El sábado 26 de enero, el gobernador Juan Schiaretti concurrió al Sanatorio Allende del Cerro a realizarse una serie de estudios luego de que su equipo médico le diagnosticara un cuadro de broncoespasmo. Pocas horas después, se había retirado a su domicilio particular, sin mayores novedades.
Sin embargo, mientras permanecía en la clínica, junto a familiares directos y sus médicos de confianza (encabezados por el ministro de Salud, Francisco Fortuna) se decidió la realización de un chequeo general previsto para el viernes 8 de febrero, “como paso previo a la campaña que deberá afrontar de cara a las elecciones del 12 de mayo”, dejaron trascender cerca del mandatario.
Tal como estaba previsto, el viernes pasado el mandatario ingresó al Allende de Nueva Córdoba a las 17, acompañado por el propio Fortuna y su esposa, Alejandra Vigo. Una vez iniciados los estudios, surgió la necesidad de que se le practicara una angioplastia, que derivó en la colocación de cuatro stents (se extendió por una hora y media).
Aunque desde el Sanatorio Allende no brindaron información (la misma fue canalizada a través de Gobierno), trascendió que “no hubo un procedimiento especial por tratarse del gobernador. Ingresó y se retiró por el acceso principal y no se cerró ningún piso”.
El procedimiento fue normal: Schiaretti estuvo consciente todo el tiempo y quedó en observación en una habitación común, hasta la mañana del sábado, cuando se retiró a su domicilio. ¿Qué dicen oficialmente desde el gobierno?
El propio ministro de Salud, Francisco Fortuna, buscó restarle dramatismo a la situación. Ante Perfil Córdoba sostuvo que el evento que atravesó el mandatario el viernes “no implicará un cambio sustancial en su vida. Es muy metódico y cumple al pie de la letra el tratamiento que tiene que seguir”.
Eso implica realizar actividad física y seguir una dieta estricta, que algunos reconocen se puede ver un tanto trastocada cuando realiza viajes al interior. “Acá lo más importante es el pronóstico: se hicieron los estudios, se intervino y los resultados fueron excelentes”, añadió Fortuna.
“Lo que pasó con el gobernador es más común de lo que uno cree. Se sobredimensiona, justamente, porque se trata del gobernador. Pero el problema hubiera sido detectar un problema y no poder resolverlo”, añadió.
¿Qué dicen desde la oposición? Oficialmente, nada. Fuera de micrófono, algunos no ocultan cierta preocupación. “Además de las tareas como gobernador, está al frente del armado de Alternativa Federal, lo que implica tiempo y negociaciones. Es una exigencia muy importante, un esfuerzo extra”, destacaron dos fuentes consultadas por este medio. Lo concreto es que Fortuna confirmó que en los próximos días Schiaretti retomará su agenda: “Reitero: el gobernador es muy metódico. Cumple con lo que se le pide”.