La provincia de Córdoba se encuentra atravesando el pico de la pandemia. Una de las grandes dudas que plantean los expertos es si en noviembre la curva comenzará a descender o los casos se mantendrán en una especie de ‘meseta alta’, con un número de infectados constantes en todo el territorio provincial. Con el objetivo de dilucidar cómo será el futuro de la patología en este territorio, PERFIL CÓRDOBA, dialogó con el médico Juan Pablo Caeiro quien es jefe del Servicio de Infectología del Hospital Privado y uno de los profesionales del equipo científico que asesora al Ministerio de Salud.
—Se viene un mes con una serie importante de flexibilizaciones. ¿Usted está de acuerdo con estas medidas?
—Estamos atravesando un momento complejo. Creo que en el comienzo de la pandemia seguimos mucho a Buenos Aires, algo que no estamos haciendo ahora. Al principio tuvimos las mismas restricciones que el resto del territorio nacional, a pesar de que estábamos bien. Creo que ahí estuvo el problema. Probablemente debimos estar al comienzo con una cuarentena estricta de 14 días o tal vez un mes. Nos guardamos antes, sin necesidad, pero en esa época tal vez era la mejor opción. Hoy es otra la mirada, pero uno tiene que ser humilde y transparente en reconocer que tal vez eso no estuvo bien porque generó una quita de fuerza como sociedad para volver a soportar algo así. Esa decisión hizo complejo todo lo demás.
—¿Hay algún motivo por el que los casos podrían bajar?
—Si nosotros no disminuimos la movilidad no vamos a bajar los casos. La duda es si van a seguir subiendo. Las estadísticas dicen que el tiempo de duplicación de casos se ha estabilizado, y es importante tener en cuenta que hemos pasado un invierno hospitalario muy tranquilo. Córdoba pasa los inviernos con ocupaciones superiores del 80% y a veces hasta con el 100%. Hemos pasado inviernos anteriores en cama caliente en todo momento. Por ahora, lo hemos manejado de una manera que todo el tiempo hubo disponibilidad de camas.
—¿Se puede pensar en cómo será el corto plazo?
— Noviembre va a ser un mes clave. Venimos con algunas restricciones en los últimos 15 días y eso permitió agregar camas y ordenar ciertas cosas. Nos hemos amesetado en un nivel alto de casos, con un nivel de ocupación de camas también alto. Si logramos bajar un poquito la curva, sería un buen panorama, pero si empeoramos, vamos a tener que hacer cambios. Ahora se intenta mantener al máximo lo que se pueda la actividad productiva y apelar a la responsabilidad de la gente respecto a la distancia y al uso de barbijo. Tenemos que llegar al 90% de la población utilizando el barbijo. Vemos que hay gente que está saliendo con síntomas y eso no debe pasar. Pensando en el futuro cercano hay que seguir reforzando el sistema de salud y mejorar las condiciones del equipo médico. Es un momento clave para que a los médicos se los considere realmente como son. Una profesión muy dura, que es necesaria y debe ser bien remunerada.
— Al crecer el número de infectados, ¿es correcto pensar que en algún momento la circulación del virus debería comenzar a ser más lenta?
—Este virus nos ha engañado a todos y nos sigue engañando. Vemos en zonas como Lombardía, que tenían un porcentaje importante de infectados, que la segunda ola es muy fuerte. Teorías generales que se aplicaban a otros virus respiratorios, con este no se cumplen. Es como un virus muy perfecto, por llamarlo de alguna manera. Pensar en la posibilidad de una inmunidad de rebaño lleva a una mortalidad horrorosa. El caso de Córdoba es distinto porque viene manejando un número estable de casos siempre. Aquí siempre tuvimos casos. No somos San Luis que se mantuvo sin casos durante mucho tiempo. Tal vez ese manejo lento y persistente nos permita tener menos explosiones. Es un virus que cuanto explota rompe todas las estadísticas. En los países en los que el virus explotó, todo se desbordó. Eso acá no pasó.
—¿Cómo considera que se manejó la pandemia en Córdoba?
—Creo que bien, aún con errores. Cuando esto se acabe, veremos quién está mejor y quién está peor. En este punto también metimos la pata, porque nos comparamos con otros países, mostramos gráficos, y es algo que tal vez no debía hacerse. Si en este momento, si alguna región está en zona blanca es porque está en una burbuja. Apenas entra un caso cambia toda la situación y esa burbuja explota.