Un equipo económico pensando en los próximos 30 días y con una fecha en la cabeza: 24 de junio, cuando se definen las candidaturas. Un gobierno aferrado a la decisión de no devaluar. La presión del FMI para que esa devaluación sí se produzca y la exigencia de que, al menos, se siga ajustando el gasto fiscal y subiendo las tasas. La posibilidad, sin devaluación, de que se consigan nuevos fondos extras para llegar pero manteniendo el loop de incremento de inflación, de tasas, de tipo de cambio y de más emisión.
O una devaluación forzada y ejecutada “entre gallos y medianoche” y con probabilidad de que no sea interpretada como el único salto del tipo de cambio.
Esos son los escenarios complejos y de cortísimo plazo que aparecen en el horizonte según el análisis del economista Marcos Buscaglia, que disertó recientemente en Córdoba en un encuentro con empresarios del sector tecnológico al que tuvo acceso PERFIL CORDOBA.
El camino hacia las elecciones será, se sabe, complicado. La semana pasada el economista y director de IDESA, Jorge Colina, lo calificó de “tortuoso” en este medio.
Pero la clave está en intentar comprender los escenarios que se abren post elecciones.
Allí es donde Buscaglia puso el foco de su análisis para desplegar varios escenarios y le asignó mayor probabilidad de ocurrencia a uno puntual: el de una devaluación fuerte del tipo de cambio, que corrija distorsiones y de mayor competitividad al complejo exportador. Obviamente, con alto costo político e impacto social.
Cómo sigue, fue también parte de los escenarios que se abren y que analizó.
Trilogía del ajuste. En su presentación Buscaglia remarcó que el gobierno actual y el equipo económico tiene herramientas y sabe lo que se necesita hacer y que incluso se puede tomar como referencia lo que sucedió en la crisis de 2002:
“La forma de resolver un desequilibrio como el que tenemos implica acudir a la trilogía del ajuste: devaluas, ajustas fiscalmente y subís la tasa. La oportunidad que da esto es lo que pasó en 2002, una devaluación fuerte seguida de una mega ajuste fiscal y un Mario Blejer poniendo las tasas al 150%. Con eso estabilizaron la demanda de pesos, el peso se apreció y estuvo cerca de $3 hasta el 2008, 2009, muchos años. Es la forma de que dejen de quemar los pesos. El problema de esta trilogía es que las devaluaciones son costosas políticamente. Suben la inflación, suben los costos de un montón de bienes. Hoy el gasto está bajando, en parte por el ajuste a los jubilados, pero no se hace el resto”.
Así, entramos, remarcó, en un loop en que sube la inflación, suben las tasas, y sigue subiendo la emisión porque el déficit fiscal sigue, suben los vencimientos en pesos “y la demanda de pesos baja porque sabemos que la devaluación está por venir”.
Para Buscaglia es claro que la devaluación es un camino casi ineludible: “este país tiene que devaluar, no podemos estar acá, con una economía tan poco competitiva. La devaluación va a venir, falta saber si la hace este gobierno o el que viene. El gobierno trata de resistir a algo que es inevitable y para resistir están empeorando las cosas”.
Post elecciones y 2024. Con la posibilidad de un cambio de signo político en la gestión nacional Buscaglia creen que se avanzará en una devaluación importante del tipo de cambio, aunque aclaró que el tipo de cambio debería estar más abajo que en los primeros dos años de Macri. “Ahí el tipo de cambio estaba muy caro porque nos llovieron dólares. Gane quien gane la elección no nos van a llover dólares de bonos y títulos del gobierno. Esos dólares hay que ganarlos exportando. Y para exportar hay que tener un tipo de cambio alto. Tiene que ser más caro ir a Miami que a la Costa”.
5 aspectos del escenario que viene, según Buscaglia:
-Vamos a un tipo de cambio oficial alto durante 4 años.
