Lo que sería bueno para Córdoba en las próximas décadas coincide con lo que sería deseable a nivel nacional. Para lograr un crecimiento sostenido de su economía y una reducción también sostenida de la pobreza es necesario contar con instituciones republicanas sólidas, especialmente un Poder Judicial independiente; equilibrio entre mercado interno y externo, pues crecer solo hacia el mercado interno nos ha llevado repetidamente a crisis por escasez de dólares; una economía competitiva (cambiaria y estructuralmente), que conduzca a un crecimiento de las exportaciones con mayor valor agregado; y equilibrio fiscal, déficit cero después de pagar intereses, para garantizar la sostenibilidad de la deuda pública.
Si se dan estas condiciones, Córdoba tendrá un papel decisivo para cumplir en materia de agro y producción de alimentos procesados, industria metalúrgica, turismo, software y otros servicios con alto contenido intelectual, servicios educativos y de salud, entre otras posibilidades.
Como punto de partida cuenta con sus recursos naturales y humanos, acordes al desafío planteado. También un buen funcionamiento institucional, superior a lo observado a nivel nacional y en la mayoría de las provincias.
Cuenta con una economía privada sólida y no prebendaria, con una importante cooperación pública – privada. Existe un ecosistema emprendedor muy desarrollado, con intensa actividad destinada a incentivar emprendedores e innovación. En materia de infraestructura, este año se completaron los gasoductos que ahora llegan a casi todas las regiones de la provincia. También se dio un gran progreso en materia vial.
Hace 15 años, Córdoba solo contaba con autopistas o autovías en el tramo Córdoba – Pilar y Córdoba – Carlos Paz, y tres cuartas partes de su avenida de circunvalación a la ciudad de Córdoba. Este año esta última estará completada, y existen autopistas o autovías en los tramos Córdoba – Rosario, Córdoba – Río Cuarto y están avanzando las obras en Córdoba – San Francisco y Córdoba – Totoral.
Se trata de una muy buena base vial, especialmente ahora con la circulación de bitrenes. Los desafíos pendientes serían, principalmente, mejorar la infraestructura y eficiencia de Epec, bajando sus costos operativos, para que se puedan asegurar un buen servicio y tarifas competitivas a largo plazo.
También sería el tiempo de aprobar reglas fiscales de avanzada, como la generación de un fondo anticíclico, de modo que exista ahorro de recursos en tiempos buenos para utilizar en tiempos malos. Otro desafío sería consolidar un camino que se viene transitando, y que resultará primordial para la economía moderna: diseñar incentivos para aumentar la cantidad de jóvenes que cursan carreras terciarias y universitarias ligadas al progreso tecnológico, y lo que se pueda hacer también en la materia en el nivel secundario (ejemplo, escuelas ProA).
Consolidar también la jornada escolar ampliada en las escuelas públicas, una de las bases para una política de igualdad de oportunidades. Generar un esquema que compense, aunque sea de forma parcial, a la producción local es otra de las prioridades, cuando las políticas nacionales no van en línea con lo planteado al inicio. Una tarea difícil, pero en que podrían pensarse algunos instrumentos. En definitiva, consolidar una Córdoba moderna, emprendedora e inclusiva en materia social, que nos ponga a la vanguardia de la economía nacional.