Envían a un hombre al Centro Integral de Varones para que “aprenda a comunicarse con las mujeres”
Anteriormente, la persona había sido señalada por una colega por emitir bromas sexistas y comentarios ofensivos tanto hacia su persona como a las mujeres en general.
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La Cámara de Familia de 1° Nominación de la ciudad de Córdoba, con mayoría de votos, estableció que un hombre había ejercido violencia de género de tipo simbólico, verbal y gestual contra una colega de trabajo. Además, ratificó la orden que obliga al agresor a participar en actividades psico-socio-educativas en el Centro Integral de Varones, para que “aprenda a comunicarse con las mujeres”.
La víctima denunció que su compañero realizaba chistes sexistas y comentarios ofensivos hacia ella y las mujeres en general. En su denuncia, pidió que se reconociera esto como violencia de género en el ámbito laboral y que se tomaran medidas para que el denunciado dejara de trabajar allí, cesara en su comportamiento y recibiera tratamiento terapéutico especializado.
El juzgado de primera instancia rechazó la solicitud al considerarla un problema laboral que debía resolverse en el ámbito de trabajo. A pesar de esto, ordenó que el denunciado continuara asistiendo a programas de educación especializados en violencia de género. La denunciante, insatisfecha con la decisión, presentó una apelación con la representación legal de la asesora letrada María Victoria Jalil Manfroni.
De esta forma, y a partir del análisis de la prueba testimonial, la Cámara de Familia, por mayoría, concluyó que el denunciado “desplegó conductas que constituyen violencia de género simbólica, verbal y gestual”.
“En casos como el presente, en que lo discutido es determinar si las conductas denunciadas constituyen violencia de género o no, se impone la valoración de la prueba con perspectiva de género, no siendo optativa para el juzgador”, expresó la Cámara en su resolución.
