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MANO A MANO

Juez: “No subestimaría al peronismo para noviembre: Cristina los tiene anotados a todos”

El líder del Frente Cívico asegura que “siempre el peronismo dirimió las internas de manera salvaje”, pero reconoce que la carta de la vicepresidenta “fue lo más destituyente que recuerde”.

19-9-2021-Juez
CONTUNDENTE. “Cristina conoce mejor que nadie cómo se mueve Comodoro Py y allá ven que está perdiendo poder”, dice Juez. | Fino Pizarro

Sus movimientos y gestos acelerados contrastan cuando llega el momento de la entrevista. Si bien la verborragia que lo caracteriza sigue intacta, se toma su tiempo para responder algunas preguntas. Medita cada palabra porque sabe que quedó en el centro de la escena y lo que comunique tendrá llegada: a los propios y a los rivales. De todas formas, fiel a su estilo, no se guarda nada.

Es viernes casi al mediodía y mientras prepara café, asegura que en un par de horas tiene vuelo a Buenos Aires para participar del programa de Jonhatan Viale en La Nación+ y el sábado estar presente en el programa de Mirtha Legrand. “Conduce Juana, pero no tengo idea quiénes son los invitados”, dice.

También aprovechará su estadía en la Capital para mantener reuniones luego del resonante triunfo del domingo pasado, aunque ya tuvo encuentros con Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. En el medio, empieza a hablar de la crisis que atraviesa el Gobierno nacional. “No hay que confiarse: estos en cualquier momento arreglan y salen a cantar la marcha todos juntos. No hay que subestimar ni dormirse”, asegura.

–¿Qué evaluación hace de la situación que vive el Gobierno?
–Es un chantaje institucional que no tiene precedentes, pero es la forma como el peronismo dirime sus conflictos. Nosotros (Juntos por el Cambio) tuvimos un conflicto interno y lo solucionamos con una interna. El peronismo lo hace a sopapos adentro del poder y la sociedad lo ve como algo casi normal. Lo hacen al estilo más salvaje que se pueda hacer. Ahora, si nosotros lo hacemos seríamos un espanto.

–¿Qué cree que va a pasar ahora?
–Nada. El lunes van a estar todos juntos cantando “todos unidos triunfaremos”. Y lo más grave es que no va a pasar nada con la sociedad. Sí va a tomar nota que tenemos un Presidente pintado al óleo, es un Quinquela, que no toma decisiones. El ejemplo es la carta de Cristina: fue lo más destituyente que recuerde. Si eso lo hacía un opositor nos están pidiendo un juicio político, nos quitan los fueros para hacernos un juicio… lo hace la vicepresidenta y es un acto de democracia participativa.

–¿Cuál va a ser el escenario para el peronismo en noviembre? Hoy parece complicado.
–Yo no los subestimaría. Mirá, Cristina los tiene anotados a todos… Mirá la carta que escribió: con nombre y apellido. ¿De dónde viene el fastidio de Cristina y por qué no acepta la derrota? Cuando ella presionó para que en la lista de diputados nacionales por provincia de Buenos Aires estuvieran los amigos de Máximo, los barones del Conurbano le dijeron ‘bueno, que junten los votos los amigos de Máximo’. Obviamente, eso no sucede porque esos pibes no lo pueden hacer: le das una moto y la traen vacía, no pueden llevar ni a dos. Pero tienen plata, recursos, la chequera. Tienen todas las cajas de Argentina, pero no tienen ningún trabajo territorial, sino fíjate cómo les fue en Quilmes y en otros lugares. Si no juega la estructura del peronismo, los tipos no movilizan nada. Córdoba es un ejemplo: podrán tener un reducto universitario y algo más pero el kirchnerismo no se involucra con los problemas de la gente. Te interpretan a los sectores populares desde el discurso, con una agudeza pocas veces vista en el peronismo, porque describen bien, pero en el hecho concreto, nada. Ahora van a arrancar la campaña y van a decir que esto les hizo bien, porque se movilizaron y están todos juntos. Tienen un nivel de hipocresía exacerbada que la utilizan como un combustible.

–Y los dos años que le quedan a Alberto, ¿van a transcurrir en ese escenario?
–¿Alguien en Argentina puede pensar que tenemos un Presidente con autonomía, autoridad ética y moral para tomar decisiones? Alberto fue a buscar respaldo en Massa (junta las manos, como diciendo “por favor…”).

–¿Por qué hace ese gesto?
–Sergio Massa… cuánto te puede durar la palabra de Massa. Si el respaldo institucional del Presidente es Massa estamos complicados. ¿Qué le puede arrimar? Un bloque de 11 o 12 diputados que son negocios parlamentarios. ¿Y de qué se puede quejar Alberto? ¿De la temperatura de la habitación del diablo, cuando vos pactaste con el diablo? ¿Alberto puede decir que esto no lo sabía? ¿Qué no tenía idea lo patológicamente perversa que es esta mujer? Cristina no quiere ser presidenta, te puedo asegurar que ella quiere estar lo más lejos que se pueda de Balcarce 50, pero le interesan sus problemas judiciales y ve que no se resuelven. Pero lo más grave es que empieza a perder poder. Ella sabe mejor que nadie que los tipos de Comodoro Py, de la Cámara de Casación Penal y de los Tribunales Orales Federales, no necesitan que llegue el 10 de diciembre del 2023. Los tipos olfatean que está por perder el poder y las causas se van a activar de manera automática, con una gran celeridad. Por eso actúa con este nivel de virulencia. Es lógico, porque dice ‘pasaron 20 meses y estoy peor que antes’.

