En los últimos días, el senador Luis Juez y el diputado Rodrigo de Loredo llegaron a un acuerdo definitivo. Ya no hay vuelta atrás. La letra chica sólo la conocen ambos referentes. La encuesta vinculante se impuso, pero terminará siendo el acuerdo político entre los socios de Juntos por el Cambio (JxC) que definirá no sólo la candidatura a gobernador, sino el esquema de poder del armado opositor.
Con la especulación que tiene todo el mundillo político cordobés, de que se viene en el cortísimo plazo el anuncio de la fecha de convocatoria a los comicios provinciales, que asoma como muy probable se celebre entre el 18 de junio y el 2 de julio —casi que todas las fichas están puestas en el primer domingo de julio—, Juez y De Loredo sellaron su pacto de unidad y acordaron los términos para definir la candidatura a gobernador. También cobra fuerza la cabeza de lista para la contienda electoral capitalina.
Sobre este esquema, los referentes de la coalición opositora se movieron en tándem en los últimos días y dejaron a su paso fuertes señales del rumbo que definieron. Se mostraron juntos ante un grupo numeroso de intendentes nucleados en el Foro Radical y su rol opositor cobró centralidad en la apertura de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante capitalino.
Para dar cuenta del ‘momento bisagra’ en la relación de ambos, un conocedor de los pasos del líder del Frente Cívico advirtió que Juez venía de semanas de “caminar por las paredes” para graficar el nivel de ansiedad por la indefinición que planteaba De Loredo.
Algo cambió en los últimos días. El senador pasó a irradiar señales “en modo zen”, aunque sus socios cambiemitas buscan descifrar si se debe a que está “tranquilo o entregado” ante el acuerdo sellado con el radical evolucionista.
Descartada de plano una interna, la cual resulta ‘impracticable’ a esta altura del partido, el mecanismo de encuesta prevaleció entre los aliados para la definición del candidato del espacio opositor. Algunos radicales advierten que podría haber hasta tres sondeos —uno de Juez, otro de Rodrigo y otro más imparcial de una consultora internacional—. En el PRO salen al cruce de ese planteo: “Cada encuesta sale cuatro millones, si tienen 12 millones, que los pongan”.
En la fuerza amarilla sostienen que, más allá de que los números de los sondeos estarán sobre la mesa, terminará por imponerse un acuerdo político entre los socios de JxC. No sólo está en juego la candidatura a gobernador, sino el esquema de poder del armado opositor.
Su definición implica un gran esfuerzo de la dirigencia cambiemita que los pondrá a prueba para que no todo estalle por los aires. De acuerdo a cómo avancen los escenarios, según el mapeo de las encuestas, se verá el potencial ganador de la coalición opositora o, por el contrario, el efecto ‘frazada corta’ ante una posible derrota.
Los referentes nacionales de JxC (con números finos de sondeos) trasladan un mensaje muy alentador a la tropa local de que se le puede ganar al peronismo en Córdoba. Esa es la apuesta que sostienen en público Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Gerardo Morales, entre otros. El ‘factor Macri’ termina siendo una incógnita ante su rechazo a Juez y el rol de aliado que ve en Llaryora.
Tiempo perdido.
El compás de espera de De Loredo, y que Juez terminó aceptando, sigue tensionando mucho hacia adentro. Los intendentes y la dirigencia radical del interior siguen advirtiendo del ‘tiempo perdido’ ante la indefinición.
Para los ‘generales’ del interior, la estrategia de no mostrar las cartas sólo genera una ventaja para el peronismo. La reunión del jueves pasado de ambos precandidatos a la gobernación, en el Foro de Intendentes Radicales, sirvió para aplacar un poco la ansiedad pero no puso fin a la tensión.
La fuerte señal que surgió del cónclave es que “Juntos por el Cambio no se rompe”, parece poco, pero es mucho –según como se mire– ante la premura por desplegar la estrategia opositora en toda la amplia geografía cordobesa
Más de 70 intendentes y jefes comunales boina blanca escucharon al diputado evolucionista. “Vamos a ir todos juntos, no nos van a dividir”, dijo De Loredo sentado junto a Juez, a quien invitó personalmente. Fue una señal positiva de unidad destacada por todos los presentes.
En este marco, se coló en la charla el tema de la re-reelección ‘acotada’ para municipios más chicos y comunas. Los referentes le bajaron el precio a la iniciativa de Orlando Arduh, que ya ingresó a la Unicameral y cuenta con el apoyo del Foro.
Ante el planteo, De Loredo insistió en su negativa, pero lanzó su contrapropuesta: “Nuestros intendentes son los que cuentan con sobrada experiencia en gestión y van a formar parte del gobierno. Vamos a gobernar con los mejores”.
La otra señal.
¿Qué se dice bajo la superficie? Juez gobernador, Rodrigo intendente. Propios y extraños advierten que este es el acuerdo sellado. El tándem bajo ese esquema sigue siendo muy competitivo, sobre todo si se cumplen los deseos de Llaryora de pegar las elecciones.
De todos modos, el evolucionista ostenta la ‘ficha ganadora’ en el escenario Capital, a partir de los números que manejan en el oficialismo y en la oposición. De hecho, el llaryorismo arma su estrategia sobre la base de esa hipótesis.
El poder de fuego del binomio opositor se vio reflejado en la noche del jueves pasado cuando en tándem salieron a contarle las costillas al intendente capitalino y candidato a gobernador. Con sus estilos diferentes, Juez y De Loredo apuntaron duro contra Llaryora en la apertura de las sesiones ordinarias del Concejo, en lo que significó el primer fogoneo de la campaña electoral.
El radical habló de “poca transparencia” en el manejo de los fondos municipales por parte de la gestión Llaryora. En cambio, Juez fue al hueso y se metió en el barro: denunció corrupción.
Rodrigo Miranda