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Museo del Deporte Cordobés

Jugar de memoria

El espacio funcionará en el Kempes y exhibirá unas 200 reliquias: desde un botín de Willington donado por Mario Pereyra hasta un libro que Hitler entregó a los atletas en los Juegos Olímpicos de 1936.

Museo del Kempes
Cuenta regresiva. El Museo del Kempes será inaugurado en julio próximo. | Fino Pizarro

Fue proyecto de ley del senador provincial y periodista Jorge “Nilo” Neder en 1986 y anuncio rimbombante del intendente cordobés Germán Kammerath en 1999. Será realidad el próximo mes.

 
El Museo del Deporte Cordobés va tomando forma en lo que fue el hall central del Estadio Mario Alberto Kempes y seguramente le tocará al gobernador Juan Schiaretti cortar la cinta en el acto inaugural, que se llevará a cabo en el marco del 40° aniversario del escenario que se construyó para la disputa del Mundial 78. 

Gustavo Farías, minucioso investigador y difusor de la historia deportiva a través de los medios de comunicación, reflotó el año pasado aquella iniciativa de Neder y se la trasladó a Medardo Ligorria, quien le dio impulso desde la presidencia de la Agencia Córdoba Deportes. Algún tiempo atrás, “el Lomo” ya había intentado organizar un museo en la Asociación Deportiva Atenas, donde se destacó como basquetbolista en la década de 1980. 

Con la llegada de los muebles, las vitrinas y otros accesorios, la semana pasada comenzó en el Kempes la etapa final del armado del espacio de 480 metros cubiertos, que además de exhibir las reliquias del deporte provincial tendrá una sala de proyección, una hemeroteca y un centro de documentación. 

“En el último inventario tenemos relevados 174 artículos y hay otros 70 que aún falta recolectar. Hay mucha gente ofreciendo cosas y eso ratifica que la historia del deporte cordobés es enorme”, sostiene Farías, coordinador del museo. “No compramos nada”, aclara el periodista, quien explicó que todos los artículos fueron cedidos en guarda a través de contratos de comodato. 

Un siglo de historia

Un promedio de 500 personas transitan diariamente por las instalaciones del “Chateau”, convertido hoy en un auténtico polo deportivo, y se estima que esa cifra se incrementará con la apertura del museo. 

En ese refugio histórico los visitantes encontrarán, por caso, tres medallas que pertenecieron a Miguel Delavalle, el primer futbolista cordobés que vistió la camiseta del seleccionado argentino, en 1920. 

Los futboleros también podrán regocijarse con una camiseta del Napoli que Diego Maradona le regaló a Oscar Dertycia tras un partido con Fiorentina; una remera del Cosmos, el mítico equipo de Nueva York que -con la presencia estelar del alemán Franz Beckenbauer- enfrentó a Belgrano a fines de 1978; una casaca de Argentina que vistió José Luis Cuciuffo, cordobés campeón en México 86, y otra de la selección de Corea del Sur a la que Racing de Nueva Italia enfrentó en su histórica gira de 1981. 

Una curiosidad será la réplica de la Copa Intercontinental 1977 que el entonces mandamás de Boca, Alberto J. Armando, le regaló a cada uno de sus jugadores y que fue cedida por José María Suárez. Entre las “perlitas” se destaca un botín que Daniel Willington utilizó en los '70 y que tiene la particularidad de haber sido donado por el locutor Mario Pereyra. 

El Mundial 78 será uno de los grandes ejes temáticos del espacio, incluyendo todo lo relacionado a la construcción y remodelación del estadio. El otro gran capítulo tendrá como referencia los Juegos Olímpicos, con varios nombres propios: José Meolans, Soledad García, Rocío Comba, Fabricio Oberto, Georgina Bardach, David Nalbandian y Rubén Magnano. 

¿”Joyitas”? La medalla de oro que Pedro Bustos cosechó en el Mundial de Basquetbol de 1950, un buzo del piloto de Rally Jorge Raúl Recalde, el Chevrolet que Oscar Cabalén manejó en su debut, la bicicleta con la que José Ruchansky hizo récord mundial en el 77. También dos cinturones mundiales del boxeador Santos Laciar y los guantes que “Martillo” Roldán usó en el Caesars Palace de Las Vegas cuando noqueó a Frank “The Animal” Fletcher en 1983. 

El libro de Hitler

Los grandes eventos deportivos son siempre un reflejo de época y en ese contexto es imposible separar a los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 con la figura de Adolf Hitler. En aquella Alemania dominada por el nazismo, Córdoba estuvo representada por el fondista Luis Oliva, cuya familia aportó para el museo un libro que “el Führer” entregó a cada competidor y que tiene la firma manuscrita de varios atletas, entre ellos el estadounidense Jesse Owens, la gran estrella de aquel evento. Ese testimonio histórico será otro de los grandes atractivos del Museo del Deporte Cordobés, que será integrado al circuito turístico provincial. 

“La idea es que el material sea rotativo y que en el futuro también se hagan muestras temáticas”, señala Farías, quien destaca que cada artículo contará con un soporte informativo elaborado en dos idiomas, español e inglés. 

Quienes visiten al museo también podrán encontrarse por una leyenda viviente del básquetbol local: Donald Chester Jones. El estadounidense, muticampeón con Atenas en la Liga Nacional, integrará el equipo de guías preparado especialmente para contarle al mundo sobre las leyendas, los mitos y las glorias del deporte cordobés.