El empate 2-2 ante Palestino, el miércoles pasado en el Estadio Kempes, dejó con las caras largas a jugadores, cuerpo técnico e hinchas de Talleres. También a su dirigencia, que en términos político, marketinero y económico apuesta un pleno a este retorno a las copas internacionales después de 17 años y un largo invierno en los campeonatos del ascenso.
El equipo de barrio Jardín se jugará esta semana en Chile mucho más que su continuidad en la Libertadores. La clasificación a la fase de grupos, instancia que compartiría con River Plate, Inter de Porto Alegre y Alianza Lima de Perú, representaría para el club un ingreso mínimo de U$S 3 millones, que podría duplicarse con las recaudaciones de los tres partidos de local.
También significaría para la “T” dos meses más de exposición en la marquesina más codiciada del fútbol sudamericano, un lugar desde donde el presidente Andrés Fassi busca potenciar su fama de buen gestor.
“Este hombre va por más”, comentó –en alusión a Fassi- un hombre de la política que integró la comitiva oficial de Talleres en el reciente viaje a San Pablo, una especie de Arca de Noé que incluyó personalidades de diversos ámbitos y también a funcionarios nacionales, provinciales y municipales, con los hermanos Ramón y Diego Mestre como principales “refuerzos”.
Más allá de las estrategias personales, la exitosa excursión a Brasil –empató 0-0 con el renombrado Sao Paulo, le ganó la serie (2-0 en Córdoba) y se aseguró dos partidos más en la Fase Preliminar– le permitió a Talleres agregar U$S 550 mil a la columna del haber de su balance copero. El “punta y hacha” ante los paulistas ya le había dado buenos dividendos: U$S 500 mil en concepto de caché y U$S 1,2 millón por venta de entradas a precios VIP.
La asistencia de 55 mil espectadores en el juego de ida con Palestino, esta vez con tickets “rebajados”, le posibilitaron a la “T” embolsar otros U$S 750 mil. Una fortuna para estos tiempos de corren en el país y particularmente en Talleres, donde el presupuesto es alto, el auxilio económico del Grupo Pachuca parece ser un buen recuerdo y las “alianzas estratégicas” y las buenas migas con Boca Juniors (lo que Fassi llama “esquema de relacionamiento institucional y deportivo”) resultan insuficientes a la hora de cubrir gastos e imaginar nuevas inversiones.
Sudamericana en mayo: el Plan B
Si Talleres no ingresa al cuadro principal de la Libertadores tendrá la chance de sumarse a la Sudamericana como uno de los 10 equipos “transferidos” de una copa a la otra.
Adquieren ese derecho los ocho participantes de la Libertadores que terminen terceros en la fase de grupos, que se jugará entre el 5 de marzo y el 9 de mayo, y los dos mejores perdedores de la Fase 3 Preliminar que, además de Talleres-Palestino, juegan Melgar-Caracas, Defensor -Atlético Mineiro y Libertad-Atlético Nacional.
En este caso los cuatro eliminados cotejarán sucesivamente puntos, diferencia de goles, goles a favor, goles a favor de visitante y, eventualmente, posición en el ranking de Conmebol (la “T” ocupa el 177º puesto y es el peor clasificado de los ocho).
Esta alternativa le permitiría al Albiazul sumarse a Segunda Fase de Sudamericana (21 al 30 de mayo), lo que le aseguraría U$S 350.000. De seguir avanzando podría sumar según esta escala: octavos, U$S 500.000; cuartos, U$S 600.000, semifinal, U$S 800.000; subcampeón, U$S 2 millones; campeón, U$S 4 millones.
El frente interno
Talleres visita hoy a Estudiantes de La Plata por la Superliga, torneo que el DT Juan Pablo Vojvoda señaló como “objetivo principal” del Albiazul. Será el tercer juego que la “T” afrontará con equipo alternativo en el certamen de la AFA, debido a la cercanía de los compromisos coperos. ¿El dato? Talleres debe ganar los seis partidos que le quedan para igualar los 42 puntos que perderá la próxima temporada para el cómputo del promedio.
