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CóRDOBA
GOLPE AL NARCOMENUDEO

La Justicia desbarató una auténtica ‘pyme’ montada para vender drogas en Córdoba

Promocionaban la actividad con un eslogan muy particular: ‘LaQueMatóAlPapa’, videos con imágenes de las dosis y del Papa Francisco. Ofrecían la posibilidad de pagar en efectivo o por medios electrónicos. Vendían en puntos fijos y por delivery. Hay 12 personas detenidas, varias de nacionalidad peruana.

Operativo narcomenudeo
DE MADRUGADA. El 23 de marzo pasado se realizaron allanamientos simultáneos en las viviendas donde se vendía y se almacenaba la droga para comercializarla. | Cedoc Perfil

Podría haber sido un kiosco más de venta de drogas en la Ciudad de Córdoba, que fue investigado y desbaratado en los frecuentes procedimientos de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA). Pero, los investigadores descubrieron algo más que un local improvisado, que fue el dato inicial con el que comenzaron la pesquisa, que se extendió unos cuatro meses aproximadamente.

A medida que avanzaron, detectaron una verdadera pyme, organizada al detalle, para comercializar estupefacientes con todo lo que uno puede imaginar: depósito de acopio, fraccionamiento y almacenamiento; videos promocionales; campañas publicitarias a través de mensajería; opciones de compra en lugares físicos o por delivery e, incluso, alternativas para el pago, algo que no es muy habitual en este tipo de bandas.

A tal punto estaban organizados, que tenían los productos y servicios tarifados. Un gramo de cocaína costaba $ 3.500 y medio gramo $ 2.500. Si el comprador pedía el envío a su domicilio tenía que abonar un cargo adicional. También había un costo extra por si pagaba el envoltorio a través de medios electrónicos. En el momento en que se hizo la investigación se adicionaban $ 200 por este último ítem.

Resulta desopilante el slogan del material audiovisual –‘LaQueMatoAlPapa’– que incluía imágenes y videos de la sustancia estupefaciente y del Papa Francisco. Para hacer difusión, la red utilizaba medios digitales, en particular aplicaciones de mensajería. No eran frases hechas sino que apelaban a la creatividad para captar a sus clientes.

Todo estaba organizado según roles, funciones y jerarquías.

Dosis de cocaína
COCAÍNA. La banda integrada por argentinos y ciudadanos peruanos había tarifado la venta, según la cantidad, el modo de envío y de pago. El delivery se hacía en una moto y dos taxis.

La investigación. Comenzó en noviembre del año pasado y se extendió hasta marzo de este año, cuando se logró detectar el organigrama que habíanen su propio beneficio, porque eran los que percibían las mayores sumas de dinero.

Donde ellos vivían tenían el local de venta principal, ubicado en el centro, a tres cuadras del Mercado Norte.

En jerarquías inferiores se ubicaba el resto, incluso una joven menor de edad a quien utilizaban como intermediaria en los acuerdos de las entregas.

Dos de los integrantes de la banda eran quienes aportaban sus nombres como titulares de cuentas que servían para que los clientes que optaban por pagos con medios electrónicos, pudieran hacer los depósitos.

vehículos para la distribución por delivery. Una mujer aportó una moto y había dos taxistas que despachaban los pedidos en los vehículos afectados al servicio público de transporte de la ciudad, es decir que sus chapas patentes estaban vigentes.

Se detectaron otros dos locales fijos para la venta de la droga. Uno estaba localizado en barrio Alto Alberdi y otro en barrio Pueyrredón. Seguimiento de hormiga. Para desovillar la trama, durante varios meses el equipo de investigadores de la FPA siguió los pasos de los deliverys. En el expediente se acreditaron siete entregas, a diferentes horas del día, según lo 

pactado a través de mensajes de WhatsApp y Telegram. Los repartos se hicieron en moto y en dos taxis, siempre a domicilios dentro de la ciudad de Córdoba, algunos en el centro y otros en departamentos de Nueva Córdoba.

Fiscal Carlos Cornejo
CARLOS CORNEJO. El fiscal de Narcomenudeo conduce la investigación y dictó la prisión preventiva de los 12 integrantes de la banda que actuaba con un nivel de organización sorprendente.

Golpe certero. El 23 de marzo pasado se realizaron en forma simultánea los operativos que desarticularon la banda. A las 2,50 de esa madrugada  se detectó a uno de los taxis haciendo una entrega en barrio San Martin. En el interior del vehículo llevaban una bolsa de nylon con 25 envoltorios con 22 gramos de cocaína en el porta objetos de la puerta delantera del lado del conductor, otros siete con 4,6 gramos guardados en el porta vasos  y un estuche de anteojos en el que había cinco bolsitas termoselladas con cuatro gramos y otro con un peso similar. En total, 30 gramos de cocaína que se comercializaba a $ 3.000 o $ 4.000 el gramo.

Durante esa misma madrugada se allanó otro de los lugares de venta que habían sido individualizados en barrio Alto Alberdi. En el lugar fueron incautados casi 350 gramos de cocaína escondida en un placard.

Casi a la misma hora, en el local del centro se secuestró un total de 31 gramos, en una casa de barrio Pueyrredón  34 gramos y en barrio Yofre cantidad no determinada y una balanza de precisión.

Los montos señalados el día del operativo final son una muestra de las cantidades que movían. Hay un dato indicativo más: en una de las cuentas financieras se secuestraron $ 7 millones. Había otras, con cifras parecidas. Se estima que ese monto fue producto de las ventas pagadas por medios electrónicos.

Tan sólo por el dinero que ingresó al circuito financiero se puede deducir que el piso de cocaína que movían mensualmente superaba el kilo. Si a ello se suma lo que cobraban en efectivo, por lo menos habría que duplicar la cifra. Ello también evidencia las cifras millonarias obtenidas en ganancias.

En total, por esta banda -con novedosa modalidad equiparable a una pyme- hay 12 personas imputadas por el delito de comercialización de estupefacientes en infracción a la ley 23.737. Recientemente, el fiscal del fuero de Narcomenudeo Carlos Cornejo les dictó la prisión preventiva. Hay contactos de defensores para sondear la posibilidad de juicios abreviados.

Por la calificación legal, los acusados se enfrentan a penas que parten de los cuatro años y medio de prisión; es decir que son de cumplimiento efectivo.