-El cepo no se va el día 1. “Hay un exceso de pesos en el sistema, hay muchas empresas a las que les fue bien, que tienen muchos activos en pesos y no los pueden remitir a sus casas matrices. Si vos levantas el cepo el tipo de cambio se dispara y socialmente va a ser difícil. El cepo se va a sacar, pero gradualmente”.
-Retenciones no van a desaparecer. “El ajuste que hay que hacer es tan grande que si uno además elimina fuentes de ingreso está frito. Van a ir bajando las retenciones, pero no se eliminan”.
-Viene un salto exportador muy grande. “Viene un Niño potente, con aumento de la cosecha del 50%. Y viene un fenomenal cambio en nuestra balanza energética. Vamos a pasar de menos US$5000 millones a números positivos en US$10.000 millones en 2025, por el gasoducto y por un oleoducto para petróleo que no tiene tanta difusión”.
-Período de reformas. “El próximo gobierno va a poder hacer un montón de reformas micro. Viene un período de reformas del estilo de las que hizo Menem en sus primeros años. Eso debería aumentar la competitividad laboral, impositivo, etc”.
Y amplió: “Creo que el costo social del ajuste cambiario puede ser morigerado por el salto exportador. Y esto puede darle fortaleza política al gobierno para encarar la segunda parte de las reformas que es la de integrar a Argentina al mundo”.
-De todos los escenarios en juego hay uno de devaluación, que podría ser seguido por una estabilización de la macro, ¿Qué probabilidad cree que tiene?
-Con el nuevo gobierno, bastante más alto, porque sería parte de un programa más integral de ajuste del gasto público. Hoy hay un ajuste del gasto primario, pero no es suficiente. Cuanto más credibilidad tenga el gobierno mejor y un gobierno nuevo siempre empieza con más credibilidad. Y con algo más de ajuste fiscal le veo más chances a una devaluación exitosa.
-¿Cuánto puede llevar un proceso de estabilización?
-Es difícil decirlo, los procesos de estabilización, hasta los exitosos como fueron en Israel, Brasil o el del gobierno de Menem llevaron muchos meses. No apostaría a que en el primer intento se estabiliza todo. Creo que el salto exportador del año que viene nos da una chance de lograrlo, pero hay que pensar que esto va a ser un proceso.
-¿Hay margen para reformas fuertes del Estado, en términos de un ordenamiento?
-Hay que hacer reformas micro y parte de esas reformas son bajar impuestos y para eso tenés que bajar el peso del Estado. El Estado expandió su peso en casi 15 puntos del PBI, sobre todo durante los mandatos de Cristina Kirchner, para bajar impuestos tenes que bajar ese peso. Hoy las empresas están muy castigadas desde lo impositivo. Es un proceso, parte del ajuste es la reducción de subsidios, que es más macro, pero hay mucho micro. Hay muchos programas mal hechos, que tienen fraude, reestructurar organismos.
-¿Llega tranquilo el gobierno a las elecciones con los vencimientos en pesos?
-Con tranquilidad no. Estamos discutiendo si tiene que devaluar o si llega con este loop de inflación creciente, tasas y tipo de cambio al alza.
-Ustedes miden inflación de alta frecuencia, ¿qué ven?
-Alimentos en mayo relativamente estable, pero hubo una suba de bienes durables, más la suba de precios regulados que van a pegar una suba de la inflación. Preliminarmente mayo viene arriba de abril.
-El 25 el kirchnerismo festejó 20 años de inicio de gestión, ¿qué película le quedó entre 2003 y 2023?
-La de una gran oportunidad perdida. Creo que la Argentina, con el gran boom de commodities que hubo, impulsado más que nada por el surgimiento de China, podría haber aprovechado para hacer reformas que hagan aumentar nuestra capacidad productiva para tener un país mucho más sustentable y en vez de eso se despilfarró. Entonces hoy estamos con una pobreza muy alta y con la gente desesperanzada.