Transcurrida la primera semana post PASO, el Frente de Todos está fracturado. El kirchnerismo más duro cuestiona la gestión presidencial y pide la salida de funcionarios entre ellos el ministro de economía Martin Guzmán. Paradoja de estos tiempos: Kicillof, Vallejos y sus colaboradores reinciden en la propuesta de un modelo económico signado por el terraplanismo y la ideologización de la política económica.
Negar que la emisión monetaria como política de financiamiento genere inflación o proponer como solución al problema de los precios restricciones a las exportaciones es mirar la realidad con gruesos lentes que atrasan y proponen debates ya saldados en el resto del mundo. Entiéndase que la traducción de “debate saldado” es aquello que habiendo sido puesto en práctica no ha generado ninguna solución duradera ni sacado masivamente a la gente de la pobreza.
Nada debería ser más pragmático en Argentina que la política económica. Sin embargo, las propuestas del kirchnerismo abundan sobre las mismas ideas que suman continuos y reiterados fracasos. Como un perro que gira en círculos tratando de morderse la cola. A nadie le molestaría si el debate se diera en aulas de alguna universidad y lo único puesto en juego fuera el tiempo de los participantes. El problema aquí es que lo que está en juego es la estabilidad económica de un país entero.
El Frente de Todos perdió el pasado domingo porque la economía anda mal. Casualmente y en relación a lo analizado, es casi un axioma que gobierno que entra en el túnel electoral con la economía en mal estado pierde las elecciones. En otras palabras, se veía venir. No te enojes Fernanda.
No existe ninguna encuesta que no ponga a la cabeza de las inquietudes de los consultados a la inflación. Cortos de vista, Vallejos y compañía le vienen cobrando a los argentinos el impuesto más regresivo de la economía: 50 puntos contantes y sonantes de inflación interanual. Más que el IVA, más que Ganancias, más que el impuesto País. No hay paritaria, ni ayuda social suficiente que pueda revertirlo. Sin tener en cuenta que además, parte de esa ayuda social se financia con más emisión monetaria. Una verdadera bomba de relojería.
Esta semana el ministro Guzmán ingresó el proyecto de Ley de Presupuesto 2022 proponiendo moderar la emisión y el gasto público. Del otro lado de la vereda, pero en el mismo gobierno, la versión más dura del kirchnerismo pretende imprimir lo que haga falta para ganar las elecciones de noviembre. Demasiada distancia a la hora de ver la misma realidad.
Como hemos dicho anteriormente, el Frente de Todos perdió el domingo porque la economía anda mal. Pero los problemas económicos de Argentina son los problemas políticos de Argentina. Por ende, urge resolver la política para que la economía empiece a funcionar. Primero, cultivando la moderación dentro del gobierno, desterrando el terraplanismo y el exceso de ideología para gestionar el Estado. Y en segundo lugar, acordando y respetando un núcleo de prioridades con la oposición. Nada le haría mejor a la economía argentina que una foto honesta y genuina de Presidente y Vice con los principales líderes de la oposición. No te enojes Fernanda, es la economía pero también es la política.
Economista
