Los industriales cordobeses no se quedaron conformes con la respuesta que el presidente Alberto Fernández les dio a los principales referentes de la Unión Industrial Argentina cuando los recibió a mediados de semana para discutir por las nuevas restricciones para acceder a divisas necesarias para importar. El presidente repitió, palabras más, palabras menos, las expresiones que había dado el ministro de Economía Martín Guzmán, cuando ya en diciembre explicó que “no hay dólares”. Alberto les dijo a los industriales que no hay dólares y la que las restricciones para acceder a las divisas se mantendrán, al menos hasta que se llegue a un acuerdo con los bonistas por la renegociación de la deuda externa. Los dirigentes de las firmas cordobesas Miguel Acevedo, de AGD y Luis Pagani, de Arcor estuvieron al frente de la delegación de empresarios que vieron al mandatario. La UIA logró buen diálogo con Fernández, pero las trabas siguen apareciendo.
Por eso, tras esa reunión se pactó otra con el secretario de Industria, Ariel Schale y con la figura clave del conflicto, el titular del Banco Central, Miguel Pesce. “Con él era importante hablar, porque si no nos pasaba lo que nos pasó con el gobierno anterior. Teníamos muchas reuniones con Sica, (Dante, exministro de Industria), pero el que definía lo que nos afectaba era Dujovne. Esto no es un problema de política industrial, es un problema monetario”, resaltó un dirigente a ese medio. En la reunión con Pesce, el titular del Banco Central se comprometió a fijar una agenda de trabajo para seguir discutiendo los inconvenientes y, lo más importante, afirmó que habrá dólares oficiales para la compra de insumos industriales importados.
La otra respuesta, la política y la vinculada a las condiciones de negociación de la deuda externa es la que genera dudas entre los industriales. El 12 de junio es la próxima fecha límite que comunicó el gobierno en el cronograma de negociaciones, pero nadie puede confirmar que será la fecha final de un acuerdo definitivo. Esa incertidumbre es la que estuvo empujando las apuestas de los agentes económicos y que llevó el blue a un pico de $138, aunque en los últimos días se estabilizó en torno a los $125.
La preocupación de importadores e industriales se encendió la semana pasada con la comunicación A7030 del Central que fijo nuevas restricciones para el acceso de las empresas al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) y que estableció que las compañías que tengan dólares líquidos tienen que usar esas divisas en lugar de acceder al MULC para cancelar pagos de importaciones. Ese esquema, según les dijo Pesce a los industriales, no se tocaría. Pero sí se montaría un sistema para agilizar las autorizaciones que deben tramitar las empresas. No suena como el escenario más alentador si se quiere dinamizar a un sector clave, como el industrial, que en abril se desplomó un 33% por efecto de la cuarentena instalada para frenar al Covid-19.
Golpe al corazón. “Hay que entender que el 80% de lo que produce la industria tiene componentes o insumos importados. Si vos no podés importar, no se puede hacer nada, la importación está en el corazón de la industria. Esto hizo que muchas empresas tengan que salir a buscar dólares al mercado informal. Muchas decidieron empezar a cobrar su stock en dólares, otras buscaron un punto intermedio entre el dólar blue y el dólar oficial hasta que quede claro que va a pasar y otras directamente se sentaron arriba del stock porque ven que esto o es una devaluación anticipada o se va a producir desabastecimiento”, planteó Marcelo Uribarren, presidente de la UIC.
Los industriales saben que el argumento que esgrimió el presidente tiene peso específico y que la presión sobre el dólar no es el mismo si Argentina entra en default o no, si logra un acuerdo que le permita liberar las arcas durante tres años o si, por el contrario, debe enfrentar obligaciones en el corto plazo. “Tenemos la esperanza que se llegue a un buen acuerdo y esto se solucione porque realmente sería para la economía argentina, no para la industria, catastrófico”, marcó el dirigente.
Pocas certezas. En tanto, desde la central industrial cordobesa también señalaron que las licencias no automáticas, que no deberían demorar más de 60 días, están muy ralentizadas y se está superando ese tiempo pactado, generando más trabas a los importadores. “Hay incertidumbre en todos los sectores. No hay un mecanismo claro de cómo es la operatoria. Ante la duda, las empresas no venden o venden en dólares. Esta semana se frenó muchísimo todo. Si la empresa no puede acceder a los dólares, parece una devaluación encubierta. Si esto se extiende se ataca directamente a la economía y a la poca producción que tenemos y a los pocos negocios que andan dando vuelta”, remarcan en la UIC. “La ´evaluación caso a caso´ para el acceso al MULC no puede terminar bien. Una oscura oficina en el ministerio de desarrollo productivo o el BCRA no puede suplir el sistema de precios. Es increíble que volvamos a esto”, disparó en un tuit el economista Federico Moll, director de la consultora Ecolatina.