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CóRDOBA
RUMBO A TOKIO

El Gran hermano

Claudio Biagioli cuenta sobre el sueño familiar de participar, junto a sus hermanas, en el máximo evento del deporte mundial.

Claudio Biagioli
UNIDOS. Claudio y Cecilia pasaron de todo desde el 2008 en los roles de entrenador y deportista, respectivamente. | CEDOC Perfil.

Claudio Biagioli comenzó a nadar cuando era niño, debido a un problema de asma, y se apasionó por el deporte por mandato de su papá. “Hay que hacer deporte y estudiar”, les repetía Enrique a sus hijos Claudio, Cecilia y Romina. Y él le hizo caso. En su adolescencia se dedicó a full a la natación, pero a los 18 dejó.

“Fui nadador de bajo rendimiento”, se autocritica. Sin embargo, les abrió las puertas a sus hermanas, que hicieron un carrerón como deportistas y están, por estas horas, ultimando detalles para participar de los Juegos Olímpicos de Tokio.

La familia Biagioli vive por estas horas días soñados. Sí, soñados por Enrique y Alicia, Claudio, Cecilia y Romina. Era una meta que parecía lejana y utópica, pero lo consiguieron. ‘Romi’ participará en triatlón, ‘Ceci’ en aguas abiertas y Claudio como entrenador. Por eso, cuando los últimos llegaron el pasado jueves a la noche a Córdoba hubo celebración, pero sin descuidar que hay que seguir entrenando. “No hay tiempo que perder”, le dice Biagioli a PERFIL CÓRDOBA.

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“Es un legado que nos dejó nuestro padre: el deporte, el sacrificio, el trabajo, el estudio. Cumplir este sueño de estar en unos Juegos Olímpicos era de mi padre. Siempre que hablamos de algo relacionado al deporte, decimos de es el legado que nos dejó”, explica emocionado al rememorar a Enrique, quien falleció en el 2012 y siempre fue amante de los deportes. Practicó ciclismo y fútbol y les inculcó a sus hijos esta pasión. “Él era fanático del deporte, nos hablaba del deporte y el estudio: esa fue siempre la regla, hacerlo de manera competitiva o didáctica, pero practicar deporte”, narra.

El Gran DT. Desde 2008, Claudio entrena a Cecilia y juntos han vivido de todo. Se preparó a conciencia para ser un entrenador de alto rendimiento. Comenzó a los 21 en el Colegio Gabriel Taborín. “Siempre estaré agradecido a aquella primera oportunidad”, explica el profesor.

—¿Por qué sos entrenador?
—Se fue dando. Fui un deportista de una manera (piensa)... mediocre no, fui de bajo rendimiento. A los 18 dejé de entrenar y comencé a estudiar. Y eso me fue llevando a transformarme en entrenador. Siempre digo que detrás de los resultados hay una conducta de trabajo y las oportunidades que te dan. A mí me brindaron la primera oportunidad en el Taborín y no me lo puedo olvidar. Eso me permitió crecer.

—¿Qué significa para la familia que los tres hermanos hayan clasificado a Tokio?

—Era un propósito como familia el de llegar de la mejor manera a esta parte de julio, era un sueño, pero muchas veces los sueños se complican un poco, por la complejidad de todo. Pero, gracias a Dios, se logró el objetivo de estar los tres hermanos en los Juegos Olímpicos.

—Me imagino la foto de los tres en Tokio.

—No, nos acabamos de enterar que no nos vamos a poder ver allá.

—¿Por qué?
—Romi compite el 27 y Ceci el 4 y por este maldito Covid te hacen dejar la villa olímpica apenas terminás de competir. Es una bronca no poder hacer esa foto. Pero vamos a ver qué inventamos. Tal vez ella se quede en un hotel o se consiga alguna invitación para que nos podamos encontrar.

—¿Cómo hacés para diferenciar el rol de entrenador y el de hermano? ¿Son de discutir mucho?

—En algún momento se sufrió bastante, somos hermanos y no deja de existir esa relación de confianza extrema que existe y el hecho de discutir por cualquier cuestión. Entonces, se trabajó. Pero lo sufrimos bastante, hasta que no nos quedaba otra que evolucionar o dejar de trabajar juntos. Por suerte hoy sabemos separar muy bien la situación. Somos muy profesionales. Cada uno cumple su labor y ahora la parte de hermano en vez de ser una contra, suma. Porque saber que está tu hermano al lado cuando te va mal, le da seguridad a cualquier deportista, lo necesita. Cuando te va bien, cualquiera está.

 

LA CONFIANZA EN CECILIA

  • Los de Tokio serán los quintos Juegos Olímpicos de Cecilia Biagioli. Y la segunda vez de Claudio. El entrenador cuenta los objetivos con los que viajan: “Nos vamos a meter en un contexto donde la temperatura del ambiente y del agua es cálida. Entonces, tenemos esperanzas de hacer una gran carrera. A Ceci generalmente le ha ido bien con ese punto climatológico. Llegar a un diploma sería fantástico por el nivel de aguas abiertas que hay. Dentro de los 10, o tal vez 8, es un sueño”. Y añade: “Viví el mejor momento de Cecilia. Su gran momento histórico fue en el 2011-2012. Ella tenía plenitud física, velocidad y rendimiento. Pero por el destino de la vida, no pudo explotar en Londres 2012 porque nos topamos con agua fría, a 18 grados, sin traje, no existía esa posibilidad. Hoy, en cambio, tenemos esta posibilidad con una temperatura parecida a Shangai, cuando terminó quinta en el 2011, en el Mundial. Ceci sí está en su plenitud mental. Si logro, como entrenador, convencerla de que ella puede ponerse más rápida, va a hacer un gran espectáculo”.
  • Biagioli