Con la cercanía y la conectividad aérea de que disponemos los cordobeses, Chile está a poco más de una hora. Es uno de los destinos que se proponen para esta Semana Santa.
Una postal típica de Chiloé, las casas levantadas sobre palafitos. |
CEDOC PERFIL
R.P.
La variada y plena de naturaleza geografía de Chile en su ‘longilíneo’ territorio permite conocer, de norte a sur, un menú de opciones de paisajes tan disímiles como bellos. Algunas de esas alternativas son:
San Pedro de Atacama y alrededores
San Pedro de Atacama es uno de los destinos turísticos top de Chile y visitarlo en Semana Santa es un verdadero acierto, ya que el clima cálido se estabiliza y se puede recorrer en cuatro o cindo días.
El pueblo, con un ambiente mágico; los maravillosos colores del desierto más árido del mundo; el Valle de la Luna y el de Marte; las lagunas altiplánicas; los géiseres del Tatio, y los salares, son algunos de los atractivos de esta zona.
La segunda ciudad más antigua de Chile, La Serena, posee una hermosa arquitectura que incluye 29 iglesias católicas y un extenso litoral. Su oferta cultural tiene como íconos tres lugares emblemáticos: el Centro Cultural Santa Inés, el Teatro Municipal y la Plaza Santo Domingo.
Coquimbo, en tanto, con su imponente Cruz del Tercer Milenio permite realizar actividades culturales y costumbristas durante los días festivos, como el tour de los campanarios, sus ferias locales, gastronomía a base de productos marinos y los misterios del universo en alguno de los observatorios astronómicos que rodean a Coquimbo, también conocida como la ‘región estrella’ por sus cielos prístinos.
Pasado el ajetreo del verano, Viña del Mar y Valparaíso se pueden apreciar mucho mejor en un fin de semana largo, donde hay suficiente movimiento como para disfrutar, pero tampoco tanto tumulto como para hacer fila en un restaurante.
Valparaíso parece un anfiteatro, que mira la bahía y el horizonte y ofrece a la vista la belleza del puerto, los colores de sus cerros y los barcos que recalan en sus costas.
Recorrer los miradores y cerros de Valparaíso, por sinuosas escaleras, deja ver los creativos y artísticos murales que invaden la ciudad, que se han convertido en un museo a cielo abierto.
El Viernes Santo, en Viña del Mar se realiza el Vía Crucis masivo que más que una celebración religiosa, es espectáculo que congrega a los residentes y visitantes de Reñaca.
Es la única vez en el año en que se apagan todas las luces de la ciudad y la playa se llena de velas encendidas que portadas por quienes siguen la procesión.
Las brumas matinales de Chiloé envuelven isla hasta que se disipan y dejan la arquitectura típica de este destino: tejas, palafitos e iglesias de madera en un paisaje único.
Chiloé propone, además, una mezcla de magia y mitología que se funde con las tradiciones religiosas en Semana Santa.
Entre bosque o playa, en la isla Grande se puede encontrar de todo. Algunas de las actividades que se pueden hacer son trekking, kayak y observación de flora y fauna, en el Parque Nacional de Chiloé frente a una increíble vista al Océano Pacífico.
Una caminata por los cerros de Chiloé lleva al mítico Puente de las Almas, donde el viento abraza y trae los secretos del mar. Y entre los placeres de una buena comida, hay que disfrutar del tradicional curanto chilote, mezcla perfecta de mariscos y verduras.
Los volcanes Osorno y Calbuco vigilan la pintoresca ciudad de Puerto Varas y el espectacular lago Llanquihue. Es un lugar para caminarlo de punta a punta, para ver sus casas de arquitectura alemana pintadas de colores pastel, sus modernos barrios residenciales con bellos jardines y visitar la impresionante y colorida iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.
Frutillar es conocida como ‘La ciudad de las rosas’, por la gran cantidad de estas flores que adornan sus calles. Se puede llegar bordeando el lago Llanquihue.
Pintoresco y encantador poblado de reminiscencias alemanas, con bellas casas coloniales y locales expertos en preparaciones dulces, como kuchen y tortas de mil hojas.
