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Fuera de serie

Tomás Lawson, fundador de Talleres, el eslabón entre "Juego de Caballeros" y el fútbol argentino.

Tomás Lawson Talleres
Tomás Lawson. El fundador de Talleres fue jugador de Blackburn Rovers y replicó los colores azul y blanco en el club cordobés. Un mural le rinde homenaje en barrio Jardín. | CEDOC PERFIL

El 29 de marzo de 1884 Fergus Suter levantaba por primera vez el trofeo de la FA Cup de Inglaterra que con su equipo, Blackburn Rovers, ganaría por tres temporadas consecutivas. En ese contexto de efervescencia futbolera y reivindicación social que reinaba en el Condado de Lancashire, pocos meses después, el 3 de setiembre de 1884, nacería Thomas Lawson. 

Suter es el jugador escocés considerado pionero del fútbol profesional cuya historia rescata la serie “Un juego de caballeros” (“The English Game”), una de las más vistas en el último mes en la plataforma Netflix. Lawson es el creador del Club Atlético Talleres, que en su espíritu fundacional y hasta en sus colores azul y blanco –más allá del bordó de las camisetas del filme, una de las licencias del guión– tuvo la influencia de aquella gesta obrera de la Gran Bretaña de fines del Siglo XIX, en plena revolución industrial.

“Vi la serie y me emocioné mucho. Es parte de la historia familiar. Mi abuelo vivió en Lancashire y jugó en Blackburn Rovers. Los logros de aquel equipo, integrado en su mayoría por trabajadores textiles, hizo que el fútbol pasara a ser de todos y no exclusivo de la nobleza”, cuenta Jorge Lawson, uno de los 14 nietos de quien fue ideólogo, fundador y primer presidente, delegado, orientador táctico y half derecho de la “T”.

Del fútbol a las armas

“Por desgracia no llegué a conocer al abuelo”, afirma Jorge, quien guarda como tesoros las referencias de su padre, Thomas Oliver, el único de los seis hijos del prócer albiazul que intentó emularlo pero que sufrió una fractura en su primer y único partido como volante central del cuadro de barrio Jardín. “Yo también me probé en Talleres, pero terminé jugando de defensor en Unión Florida”, apunta el exfuncionario provincial y nacional. 

“Por lo que sé, mi abuelo no era de hablar mucho”, añade Gustavo, otro de los miembros de la segunda generación de los Lawson cordobeses, cuando le consultan sobre si las referencias a las hazañas de Suter y a la época gloriosa del Blackburn Rovers se filtraban en las conversaciones familiares. 

Aunque tampoco tiene constancia fehaciente de ello, Gustavo le da más crédito a la posibilidad de que el fútbol haya sido uno de los motivos del distanciamiento de Thomas y su familia. “Tuvo una discusión muy fuerte con su padre, se enroló en el ejército como voluntario y nunca más mantuvo relación con sus familiares ingleses”, puntualiza quien fue candidato a la presidencia de la “T” en las elecciones de 2014. 

Un Juego de Caballeros
Juego de Caballeros. A diferencia de lo que muestra la serie, Kinnaird y Suter definieron la FA Cup de 1882 y allí celebró Old Etonians. El escocés ganaría su primer título con Blackburn Rovers dos años más tarde, pero frente a Queen`s Park Rangers.

La hipótesis no resulta descabellada. “Un juego de caballeros” describe la resistencia que le opuso su entorno el otro gran protagonista de la historia, Arthur Kinnaird, heredero de un banco, miembro de la Cámara de los Lores y jugador del aristocrático equipo Old Etonians. “El primer señor del fútbol” –como le dicen a Kinnaird - es el jugador que más finales disputó en la FA Cup (nueve, con cinco títulos) y se lo reconoce por haber impulsado, como titular de la Asociación Inglesa de Fútbol, la construcción del mítico estadio de Wembley, inaugurado en 1923 y demolido en 2000.

El sueño del club propio


Ya lejos de Preston, su ciudad natal, Lawson participó de la Guerra de las Béares en Sudáfrica, donde llegó a conocer a Winston Churchill, por entonces corresponsal del diario The Morning Post. “Se ve que aquello no les gustó mucho, porque de allá se escapó con otro soldado. Subieron al primer barco que encontraron, de polizones y sin saber adónde iban, y terminaron en Córdoba”, refiere Jorge. 


Cuando llegó a la Docta, Lawson tenía 19 años y una letra menos (la “h”) en su nombre de pila. Enseguida se uniría al Ferrocarril Central Córdoba como jefe de los talleres y mientras seguía a las patadas con las viejas pelota con tiento -primero en Córdoba Athletic, donde también jugó al criquet, y luego en General Paz Juniors- empezaría a maquinar el sueño del club propio, con el fútbol como emblema y una pequeña cancha de golf.

Tomás Lawson fue la máxima autoridad de Talleres en 1913 y 1921. “En el ferrocarril ganaba muy bien, pero renunció porque le ofrecieron un cargo en la Cervecería Río Segundo. Allí no tuvo éxito y sus excompañeros lo instaron a volver pero él se negó porque, según decía, estaba ‘inhabilitado moralmente’ para hacerlo. En ese momento su situación económica se puso muy complicada”, revelan Jorge y Gustavo. 

Cuando falleció, el 20 de marzo de 1951, el mentor de la “T” trabajaba como traductor en la cementera Corcemar. Tres años antes había renunciado a su condición de socio honorario del club albiazul argumentando “la necesidad de seguir manteniendo mi dignidad de hombre y de deportista, y no para soportar el desprecio de que he sido objeto por parte de las comisiones que han actuado en el club en los años 1946 y 1947 y de la actual comisión directiva, sin que yo haya dado motivo alguno”.

Talleres es el único equipo cordobés que juega en la principal categoría de la AFA. Blackburn Rovers, gerenciado por el consorcio indio VH Group, milita en la Championship, la Segunda División del fútbol inglés.