Gestos entre Milei y Llaryora, con la ley Bases y la obra pública de fondo
Había mucha expectativa por el reencuentro, que se realizó en términos muy amables, según contaron desde el Centro Cívico. Al finalizar el acto, Milei fue al Centro Cívico y dialogó unos minutos con el anfitrión.
ANFITRIÓN. El gobernador lo esperó en el aeropuerto y viajaron juntos en helicóptero hasta el Centro Cívico. |
CEDOC
Eduardo Bocco
Después del conciliador e inesperadamente sereno discurso del presidente Javier Milei, el final fue de alguna manera sorpresivo: saludó con un abrazo y un beso al gobernador Martín Llaryora, a quien no había nombrado en su discurso. Es que cuando comenzó, le dio las gracias a casi todos los que estaban en la primera fila del acto en el Cabildo, pero cuando se refirió a los locales sólo dijo “gracias a las autoridades provinciales”. Y siguió casi sin pausas.
Por eso, en el Centro Cívico siguieron con alguna ansiedad el discurso presidencial, aunque reconocieron que desde que llegó a Córdoba, Milei tuvo un trato amable con el gobernador. Es que Llaryora le había enviado una clara señal de “amistad y buenos modales” al Presidente: apenas unas horas antes de la llegada del libertario a la capital provincial, el jefe del Centro Cívico encabezó la celebración por el Día de la Patria en Río Cuarto. Y a pesar de que estaba estipulado un discurso institucional del jefe del Ejecutivo cordobés, no hubo mensaje y oficialmente se explicó que fue por falta de tiempo, ya que Llaryora debía viajar a la capital para recibir al jefe de Estado.
Sin embargo, el no discurso fue interpretado como una señal para allanarle el camino al visitante. “Si hablaba, alguna piedra habría tenido que tirar”, señaló una fuente del llamado cordobesismo apenas finalizado el acto en la capital alterna. Oficialmente, se insistió en que no hubo discurso “por falta de tiempo”.
De todas formas, Llaryora dedicó buena parte de la mañana a brindar entrevistas a diferentes medios del país durante las cuales evitó confrontaciones y recalcó la necesidad de sancionar la ley Bases.
Al sanfrancisqueño se lo vio muy distendido en el acto, sentado junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel. Al comienzo del evento, la televisión oficial captó su imagen. Sin embargo, en la segunda parte del discurso de Milei, el plano se amplió y Llaryora comenzó a aparecer, quién sabe si por casualidad o por un cambio de planes.
Al comienzo, Llaryora recibió algunos silbidos cuando fue anunciado por la locutora y lo mismo pasó con el intendente de Capital, Daniel Passerini. Después, en medio del mensaje presidencial se oyó una voz de una mujer que dijo con claridad: “Escuchá Llaryora” (en referencia al discurso de Milei) pero no mucho más que eso.
Después, la gente pedía por la ley Bases y en alguna que otra ocasión pidió por un “plebiscito”. Pareció un tanto orquestado, aunque no hubo alusiones a nadie en especial.
Al finalizar el acto, el Presidente se dirigió al Centro Cívico para abordar el helicóptero que lo trasladaría al aeropuerto Taravella. Allí, mantuvo un diálogo con Llaryora, con quien compartió un té. La charla estuvo referida a la necesidad de sancionar la ley Bases, la obra pública en Córdoba y los biocombustibles.
Voto cordobés y positivo. Los tres senadores cordobeses votarán a favor de la ley Bases, aunque con particularidades. Por un lado, Alejandra Vigo pondrá el pulgar para arriba, al menos en lo general. Y lo propio harán Luis Juez y Carmen Álvarez Rivero. A propósito, Juez se ha convertido en uno de los principales interlocutores de la Cámara alta de la Nación con el Presidente. Ya se reunieron en dos oportunidades a comer en un mes.
Sólo hay que recordar que Juez es el adversario al que Llaryora mira con mayor preocupación, ya sea para la elección legislativa del año próximo como para las de 2027, cuando se votará nuevamente para elegir gobernador.
El gobernador parece haber abandonado, o mejor dicho pausado, sus aspiraciones nacionales y está concentrado en un plan de obras públicas para la Provincia, que contempla la finalización de la autovía a San Francisco y la continuidad del gasoducto con la provincia de Santa Fe. Y pronto podrían anunciarse dos nuevas obras: por un lado, una nueva remodelación del Estadio Mario Alberto Kempes, con el objetivo de presentar a la provincia como subsede del campeonato mundial de fútbol de 2030.
También se analiza la construcción de un estadio cerrado similar al Orfeo, pero con capacidad para 18 mil personas, que se ubicaría en un predio próximo al Kempes.
El esquema que pretende hoy Llaryora es intentar su reelección en 2027, a menos que se presente un nuevo horizonte que lo lleve a retomar una aspiración muy cara a sus pretensiones: la aventura presidencial.
Eso, apenas iniciado el año, comenzó a distanciarlo de Milei, que terminó quebrando la relación con el gobernador en la sospecha de que estaba trabajando para trabar la ley Bases en la Cámara de Diputados. Allí tildó de “traidores” a los que se oponían a su proyecto y en ese lote incluyó a Llaryora.
Según se habla con frecuencia en la Casa Rosada, el jefe de La Libertad Avanza siempre creyó en un vínculo soterrado entre el gobernador cordobés y su colega bonaerense Axel Kicillof. Además, en privado, lo tildó de “kirchnerista”.
Esas diferencias, que nunca pasaron de lo verbal, parecen formar parte del pasado y hoy Llaryora junto a sus socios políticos de la Región Centro, Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos), se convirtieron en férreos defensores de la ley Bases. Billetera mata galán.
