar divisas al exterior, hay bancos que no realizan pagos anticipados y la normativa no lo dice, pero los bancos se toman esas atribuciones. La normativa permite la operatoria cumpliendo una serie de requisitos, pero los bancos hacen lo que quieren. No están recibiendo operaciones con pago anticipados faltan dólares y los están cuidando a más no poder”, razona el referente de los despachantes.

DJAI hard o light 
Para Griboff, por las señales que tienen, lo esperable es que vuelva un sistema de control más rígido para las importaciones. “Lo que aún no sabemos es si va a ser una DJAI light o hard, por decirlo de alguna manera, pero se habla de un control más estricto. La importación está en niveles muy bajos, si no tenemos importaciones no vamos a tener exportaciones. Hay que ser razonable, porque hace 14 meses que hay superávit en balanza comercial, porque la depresión del mercado interno hace que no compremos nada”.