Las elecciones para renovar las autoridades del Centro Vecinal de Nueva Córdoba quedaron suspendidas este domingo luego de que se detectaran graves irregularidades en las boletas, incluyendo un orden alterado de las listas y la falta de colores identificatorios acordados previamente.
La decisión fue tomada por unanimidad entre la Junta Electoral y los apoderados de dos de las tres listas (salvo el apoderado de la lista 7) participantes denunciaron falta de transparencia y posibles maniobras para favorecer a una de las agrupaciones. Lo que debía ser un acto democrático se transformó en un escenario de tensiones y suspicacias.
Apenas iniciado el proceso, las irregularidades saltaron a la vista: las urnas llegaron en número distinto al acordado, las boletas presentaban un orden alterado y los colores prometidos para identificarlas brillaban por su ausencia. Ante la evidencia de un procedimiento viciado, la Junta Electoral no tuvo más remedio que suspender los comicios.
El primer indicio de que algo andaba mal surgió cuando los veedores municipales aparecieron con seis urnas en lugar de las tres pactadas, indicaron las fuentes consultadas por PERFIL CÓRDOBA. La confusión se apoderó de los presentes, pues la logística prevista se había organizado en función de un número menor de mesas.
Pero el verdadero detonante ocurrió al abrir los sobres: las boletas, que debían respetar un orden consensuado semanas atrás, estaban desorganizadas. La lista 8, que correspondía al primer casillero, aparecía desplazada; la lista 7, que debía ocupar el segundo lugar, figuraba en el primero; y la lista 3, asignada originalmente al tercer puesto, se encontraba en una posición distinta. Además, los colores que debían diferenciar a cada agrupación -un recurso clave para facilitar el voto- habían sido ignorados, dejando las papeletas en blanco y negro.
Los apoderados de las listas no tardaron en elevar sus quejas. Para ellos, estos "errores" no eran simples negligencias administrativas, sino maniobras deliberadas para torcer el resultado a favor de una de las agrupaciones, precisamente la vinculada al oficialismo municipal.
"El cambio en el orden de las listas no fue casual: beneficiaba directamente a quienes tienen respaldo del gobierno local", denunció Matías Sosa, expresidente del Centro Vecinal. La tensión escaló cuando los veedores, en lugar de reconocer los fallos, insistieron en dar inicio a la votación. "Fue una actitud autoritaria, pretendían que avaláramos un proceso claramente viciado", relató Iván Burcher, integrante de la Junta Electoral.
Ante las graves acusaciones, este medio intentó obtener una versión de la Secretaría de Fortalecimiento Vecinal o de Adrián Brito, director de Centros Vecinales, pero desde el municipio no respondieron a los reiterados pedidos de explicación sobre las irregularidades denunciadas.
Semanas atrás, concejales de la UCR alertaron sobre irregularidades en varios barrios, desde trabas burocráticas hasta la descalificación arbitraria de listas opositoras. Las modificaciones a la ordenanza de centros vecinales, impulsadas por el oficialismo, complicaron aún más el panorama, añadiendo requisitos que muchos vecinos consideran excesivos.
Todo esto ocurre en un contexto donde la Secretaría de Fortalecimiento Vecinal, a cargo de Héctor "Pichi" Campana -uno de los aspirantes a suceder al intendente Daniel Passerini en 2027- enfrenta crecientes cuestionamientos por su manejo del proceso.
El cronograma electoral establece que el proceso de renovación de autoridades vecinales continuará los próximos domingos 4 y 18 de mayo, con un total de 380 centros vecinales convocados a elecciones en toda la ciudad. Según datos oficiales, en más del 70% de los casos se presentarán listas únicas, un porcentaje significativamente mayor al de procesos anteriores que ha generado cuestionamientos por la falta de competencia electoral en la mayoría de los barrios.
Mientras los vecinos de Nueva Córdoba aguardan una nueva fecha para las elecciones, el episodio deja al descubierto las grietas de un sistema que debería garantizar transparencia, pero que, en cambio, se convirtió en otro campo de batalla política.