Parece que la ansiedad pudo más que el tiempo verbal “después del Mundial” para algunos dirigentes de la política cordobesa y el movimiento de fichas en el tablero 2019 ya comenzó. Incluso para aquellos que no forman parte de las roscas partidarias, pero tienen ganas de jugar el año que viene. Esta semana se conoció que uno de ellos es José María López, padre del reconocido piloto “Pechito”, y todo indica que está con ganas de probar suerte en las urnas el año que viene. López, ex dirigente de la UOM y líder de Pauny, se animó a afirmar esta semana en medios de Río Tercero que le gustaría empezar a formar equipos para el año que viene competir por la intendencia que hoy tiene al frente al radical de Cambiemos, Alberto Martino, que no puede reelegir. “Tengo la gente necesaria para llevar adelante un tipo de propuesta superadora para que la ciudad salga del retraso en el que se ha estancado”, dijo “Pecho”. No es la primera vez que el nombre del padre del piloto para la intendencia de Río Tercero: en 2015, e impulsado por el delasotismo, también había comenzado a perfilarse hasta que declinó.
En El Panal midieron a Avilés
Hace dos semanas y con motivo de los festejos por el 25 de Mayo, el gobernador Juan Schiaretti decidió desembarcar con todo su gabinete en Carlos Paz. Casi de la misma manera que lo había hecho con motivo del Rally Mundial. La reiteración de situaciones generó un interrogante en varios sectores del peronismo, y se sumaron a los ruidos que ya había en Cambiemos sobre el rol que podría ocupar el intendente de la ciudad de Punilla, Esteban Avilés, de cara al año próximo. Ocasión en la que no podrá repetir mandato; por lo que empieza a desojar la margarita para ver qué hará: si acerca a Cambiemos o decide presentarse como candidato a gobernador para tratar de aspirar a una banca en la Unicameral tras la reforma. Lo cierto es que después de la foto del feriado patrio, alguno vio una fórmula con Schiaretti encabezando y Avilés acompañando. “Olvidate, no hay chance. Lo midieron en El Panal y sirve más por afuera para restarle a ellos que adentro y armándonos un lío a nosotros”, sintetizó un hábil operador del peronismo en un bar del centro.
La interna radical y su capítulo en whatsapp
El radicalismo debate por estos días cómo se acomodarán las fichas dentro del partido para luego trasladarlo a la alianza Cambiemos e ir en busca del primer escalón de la fórmula provincial el año próximo. Pero contado así, suena todo muy lindo y no es real. Lo cierto es que los correligionarios, discípulos de Alem, Yrigoyen, Sabatini, Illia y Alfonsín, están viviendo momentos de plena tensión. No sólo porque parece que no llegarán a un acuerdo para la presentación de listas que vence este martes, sino porque todo lo que pasó en la previa sirvió únicamente para recalentar los ánimos. Y algunos cayeron en errores que tuvieron otros correligionarios en el pasado inmediato, como mandar audios de whatsapp. Parece que la guerra esta vez vino por el lado de los intendentes, y que el mestrista Javier Monte, intendente de Río Segundo, habría llegado a amenazar con golpear a su par de Mendiolaza, Daniel Salibi, en un audio que es lo más comentado esta semana en la Casa Radical. Calma, radicales.
Parece que no va a repetir
Es sabido que la coalición Cambiemos tiene varios inconvenientes para empezar a repartirse lugares en las boletas del año próximo. Con tres partidos con pretensiones como el PRO, la UCR y el Frente Cívico, a los que suma la Coalición Cívica, los casilleros parecen ser escasos. Uno de los que podría liberar un lugar el año que viene en Diputados sería Javier Pretto, quien pese a tener chances de ir por un nuevo período, no tendría continuidad en el Congreso. Las chances para el expresidente del macrismo en la provincia son volver a la Legislatura o aspirar a un cargo cuando el 2019 empiece a arrojar resultados. En contrapartida, quien sí tiene claro qué va a hacer es su sucesor en el partido, el villamariense Darío Capitani, que apenas vio como se agitaban las aguas de Cambiemos en la ciudad del sudeste provincial desembarcó con tropa nacional como para marcar la cancha.
