El Servicio Penitenciario de Córdoba informó que un interno fue encontrado sin vida en la cárcel de Bouwer, lo que reinstala la inquietud sobre las condiciones de encierro. En este caso se trata de un hombre de 43 años que fue hallado ahorcado en su propia celda en el Módulo MD1.
Según el parte oficial, Milton César Rivero “se habría suspendido del cuello del ducto de ventilación, con un trozo de sábana, en su habitación”. Rivero se encontraba detenido desde el 2 de mayo acusado de amenazas calificadas y estaba a disposición de la Fiscalía de Violencia Familiar de 2° Turno. La fiscalía a cargo de José Bringas y el tribunal de conducta policial ya intervienen en el caso.
Consultada por PERFIL CORDOBA, Adriana Revol, quien forma parte de Autoncovocados Anticarcelarios Córdoba, sostuvo que las muertes en Bouwer son superiores a años anteriores y cuestiona a las autoridades. “En lo que va del año ya tenemos 12 muertes, pero seguramente deben ser mucho más ya que no tenemos acceso a lo que pasa en las cárceles del interior. Las autoridades del servicio penitenciario y el Ministerio de Justicia esconden los números de muertes en las cárceles de la provincia”, sostiene Revol. Y añade un dato preocupan te: “De las 12 muertes cuatro fueron mujeres. Si se tiene en cuenta que de la población carcelaria el 5 % son mujeres estamos hablando de un número muy elevado. A principios de año tuvimos algunas reuniones con las autoridades, pero después se suspendieron todos los encuentros”.
Revol, quien estuvo al frente de varias protestas y reclamos exigiendo soluciones a la situación visiblemente frágil del sistema penitenciario, reafirma que el Estado es el principal responsable. “El estado encarcela y por lo tanto tiene la obligación de resguardar la vida de todos los presos: cómo es entonces que a las madres les entregan sus hijos en cajones, qué responsabilidad es esa”.
Por su parte, Juan Domingo Gacitua, abogado que representa a familiares de internas fallecidas en la cárcel también describe un panorama desalentador. “Queda claro que en Bouwer sigue la desidia, nadie hace nada. Los presos se mueren como si nada, siguen ingresando sin ningún control drogas y celulares y nadie hace nada”, señala. Y agrega: “La situación ahí adentro es muy preocupante, murieron cuatro internas en dos semanas. Para dar un ejemplo, la muerte de Janet López es inexplicable, es imposible que una persona se pueda ahorcar en Bouwer, primero porque no están solos, y segundo por los elementos de los que disponen”.
La Justicia Federal investiga. En febrero Elsa Patricia Medina, de 62 años, sufrió una descompensación mientras estaba detenida por lo que fue trasladada al hospital Misericordia donde finalmente murió. A partir de allí su familia comenzó un largo peregrinar en la Justicia para tratar de esclarecer la muerte y si efectivamente no tuvo la adecuada atención en la cárcel. Una de esas presentaciones fue realizada en la Justicia federal, que finalmente esta semana admitió el recurso y analizará lo ocurrido. La Cámara Federal se declaró competente en torno al deceso de Medina y por lo tanto va a intervenir.
En su resolución, el juez Abel Sánchez Torres afirmó: “En efecto, por la circunstancia de tratarse de una interna detenida por orden y a exclusiva disposición de la Justicia federal, resulta necesario que sea quien proteja los derechos e intereses de los presos que tiene a su cargo. Los jueces federales son competentes para velar por la seguridad e integridad física de los detenidos a disposición de la Justicia federal, lo que se extiende a cualquier tipo de violencia personal o institucional que pudieran padecer quienes se encuentran privados de su libertad en un proceso originado en un delito de competencia federal”.
Superpoblación. Fue el propio ministro de Justicia de la Provincia quien en su momento admitió que el Servicio Penitenciario de Córdoba está al límite de su capacidad. Según Martín Farfán, en 2015 había 6.400 presos mientras que en la actualidad ese número ya es superior a los 9.600. Las grietas en el servicio penitenciario son visibles, profundas y de consecuencias ilimitadas. Más allá de los tibios, aunque valederos, intentos de las autoridades para poder contener aunque más no sea de manera circunstancial lo que allí sucede, hay una sensación de vulnerabilidad extrema para quienes viven intramuros. En una de las tantas protestas frente a los tribunales que se realizaron durante este año, la madre de un joven que se suicidó en su propia celda sentenció con enorme crudeza: “Es probable que mi hijo haya encontrado en esa decisión la forma de ponerle fin a la tortura de la cárcel”.
PARTE OFICIAL
La jefatura del Servicio Penitenciario de Córdoba informó que personal del Módulo MD1 del Penal de Bouwer fue informado por internos del pabellón, que el interno M.C. Rivero, de 43 años, se había suspendido del cuello con un trozo de sábana del ducto de ventilación, en su habitación. Inmediatamente se dio intervención al servicio médico del establecimiento que constató que el mismo se encontraba sin signos vitales.
