La pandemia de Covid-19 que azota al mundo le dio a Diego Cardozo un protagonismo que él mismo, confiesa, nunca imaginó. Desde su lugar como ministro de Salud de Córdoba se transformó en uno de los protagonistas centrales en la lucha contra el coronavirus. En su amplio despacho del ministerio ubicado sobre avenida Vélez Sársfield, recibió a PERFIL CORDOBA para desglosar los principales temas que tienen que ver con la pandemia en la Provincia. “En los últimos 14 días la patología cambió. Hemos empezado a tener casos en el interior, algo que antes solo se suscribía a Córdoba Capital. Es un comportamiento que se replica en todo el país, debido a la grave situación en el Área Metropolitana de Buenos Aires. En este momento, tenemos uno de los brotes más importantes en el interior, que es el de Villa Dolores con casi 70 casos, un brote que impactó en localidades cercanas. Allí tuvimos que volver a Fase 1 después de 90 días sin casos”, contó.
—¿Cómo define la estrategia de lucha contra el virus que llevaron adelante?
—Somos altamente agresivos cuando se nos presenta un caso y tenemos una modalidad que nos viene dando resultados, que es el bloqueo de la familia. Para esto es muy importante el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social, de las fuerzas de seguridad y del Ministerio de la Mujer, ya que cuando la familia se encierra aparecen situaciones de violencia familiar. El primer distrito donde aplicamos este modelo fue en Villa El Prado y Parque Santa Ana, camino a Alta Gracia; allí, hasta cortamos una ruta por un conglomerado de apenas cinco casos. Hoy, ambos lugares están libres de Covid-19. El eje sustancial es que la gente se quede en su casa, que no haya contacto interpersonal y es la base del éxito de los bloqueos. Eso tiene que ir acompañado con testeos masivos y aislamiento precoz para cortar la cadena de contagios, además de seguimiento y control de casos
—¿Se puede hablar de un ‘modelo Córdoba’, tomado por Buenos Aires?
—Sí, ese modelo se está tomando allá. Es un modelo donde la clave es combinar estrategias. Tenemos un esquema de abordaje muy importante y se adecúa al comportamiento de la patología. También hemos logrado aislar a la gente enferma de su núcleo familiar en hoteles, cabañas o clubes para que no contagie a su conglomerado más cercano. Tenemos cerca de mil personas bajo aislamiento, seguimiento y control epidemiológico. Quiero recalcar que a estas medidas las estamos tomando con las recomendaciones del Comité Científico Asesor.
—Respecto a este punto, en abril me tocó entrevistar a Roberto Chuit y no existía tal Comité Asesor. ¿Fue algo que crearon con el avance de la pandemia?
—Teníamos una consulta permanente con infectólogos y epidemiólogos. Incluso hicimos un llamado público y sumamos a todos los epidemiólogos de la provincia, pero no tenía el nombre formal de Comité. Después, mediante una resolución ministerial, le dimos esa forma y todos los miércoles tenemos una reunión en la que escuchamos sus recomendaciones. También les informamos qué funciona bien, qué funciona mal y ellos nos asesoran respecto a las actividades que vamos flexibilizando.
—En Córdoba se testea mucho respecto al resto del país. ¿Hay suficiente cantidad de PCR para mantener esos niveles de testeos?
—Hoy tenemos reactivos. En marzo pasamos momentos muy duros. El gobernador destinó todos los recursos para adquirir e importar esos test. Al principio estaba centralizado en el Malbrán, pero ahora el Gobierno nacional autorizó la importación y Córdoba importa sus propios test. Nosotros hacemos entre 10 mil y 12 mil test semanales y eso cambia según la semana. Hay momentos en que hay pocos casos, pero ahora, con varios brotes, se está testeando mucho. En Villa Dolores hemos hecho 6.000 testeos y salen casos todos los días.
—¿La definición de zona roja y zona blanca sigue existiendo o esa denominación ya es algo de otra etapa de la pandemia?
—Las definiciones y las áreas son cambiantes. Hoy es difícil catalogar un área como roja o blanca. La ciudad Capital, por ejemplo, la dividimos en seis zonas y a su vez en zonas y cuadrantes. Si hay que volver a Fase 1 vuelve una zona y no toda la ciudad.
—Según el índice que propone Nación, Córdoba ya se encuentra en una tasa de duplicación superior a 45 días, lo que le permitiría ingresar a Fase 5. ¿Es una posibilidad este avance de fase?
—Nosotros evaluamos y es difícil llegar a una Fase 5, la cual implica la movilidad del 100% de las personas. Si tenés una comunidad que se moviliza por completo, es difícil mantener distanciamiento social y también armar algún tipo de árbol epidemiológico. El viernes pasado tuvimos aglomeración de gente en el centro, algo que nos puede generar un daño muy grande en la diseminación del virus. Vamos analizando por actividades. Tal vez no alcancemos pronto una Fase 5, pero sí una cuatro y media.
—¿Qué actividades considera que están próximas a habilitarse?
—Nos preocupan las actividades que favorecen la reactivación de la economía y la producción. Algo que nos preocupa mucho es el área gastronómica. Estuvimos muy cerquita de volver. Es un sector que genera empleo, desarrollo y tranquilidad a la gente. Otra actividad que queremos habilitar son las tareas domésticas. Hay mucha gente que está postergada en su trabajo. Vamos analizando qué impacto puede tener esa actividad desde el punto de vista sanitario.
Cómo cuidan al ‘Jefe’
—¿Cómo cuidan la salud del gobernador Schiaretti?
—Con el gobernador hablamos cuatro o cinco veces por día. Él está al tanto de todo y a la cabeza de toda la artillería que hemos preparado para combatir el coronavirus. Hoy la prioridad es cuidarlo, protegerlo y no exponerlo, teniendo en cuenta que hay circulación comunitaria. Hemos preparado desde el Ministerio de Salud un protocolo de cuidado del gobernador y vamos evaluando ese protocolo en base al desarrollo de la patología. El responsable del cuidado del gobernador en este momento soy yo. —¿La relación entre usted y el gobernador se fortaleció en este tiempo? —Haber estado cuatro años como Secretario de Salud de (Francisco) Fortuna nos dio un vínculo que se hizo más estrecho en este último tiempo. Somos críticos y reconocemos errores en la medida que tomamos decisiones. Él me dice: “Diego, hay que hacer esto o lo otro” y le respondo: “Jefe, me parece bien, o yo creo que debemos ir por este lado”.
—¿Lo llama Jefe?
—Sí.
—¿Le sorprenden las actitudes extremas de algunos intendentes a la hora de enfrentar la pandemia?
—Cuando se toma una medida extrema los llamamos e intentamos darles seguridad. Cuando pecan con restricciones por demás es por temor. Intentamos tranquilizarlos y darles garantía de acompañamiento. Vivimos en una provincia federal y cada intendente cuida a su territorio.