El próximo 27 de octubre los argentinos decidiremos qué país queremos. Se dijo que las Paso son una gran encuesta en los hechos y, como instrumento, es un procedimiento para definir los candidatos en internas abiertas dentro de cada espacio político. No obstante los resultados nacionales del 11 de agosto generaron mucho más que eso, quedando a la vista las percepciones del camino que está realizando la Argentina.
¿Qué es lo que se vio el domingo? Dos escenarios bien diferenciados. El primero, que evidencia que el camino de hacer fuerte los pilares de crecimiento que todo país requiere para mejorar la calidad de vida de su gente no es recto y mucho menos sin escollos.
Poner la economía a generar prosperidad implicó dejar atrás la prohibición de no medir la inflación para generar estadísticas creíbles, salir del default más largo de América latina, terminar con un cepo cambiario que nos mentía sobre las devaluaciones que sufría el peso y sobre todas las cosas poner en evidencia la corrupción que el Gobierno anterior ocultaba mientras se quedaba con el dinero de los argentinos.
La lectura del resultado indica que esos cambios esperanzadores se deben armonizar con el impacto que tiene la gente en la realidad de todos los días. Que no solo nuestro Gobierno debe seguir derivando la mayor parte de sus ingresos al gasto social, como lo viene haciendo, sino también tomar medidas para que este tránsito impacte menos en los bolsillos de los argentinos que, por no estar bajo la línea de pobreza o no estar comprendidos por los planes sociales, no tienen subsidios del Estado pero que también requieren una mirada desde la protección social.
La lectura está hecha y las medidas están siendo tomadas. ¿Qué implica tomarlas ahora? Que la corrección iniciada es compatible con acciones de protección para los más débiles y que tomarlas no implica un cambio de paradigma para que, de esta manera nuestro país se siga consolidando en una economía que permita el crecimiento.
¿Cuál es el otro escenario? El que leyeron los “mercados”. Los “mercados” son un concepto abstracto donde la suma de miles y miles de percepciones, de la gente, determinan la confianza o no de un hecho político o social con impacto económico.
Ese “mercado” es el que el lunes después de las elecciones amaneció desesperanzado, revuelto y alterado. ¿Quiénes influyen en los mercados? Todos, incluso los que votaron por la formula opositora. Algunos en mayor medida que otros pero los mercados son la suma de expectativas y presagios de millones de personas.
¿Por qué pasó eso? Porque todos tenemos en claro que los cambios realizados eran necesarios y sabemos que las medidas tomadas al instante por Mauricio Macri generan alivio en el camino de crecimiento iniciado. Claro que también sabemos que las medidas que tomarían Alberto y Cristina, o al revés, serían un alivio transitorio, pero al mismo tiempo implicarían perder la esperanza de seguir avanzando en el marco de una economía transparente, con un manejo claro de los fondos públicos y subsidios a quien lo necesita sin intencionalidad política.
Entre estos dos modelos nos debatimos. Córdoba fue la excepción en los resultados de las Paso con un triunfo arrasador de la fórmula Macri-Pichetto (18 puntos de ventaja), y lo fue porque lamentablemente fue la provincia que más padeció el manejo de políticas públicas del kirchnerismo, un partido que utiliza los fondos del Estado para beneficiar a los que piensan igual e ignorar y castigar a quienes lo hacen distinto. Es por eso que felicito a Córdoba por votar con dignidad y memoria.
Senadora de la Nación Jefa de campaña Juntos por Cambio – Córdoba