–¿Por eso algunos son inamovibles?
–Es lo que dije en TN: no va a mover ni a Gerónimo Ustarroz, el responsable del Estado en el Consejo de la Magistratura, ni al Chino Zannini de la Procuración del Tesoro: a los demás sí porque no cambia nada. Ella da por terminada la pandemia y le dice a Alberto: resolveme los problemas. Y están lejos de resolverse. El tema es que ella no se hace cargo de la catastrófica derrota.

–¿Por qué debería hacerse cargo ella?
–Hace cinco meses, La Cámpora dijo vamos a las PASO. Para ellos, el problema no son los diputados nacionales sino la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires: ahí está el verdadero poder. La Legislatura de Buenos Aires es el poder legislativo más poderoso de América Latina. Un diputado de ahí tiene más poder que tres senadores. Cuando vieron el resultado, los barones dijeron qué tenemos que ver nosotros, el tema era de ustedes. CFK no se quiso hacer cargo y Alberto tuvo una lectura horrible: esto lo vamos a resolver en 40 días, dijo. Cristina le viene diciendo que meta plata, que no cierre con el FMI. El juego de ella ya quedó al descubierto.

ASPIRACIONES PROVINCIALES

“Para las elecciones del 2023 hay que ver cómo administramos nuestros egos”

–¿Se sintió ninguneado?
–Sí. Las elecciones son como el fútbol: hay que seguir entrenando aun cuando las cosas no salen. El tema es cuando ves que el técnico mira para otro lado cuando vos estás esperando para entrar. A mí me pasó: Macri se paraba en el banco, miraba y yo decía ahí me llama. Y decía: ¡Entrá Oscar! Yo seguía corriendo y un día dijo vengan ustedes dos: y eran Negri y Mestre…

–Macri fue uno de los que lo ninguneó.
–No sé si me ninguneó, pero no me eligió nunca para jugar donde yo quería. Cuando me llamaron era para jugar en la reserva: vas como intendente, me dijeron. Pero no me pusieron solo, lo sumaron a Rodrigo. Entonces no me eligieron. No tengo despecho. Se lo dije a Mauricio la última vez que vino: yo voy a ser candidato a senador y no espero que vos me elijas. No me debe ni le debo nada, inclusive cruzamos mensajes.

–¿Su referente hoy es Bullrich?  
–También estuve con Horacio, tenemos una gran relación con los dos.

–¿A qué aspiran ahora?
–A nacionalizar la campaña, tener una elección superior y tratar de meter seis diputados, ese es el objetivo. Esta situación hace pensar que el kirchnerismo no va a tener los resultados que soñaron: en algunos lugares pueden empatar el partido y van a recurrir a aliados provinciales dentro del peronismo. Hay que preguntarles a los cordobeses si están dispuestos a darles supuestos aliados a los K, porque en los próximos dos años van a buscar aliados, no van a tener tropa propia. Del otro lado nos van a decir que quieren defender a los cordobeses y en estos 18 meses yo no vi esa defensa, votaron casi todo lo que el kirchenerismo propuso, tal vez sin tanta necesidad.

–¿Y después de las elecciones?
–Nadie esconde que hay un final de ciclo en Córdoba. Muerto, lamentablemente, el gobernador (sic) De la Sota y con Schiarertii sin posibilidad de reelección, hay un final de ciclo. O lo construimos con un grupo de dirigentes con Rodrigo (De Loredo) a la cabeza y los dirigentes radicales o lo agarra un intendente peronista cuarentón y olvídate: ahí si te jubilás.

–¿El resultado de las PASO en Córdoba fue el peor para Hacemos por Córdoba?
–¿Por qué?

–Porque después de noviembre usted es candidato a gobernador casi de cajón.
–No sé si voy a ser candidato a gobernador, sí parte de un equipo que va disputar el poder.

–Pero usted dijo que quería ser candidato en el 2023…
–Hoy la cabeza está puesta en el 14 de noviembre, después va a depender de cómo administremos nuestros egos. Me encantó descubrir a tipos del radicalismo que volvieron a sentir esa adrenalina de diputar el poder, pero también me encantó ver a algunos dirigentes del PRO que se animaron a desafiar a las autoridades y decir pará, pará: hicimos todo lo que nos pidieron pero tenemos derecho a opinar, elegir. Antes venía todo libretado. Desafiaron a Lennon en Liverpool. No es poco. Los que no se animaron a disputar esa autonomía están con la cara contra el piso, pero también los necesitamos.

–¿Ahí también entra Gustavo Santos?
–Por supuesto, pero deberá adecuarse. No puede decir ‘vengo con un padrino que dice que paga el bautismo y la comunión y decide quiénes son los que entran y los que no’; mirá donde terminó Gustavo, pero los necesitamos a todos. Eso sí: yo no voy a tolerar a ningún interventor, ya sea Bullrich, Larreta o Macri. Nos vamos a juntar con todas las fuerzas y no vamos a aceptar que vengan de Buenos Aires a decir qué tenemos que hacer. Hay algo que ustedes (los periodistas) no ven pero es clave y es el principal activo que tenemos: ganamos una autonomía increíble. Eso también destruye la vieja política de enroscar en Buenos Aires y que acá todo el mundo se disciplinaba. Podía salir mal, pero salió bien.