La decisión del presidente Alberto Fernández de enviar al Congreso el proyecto para despenalizar y legalizar el abor to, puso en alerta a todos los actores políticos involucrados, entre los que se encuentra la Iglesia Católica. A nivel nacional, la primera jugada llegó a través de un duro comunicado, en el que pone de manifiesto su malestar con el Gobierno nacional, y que directamente habla de crisis.
En cuanto a Córdoba, la situación es de cierta tensión, teniendo en cuenta que el tema genera una especial incomodidad a partir de la buena relación que mantiene la Iglesia con el gobernador Juan Schiaretti y el perfil conservador de buena parte del electorado. Por ese motivo, el voto de los cuatro diputados de Hacemos por Córdoba es seguido de cerca por las máximas autoridades de la curia local.
Fuentes allegadas al Arzobispado, no ocultan su enojo con el Gobierno nacional. En diálogo con PERFIL CÓRDOBA, una fuente aseguró, en off, que “se está haciendo una utilización política muy grande con este tema. No hay necesidad de discutir esto en este momento, en plena pandemia. Es una irresponsabilidad”.
Desde la Iglesia de Córdoba consideran que “el pensamiento de la gente no ha cambiado” y están convencidos de que “si se realiza una consulta popular preguntando sobre la legalización del aborto, gana el no”.
Con todo, aceptan que las cartas están echadas y por ese motivo piden prestar especial atención al comunicado que en el transcurso de la semana dio a conocer la Pastoral Social Arquidiocesana, cuando Fernández envió el proyecto a Diputados. En el documento se pregunta: “¿Cómo saldremos de esta crisis los argentinos?” En ese sentido, califica a los funcionarios como incoherentes: “No se entiende que algunos funcionarios del Estado digan discursivamente que ‘lo principal es la vida’, ‘cuidar la vida’, ‘especialmente la de los más vulnerables’, y se proceda de modo contrario. ¡Cuánto dolor, cuánta tristeza, cuánta incoherencia!”, señalan.
Cómo juega Córdoba. Con las primeras cartas sobre la mesa, muchos ponen los ojos sobre los cuatros diputados de Hacemos por Córdoba que deberán fijar posición.
Si bien los trascendidos van y vienen, desde Casa Rosada estiman que esta vez los votos se dividirán: dos a favor y dos en contra. “La información que manejamos acá es que (Alejandra) Vigo y (Carlos) Gutiérrez van a votar a favor”, reseña una fuente consultada por este medio en Buenos Aires. El dato no es menor, teniendo en cuenta que en 2018 Vigo se abstuvo de votar y eso generó malestar en la Iglesia Católica de Córdoba, lo que determinó inclusive, una reunión entre los prelados e integrantes del gobierno. En tanto, Paulo Cassinerio repetiría el rechazo del 2018, mientras que a esa postura se sumaría Claudia Márquez.
Hace unos días, consultada por LPO, Vigo brindó algunas pistas sobre su postura, al señalar que “creo que las mujeres no podemos seguir siendo las dobles víctimas: por un lado, el aborto, y por el otro, la penalización de esa decisión. Por eso sostengo la despenalización, para terminar con la criminalización de las mujeres. El Estado debe estar presente en estas situaciones, para dar respuestas a las mujeres, especialmente a las más vulnerables”.
“La relación con el gobierno de Córdoba es buena, siempre lo fue. Inclusive, algunos exageran con lo que pasó hace poco tiempo, cuando se ordenó cerrar los templos. Desde la Iglesia nos comunicamos y el tema se solucionó rápido: fue una confusión de un funcionario, pero no más que eso”, destacan desde el Arzobispado.
Esa relación es la que mantiene expectante a los miembros de la Iglesia que saben que ‘la batalla final’ será en el Senado, un ámbito más proclive a que el proyecto finalmente no se apruebe, aunque aseguran que el Gobierno nacional hará todo lo posible para aprobarlo. “La dependencia económica de las provincias es muy importante y se vuelve un factor clave en esta puja”, señalan.